domingo, 21 de febrero de 2010

Opinión: Víctor Manuel Barceló R. /Feb 21

Víctor Manuel Barceló R
Economía y política para el desarrollo.

En los días que corren hubieron acontecimientos que esclarecen, pero a la vez, enturbian el panorama nacional. Junto a las determinaciones y foros para fortalecer y justificar, la adición reformadora del artículo 40 de la Constitución del país, que reafirma el carácter laico del Estado Mexicano -esperando la mayoría necesaria en el Senado para que sea un hecho jurídico de aplicación universal- otros hechos nos conmovieron e impulsaron a referirnos a ellos.

En Querétaro se realiza el Congreso del Colegio Nacional de Economistas. La imposibilidad de acudir a sus deliberaciones me lleva a emitir apreciaciones, dirigidas a los jóvenes de esa especialidad, que tienen, en los acuciantes problemas, de más de la mitad de la población del país, que vive en pobreza y miseria – o como quiera que se le disfrace ahora- un acontecimiento de urgente reacción: cumplir con el sentido original de la economía, que nació como economía política, para utilizar los bienes escasos, en beneficio de pueblos y comunidades, nos lleva a esa tarea. Otra ruta de análisis o discusión, no tiene sentido.

En otro suceso, tendremos en el sureste, la presencia de líderes del momento, en nuestro continente latinoamericano. Esa Cumbre de Cancún estará abocada a dos temas sustanciales: como apoyar seriamente al acongojado Haití –primer país libre de América y el más castigado- con un segundo asunto: la creación de nueva organización –especie de OEA sin el imperio ni Canadá- que se aboque a resolver controversias, pero también, a conformar planes para el desarrollo sustentable regional.

En uno de mis artículos anteriores me permití afirmar acerca de Haití: “Es injusto hablar de un desastre, cuando la solidaridad, proverbial entre los que menos tienen, está presente a cada paso…que los países pobres…sean capaces de hacer propuestas, que de arranque mitiguen el hambre y recuperen lo posible del entorno físico y social…que iluminen el futuro, dando los primeros pasos para crear allí, en ese mundo casi virgen por la fuerza destructiva de la naturaleza –si es que no es corroborable otra versión de los hechos- una economía solidaria”.

“La innovación…para salvar de la pobreza y miseria al Planeta, puede surgir allí. No precisamente con los 10,000 millones de dólares, que… se necesitan para poner en marcha al Haití anterior a la hecatombe. Ahora se requiere una economía solidaria, pero reformista. Que parta del rescate y posterior respeto a la naturaleza. Que atienda, tanto necesidades inmediatas como cambios estructurales, siempre en manos del pueblo organizado…ejemplos aislados (hay)…que prueban esta posibilidad… (Haití) tuvo la osadía de ser el primer liberado del yugo imperial en América; puede construir, con el concurso de su gente y el apoyo internacional, el primer país que salga de la miseria, como lo hizo el Ave Fénix, surgiendo de sus cenizas”. ¿Serán capaces de ir al fondo del asunto en Cancún?. ¿De cambiar las bayonetas imperiales por expertos con conciencia social para impulsar el cambio?.

Por otro lado, en la misma Cumbre se verá la propuesta de una nueva organización para América, sin anglosajones imperialistas. Suena interesante, pero debe ser vista con gran cuidado. Experiencias antiguas en estas organizaciones, permiten ver la dificultad de mejorar lo que existe. Sin duda la OEA está definitivamente rebasada y debiera pasar a retiro total. Pero existe el “Grupo de Río”.

A esta organización, nétamente regional, le toca considerar diversos asuntos delicados de la región –tal el diferendo Ecuador-Venezuela vs Colombia- que fue atendido y resuelto, en buena medida, por medios diplomáticos. Su actuación en Centroamérica –Honduras- iba por buen camino, hasta que se atravezó la cola del imperio. Seguramente es de criterio generalizado que su sentido de pertenencia y rapidez con que actúa, le colocan en lugar preponderante para resolver controversias, conflictos localizados e impulsar medidas de desarrollo regional.

El apuntalamiento de las organizaciones económicas y políticas vigentes, tanto en el Cono Sur como en Centroamérica y el Caribe, es prioridad y emergencia. ¿El mecanismo propuesto, que se entiende como sustitución, será capaz de continuar la estrategia del “Grupo de Río”, incluso mejorarla?. ¿Cómo mantener el equilibrio, con que ahora se cuenta, entre los que podríamos denominar desarrollistas-nacionalistas de izquierda (Bolivia, Cuba, Ecuador y Venezuela) y los entregados a las políticas del imperio (Colombia, Perú, México y tal vez ahora Chile)?. Que hará con Brasil, para que siga apuntalando el crecimiento del Cono Sur e incursione en Centroamérica –combinado con México y Venezuela- para rescatar de la pobreza a esa región, incorporando sus sectores sociales empobrecidos a la gran campaña por una economía social sustentable, o como se le quiera denominar?.

Muchas preguntas y delicadas respuestas al considerar el “oscurecimiento” del “Grupo de Río”, con resultados satisfactorios a la región; para despertar una organización incierta, probablemente bien planeada pero sin ejes claros de manejo. Esperemos una deliberación madura y sin “diablitos” controladores, de fuera de la región, que lleve a un final conveniente su análisis. Correo electrónico: v_barcelo@hotmail.com Villah. Tab. 21-Febr.-10

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