(Publicado en el Diario Tabasco Hoy)
Desmadres juveniles prefabricados
Antes que otra cosa suceda, acuso recibo de invitación que me hace llegar el presidente del TET, don Isidro Ascencio Pérez, quien anuncia por mi intermediación a los lectores de este espacio, que hoy jueves 18 de febrero, a las 11:00 am en el salón Tenosique del hotel Hyatt será la presentación del libro “Dos siglos de constitucionalismo en México”, bajo la autoría del Magistrado José de Jesús Covarrubias Dueñas.
Don José de Jesús es presidente de la Sala Regional Guadalajara del TEPJF, en tanto don Isidro Ascencio, es autoridad máxima de nuestro tribunal estatal en materia electoral. En caso que tenga usted – señor (a) lector (a)- que dar instrucciones a su secretaria, dígale que –por favor- deje de joderlo cuando menos a la hora de la conferencia.
Que cualquier detalle que se le haya olvidado por andar encargando su dotación de panuchos (todas las secretarias, choferes y empleados del gobierno, en cuanto llegan a su oficina, lo primero que hacen es entrarle a la fritanga), se lo comunique cuando usted regrese a su oficina.
Que lo deje –por amor de Diosde estarlo “chindando” un rato… Cumplida mi encomienda doméstica, comento hoy –como primera de dos entregas- el sainete que un grupito de desadaptados juveniles, le habría creado a la recién llegada directora del Centro de Internamiento para Menores Infractores, Enedina Juárez Gómez. ¿Cuáles serían las particularidades del caso?
Aunque las notas periodísticas le enjaretan la culpa de organizar todo a un tal Pedro Ocaña, las evidencias del asunto, si usted es medianamente inteligente, desembocan en una posible prefabricación del motín.
Fue una maniobra claramente intimidatoria para la nueva directora. ¿Por qué la presunción?: UNO: Los rufiancetes recibieron –cuando menos- facilidades para armar el desmadre o –en el mejor de los casos– son más cabrones que el personal que Seguridad Pública tiene asignado para cuidar su comportamiento…
DOS: Los chavos no estaban siendo rehabilitados, estaban de vacaciones. Ello se desprende del reporte que se lleva de ellos: estaban dedicados a la hueva y con la disciplina totalmente relajada…
TRES: Los padres de familia no se resignan a entender que tienen hijos rufianes y –claro- todos los días estaban ahí de visita llevándoles comida, dinero y “chuchulucos”...
CUATRO: El personal administrativo y sindicalizado, está –para empezar- “amafiado”. Todas las donaciones para los internos, la mayoría de las veces no llegan a su destino. ¿Cómo diablos quiere usted poner orden con empleados rateros y –además- protegidos por su sindicato? Los Centros de internamiento se rigen con otras reglas más severas…
CINCO: En la institución persiste una clara división entre el personal de Seguridad pública y el de la Dirección. Ambos grupos se sienten “ulitos”. No entienden que para reeducar a un menor infractor se necesitan conocimientos en la materia, rigor y más rigor…
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