miércoles, 10 de febrero de 2010

Doble Filo: Homero T. Calderón

(Publicado en el Diario Tabasco Hoy)

Las senilidades del “capitán Lois”

Dicen –su servidor estaría por comprobarlo- que de viejo uno multiplica sus pendejadas y que de regreso en el túnel del tiempo, hasta pensamos que hacemos proezas, pero no.

Lo anterior se desprende del chascarrillo que me envía Javier Alvarez, que en tiempos de excelente factura fue mi compañero de trabajo en la delegación del ISSSTE. Hoy, ya prácticamente jubilado, hasta se da el lujo de cultivar el humor. Y me envía el siguiente texto, que me servirá para dos cosas.

La primera, que usted tenga un rato de solaz esparcimiento, como decían los antiguos árbitros del lenguaje. Relata Javier que una anciana pareja celebraba su 50 aniversario de bodas. Esto me hace recordar que mis amigos Lupita Pimienta y el “brodie” periodista, Carlos M. Torres, celebran sus primeros 25 años de casados, sus bodas de plata, pues. ¡Felicidades tengan para siempre!

Pues decía: los viejitos celebraban y decidieron regresar a Tenosique, a “Cuna de Lobos”, donde se habían conocido. No lejos de ellos estaba el policía local que sonreía mientras los veía procurarse caricias lúbricas mientras hablaban.

--¿Recuerdas mi amor –decía el viejito- cuando hicimos el amor en esa reja del parque, que hoy está lleno de puestos de fritangas y te puse de “a cañón” contra ella?...

--Ay, mi amor, ¿cómo no voy a recordarlo?...

--¿Por qué no lo hacemos otra vez como en los viejos tiempos?...

Se despidieron de Lenin Ricárdez, del Panchín Pérez y Blas Aldecoa y se pusieron contra la reja.

El policía hasta pensó que lo mejor sería vigilarlos, no fuera que se lastimaran. El viejito tomó a su mujer, la encueró y la puso en decúbito dorsal (empinada, “indejos”). El policía no podía creer lo que veía; con la vitalidad de una jovencita, la mujer se movía violentamente mientras él viejillo se convulsionaba como un salvaje.

Siguieron así durante un rato hasta que –extenuados- cayeron al suelo. El policía se acercó y les dijo:

--Qué forma más bonita de hacer el amor. Ustedes debieron ser una pareja muy salvaje cuando eran jóvenes…

--No realmente, dijo el viejito, hace 50 años esta “jijueputa” reja no tenía electricidad…

Esto me recuerda que dije que el cuento me serviría para dos cosas. La segunda es para recordar que Luis Ruiz de la Cruz, ancianito liderzuelo del STIRT Tabasco, por sus puros “tompiates” tiene parada la radiodifusora XEZX-AM de Tenosique. Aunque ya la autoridad federal falló a favor de sus agremiados y obligó a la empresa a liquidarlos conforme a la ley, no los deja cobrar, engañándolos con el cuento que ¡él los hará muy pronto dueños de la empresa!

¡Hágame usted el recabrón favor! Estoy casi seguro que como a los viejitos del cuento, una reja electrificada es la que provoca “electro-shocks” en el mini-cerebro de Ruiz de la Cruz y lo hace decir pendejez y media. Pero mientras no haya autoridad que lo pare, estas cosas seguirán sucediendo en Tabasco en pleno siglo XXI…

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