jueves, 25 de febrero de 2010

Opinión: Francisco Peralta Burelo /Feb 25

(Publicado en el Diario Tabasco Hoy)

Y todo por decir la verdad

La mexicanidad de Javier Aguirre ha sido puesta en entredicho. Su forma de ser ha pasado por el cuestionamiento de ciertos sectores de opinión de nuestro país. “El Vasco”, más para mal que para bien, ha estado en boca de todos y en infinidad de notas y comentarios periodísticos.

“No debió haber dicho lo que dijo”, “habló así porque pensó que ni siquiera nos íbamos a enterar en México de sus comentarios”, “se fue de boca”, “desprestigió al país”, “él debe dedicarse a trabajar al frente de la selección mexicana de futbol”, “eso no se vale”, y muchos etcéteras más, se mereció “El Vasco” Aguirre.

¿Y qué fue lo que provocó esta serie de comentarios adversos al entrenador de la selección nacional de futbol? Pues ni más ni menos que unas declaraciones dadas por él a un noticiero radiofónico español.

¿Y qué fue lo que dijo entonces?
Pues que en México “hay una gran inseguridad”, razón por la que una vez que concluya su contrato con la Federación Mexicana se irá a España “a buscar trabajo y a vivir con su familia”. Empero no dijo solamente eso.

También comentó a ese medio noticioso español que la selección mexicana ha quedado entre los lugares once y quince cuando mejor le ha ido en los campeonatos mundiales y que en la justa que se celebrará este año quedará por ahí. Esto es –aunque no lo dejó ver así-- que no será campeón el equipo de México (aún estando dirigido por él), ni tampoco ganará el tan deseado quinto partido (con lo que no llegará ni a Octavos de Final). Lo que dijo Javier Aguirre no fue ninguna mentira (y seguramente en lo que menos pensó fue en difamar a nuestro país o en exhibirse como entrenador derrotista).

Fue --como se dice-- la pura verdad, porque México es un país inseguro para vivir y su equipo de futbol --salvo que se dé una sorpresa de aquellas-- no terminará entre los mejores del mundo.

No obstante Javier Aguirre, ante la andanada de críticas que levantara su declaración, y sin duda por las presiones ejercidas en contra suya por directivos del futbol mexicano, no tuvo más alternativa que ofrecer disculpas por haber dicho las verdades que dijo, y más todavía por haberlas expresado a un medio extranjero (y no a uno nacional).

Por decir grandes verdades --México es un país inseguro para vivir y su selección de futbol quedará entre los lugares once o quince y no en mejor sitio--, Javier Aguirre fue seriamente criticado y tuvo que ofrecer disculpas públicas. No le quedó más que arrepentirse de haber dicho lo que dijo y comprometerse a no volver a hacerlo.

Cuánta gente no ha dicho más de una mentira y nunca ha tenido que ofrecer una disculpa pública. ¿Acaso algún mentiroso se ha visto alguna vez en la necesidad de tener que disculparse por haber mentido con toda intención? Que se sepa no ha ocurrido así. Si “El Vasco” hubiese falseado la verdad no habría pasado nada y ni quien lo denostara o lo conminara a tragarse sus palabras.

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