TRANSPARENCIA POLÍTICA: Erwin Macario

A ponerse las pilas


Por eso el que se distraiga, se va y
el que se aplique, se queda. Andrés
Granier/ 300110 Discurso en el PRI

La tribuna no podría ser mejor. La de su partido. Andrés Granier hace el enésimo llamado a la concordia, a la unidad, al trabajo por Tabasco. Persistente. “Todas las fuerzas políticas, sin importar su tamaño tienen el deber de acercar sus coincidencias y llegar a los grandes acuerdos que nuestro estado necesita y los tabasqueños demandan”.

Tal vez el exhorto del gobernador de Tabasco se pierda nuevamente. Que, como lo dijo, sigan tercos los que “no han entendido o no quieren entender, que si el pueblo también les ha dado la oportunidad de servir, es precisamente para que sus ideas y propuestas se concreten por la vía de la razón y de la ley”.

Quizás no tengamos ya inundaciones, las epidemias no nos amenacen, la delincuencia aminore —lo ha hecho— sus acciones en la entidad. Es posible que los tabasqueños, con voluntad e ingenio, salgamos adelante o al menos hagamos menos pesada la crisis económica.

Pero mucho se necesita para que la crítica destructiva ceda el paso al debate, a la discusión de ideas, a los consensos, los acuerdos en bien de Tabasco.

Más civilidad política se requiere para que estos tres años la “descalificación sin sustento, de quienes se empeñan en dividir y enfrentar a Tabasco”, baje el encono que ha sustituido a las coincidencias, a la necesidad de jalar la carreta para un mismo lado.

Granier tiene razón. Las condiciones de Tabasco han cambiado en los últimos tres años. Este es un estado distinto al que comenzó a gobernar hace tres años. Así tienen que entenderlos todos, so pena de agravar los problemas, de colocar piedras en el camino de la entidad.

Esta vez, en la sesión de su partido, el PRI, el jefe del Ejecutivo no sólo lanzó una filípica a la unidad de Tabasco, sino que dio cuenta a los tabasqueños todos, entre ellos a los que lo enfrentan, del camino que su gobierno propone en estos últimos tres años de su mandato constitucional.

Una amplia y profunda evaluación del Plan Estatal de Desarrollo. “No para reinventarlo, sino para actualizarlo a las nuevas circunstancias, condiciones y necesidades del estado y de la gente.
Granier ofreció “emprender una verdadera reingeniería de la administración pública, que va en serio y es a fondo, para seguir cumpliéndole a la gente y sobre todo, para consolidar la transformación de Tabasco”.

No es sólo del discurso del mandatario ante el pueblo. A sus colaboradores les ha leído ya la cartilla en sus reuniones de trabajo para que entiendan “que la política consiste en saber estructurar el tiempo”.

Les repitió ahora, abierta, públicamente este año “especialmente este año, es de trabajo y de resultados”. Que “este 2010, es el año para iniciar acciones definitivas, que resuelvan problemas añejos. No hay mañana, ni después. Como tampoco hay mejor política que el trabajo.

Y advirtió: “Poco ayuda el que vive pensando en el mañana, sin tener conciencia del presente”.
A los adelantaditos les debe quedar claro. Poco ayudan en el gobierno de Granier “aquellos que queriendo adelantar los tiempos, se engañan a sí mismos perdiendo desde ahora el rumbo, con el riesgo de afectar la marcha de la administración estatal”. El gobernador amenaza, así debe tomarse, “y eso no lo vamos a permitir”.

Los funcionarios, como dice en su fantasía Brígida, tienen que ponerse las pilas: “el que se distraiga, se va y el que se aplique, se queda: No se trata de vivir en el pasado, ni en la inmediatez, pero tampoco ser presa del futurismo.

LADO CLARO
El mensaje a los “adelantaditos” es transparente como el agua. Los que ya se creen candidatos por los puestos que ocupan, y se olvidan de que están ahí por decisión de Granier, que prepare sus bártulos y mejor renuncien para hacer grilla con sus propias uñas y no dañen los últimos tres años de este gobierno.

LADO OSCURO
Sería más fácil que los inspectores de la Profepa le quiten la piel a un tigre vivo que intentar decomisar las que usan los personajes Tigres en el Baile del Pochó. El delegado de esa dependencia realmente quiere jugarle las bolas a ese felino, como dicen los AA.