(Publicado en el Diario Rumbo Nuevo)
La advertencia
Si el enérgico llamado que realizara el gobernador Andrés Granier el pasado 30 de enero durante la asamblea del consejo político estatal del Partido Revolucionario Institucional a quienes pretenden adelantar los tiempos electorales para la sucesión gubernamental solamente iba enfocado a los funcionarios de su gobierno, pues que equivocados están, porque el mensaje fue dirigido a todos los priístas de la entidad, y aún más allá, a esa oposición beligerante para que contribuyera a construir la agenda política estatal para continuar con el desarrollo de Tabasco.
Si bien es cierto que en cuanto a los miembros de la oposición poco o nada se puede hacer para que frenen la desatada campaña de activismo político que han iniciado con miras a la sucesión gubernamental, bajo el argumento de que son legisladores federales y por lo tanto nadie les puede cerrar el camino, en contraposición para los priístas, el llamado del gobernador, es un dique de contención para que se pongan a trabajar y dejen a un lado, sus ambiciones personales o de grupo, porque todo tiene su momento y su razón de ser y por lo tanto, solamente están agitando las aguas en el estado, cuando faltan casi dos años para la sucesión gubernamental.
Si bien, hay funcionarios de la administración granieristas que el argot popular los coloca como posibles aspirantes a la gubernatura, por el trabajo realizado o por su talla política, estos no se sintieron aludidos por el discurso del gobernador, que prohibió tajantemente distraerse en campañas adelantadas, “porque el que se distraiga, se va, y el que se aplique se queda”. Y si bien parecía que el mensaje solamente iba dirigido a ellos, bastaría con releer el mensaje que ese mismo día pronunció el presidente estatal del PRI, Adrián Hernández Balboa para darnos cuenta de que ambos (el gobernador y Adrián), estaban el misma sintonía y de que el llamado a frenar sus ansias y no pretender adelantar los tiempos electorales iba dirigido al todo el priismo del estado, pero en especial para aquellos que ya caminan (dos legisladores federales) todo el territorio estatal conformando de manera adelantadísima comités de apoyo, pidiendo además, reclutar a más priistas y personas de la sociedad civil con el objetivo de posicionarse entre el electorado tabasqueño.
En su mensaje Adrián Hernández externó: “porque somos un partido que ejerce su vida interna en orden y con disciplina, respetuosos de los tiempos y de las formas, convoco a todos a caminar en el mismo sentido, a cuidar y mantener la unidad de partido, a evitar luchas y confrontaciones estériles, para dar una muestra clara y contundente que el PRI en Tabasco, está más unido que nunca, y que los priistas tabasqueños somos el gran aliado de nuestro gobernador, el químico Andrés Granier Melo”, y precisó: “es tiempo de trabajo y de unidad, es tiempo de entregar resultados, es tiempo de la transformación, no son tiempos de candidatos (ojo, ojo) hoy son los tiempos de reagruparnos y fortalecernos, haciendo un ejercicio público, transparente, honesto y cercano a la gente, para cumplirle a la ciudadanía que nos ha dado la oportunidad de servirles”, más claro ni el agua, el dirigente priista estaba llamando a todos los militantes de su partido a cerrar filas en torno al gobernador Granier, y que deben ser respetuosos de los tiempos electorales. Ahí en el presídium se encontraba la legisladora federal, Georgina Trujillo, que si bien no forma parte del gabinete granierista, sí es una distinguida militante de ese partido, y el eterno ausente, con su asiento reservado, el senador Francisco Herrera León. ¿Seria para ellos el mensaje?.
Desde luego que el mensaje del gobernador Andrés Granier y del presidente estatal del PRI, Adrián Hernández fue asimilada por la mayoría de los priistas, pero es indudable que hay quienes creyeron o así lo interpretaron que solamente los funcionarios del gobierno estatal estaban obligados a acatar la disposición del primer priista del estado, y prosiguieron en su peregrinar por los municipios de Tabasco, por lo que fue necesario que el presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso local, José Carlos Ocaña Becerra, durante la ceremonia cívica conmemorativa al 97 aniversario de la Marcha de la Lealtad, realizado al pie de la estatua del Caballero de la Lealtad, José María Pino Suárez, quien pidiera lealtad hacia el gobernador y las instituciones, pero a la vez lanzó la convocatoria tanto a los legisladores federales y locales a tomar como propia la petición del gobernador, Andrés Granier, de no distraer su tiempo y atención en ambiciones personales o de grupo, porque los tiempos de campaña ya pasaron y ahora hay que cumplir la palabra empeñada de hacer realidad las promesas y de entregar buenos resultados a la población.
Si se creí que el freno que había puesto el gobernador para no adelantar los tiempos electorales de la sucesión gubernamental solamente eran para los funcionarios de su gabinete, pues se equivocaron, porque el llamado, la exigencia, la convocatoria, o como usted le quiera llamar, va dirigido a todos los priistas de Tabasco, sobre todo a los que están en una posición privilegiada para obtener el máximo cargo del estado, para que frenen sus ansías de novilleros, para que dejen de conformar comités de apoyo por toda la entidad, porque son sus acciones están confundiendo a la población, y contribuyen a desestabilizar al gobierno granierista que en este cuarto de administración debe comenzar con la consolidación de las obras que permitan refrendar el triunfo electoral en el 2012. ¿Acaso serás tú Gina?, ¿acaso serás tú, Francisco Herrera?.
Paradójicamente el día de la Marcha de la Lealtad, el día del discurso oficial que pronunció José Carlos Ocaña, el Ojo Visor, que todo está, publicó los comentarios vertidos por la propia legisladora federal, Georgina Trujillo de Rovirosa, quien en reunión informal celebrada un día antes con otros colegas periodistas, había expresado sus deseos de contener por la candidatura a la gubernatura de Tabasco, y que iría con todas sus fuerzas para lograrlo, porque es su segunda y última oportunidad que competiría por el cargo, aceptando que se encuentra en mejores condiciones que en el 2006 cuando entró a la contienda por la gubernatura y luego se retiró, porque su aspiración como la de cualquier priísta es legítima. ¿Acaso eso originó la nueva petición de no adelantar los tiempos electorales?.
Lo cierto de todo esto, es que los priístas, hasta el más encumbrado, tienen que hacer caso al llamado del propio gobernador Granier para dejar de lado sus ambiciones personales o de grupos, y todos se sumen a trabajar para lograr la consolidación de éste gobierno, porque hay que recordarles que todos los priistas se encuentran en el mismo barco, y que dependiendo de las lealtades y traiciones hacia el jefe del Ejecutivo, podrán navegar con aguas tranquilas y un buen viento hacia puerto seguro, o por el contrario se meterán a las aguas turbulentas que no les conviene, es decir, si los priistas que ya andan acelerados creando comités de apoyo o entrevistándose con los liderazgos sociales en las comunidades para lograr un mayor consenso, creen que por mucho madrugar amanece más temprano, se pueden llevar una sorpresa. Hay quienes dicen que no estará en manos del gobernador la decisión del sucesor, pero en realidad cualquier gobernador es factor de decisión y peso en la sucesión, pero además tiene la capacidad de veto. Sobre aviso, no hay engaño.
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