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(Publicado en el Diario Tabasco Hoy)
Las prepotencias de Mijangos
Tabasco, mi Tabasco, está totalmente desencuadernado. Y en el norte, los muertitos del narco se acumulan. No hay trabajo. La CONAGUA, o sea, la cofradía de los ingenieros metalúrgicos, envió a un buey que tenía en Oaxaca: Javier Mijangos para sustituir a Omar Komukai. ¿Cuál es la diferencia de Mijangos con el difuntito japonés? Ninguna…
Los dos representan a la dependencia federal más corrupta e ineficiente. No se crea que en Tabasco no hay corruptos, por el contrario. Bien, una comadre muy vaciladora, la licenciada Carolina, me envió la primera intervención directa –y prepotente- de Mijangos en Criollolandia.
Cuenta mi comadre que el delegado de CONAGUA fue a dar una vuelta a las zonas donde estaría por empezar a hacerse buey. De hecho, toda la temporada de sequía se la ha pasado planeando (ay mojo, chombo). Visitó una finca por rumbos de Nacajuca para inspeccionar no sé que madres, y ahí lo recibió un hombre ya entrado en años.
Un viejito, pues. Lea usted el diálogo:
--Usted no me conoce, don Valentín, le dijo Mijangos, pero sépase que yo soy el nuevo delegado de la institución más seria de la república. (¿Cómo serán las demás?) Le enseño mi gafete, ¿ya leyó quien soy?...
--Me gustaría mucho hacerlo, señor, pero no se “ler”…
--Bueno, para su conocimiento, soy Javier Mijangos y éste que está a mi lado es Gilberto Segovia…
--Ah, ¿el que pronostica el tiempo pero nunca le atina?...
--Eso no lo sé. Sépase que quiero inspeccionar sus recursos acuíferos…
El viejito le dice que lo haga, pero que –por favor- ni se le ocurra pasar por un terreno que tiene cercado. A punto de indignarse, Mijangos le dice al viejito:
--¿No entendió usted lo que dice mi gafete? En Tabasco soy la máxima autoridad acuática. La Federación me envía para imponer el orden y éste gafete que usted ve dice que ¡me puedo meter donde me de mi chingada gana! Puedo meterme en cualquier propiedad sin tener que pedir permiso, ¿entendido?...
El viejito simplemente se encoge de hombros y prosigue con sus quehaceres. Pasado un rato, escucha gritos de auxilio y de repente ve venir hacia él a Mijangos corriendo por su vida, seguido muy de cerca por un toro semental. Aterrado, el delegado le pide ayuda a todo pulmón.
El viejillo deja todo lo que está haciendo y va hasta la cerca gritándole:
--Enséñale el gafete, pendejo, enséñale el gafete…
Como usted puede ver, ese pecado de la prepotencia solo se puede quitar con la experiencia…
SEXO A LOS 95
El abuelo aquel fallece a los 95 años. Fue para la familia una catástrofe. El nieto –apesadumbrado- da el pésame a la abuela de 90. Obviamente, encuentra a la ancianita desolada y hecha un mar de lágrimas. Un rato después, cuando la nota más calmada, el chico le pregunta:
--Oye, abuelita, ¿y cómo murió el abuelo?...
--Aquí entre nos, mi niño, me estaba haciendo el amor…
--Caray, abuelita, tienes que entender que las personas que tienen 90 o más años, no deberían practicar el sexo porque es muy peligroso…
La abuela, filosóficamente, le aclara:
--Lo hacíamos solamente los domingos desde hace cinco años, con mucha calma y al compás de las campanadas de la iglesia. ´Ding´ para entrar y ´dong´ para salir. Era bien fácil, hijito…
--¿Y entonces en dónde estuvo la falla?, pregunta el chamaco…
--Que en ese rato pasó el hijo de la chingada campanero de la basura y todo se lo llevó la chindada…
SE RENTA LO DE ADELANTE Y…
Una dama recibió cierto día una pequeña herencia. Ello le permitió hacer dos pequeños locales comerciales al frente y atrás de su casa. El local del frente le fue pedido por su esposo, quien pretendía poner ahí una tiendita y para el local de atrás, la señora puso un rótulo: “Se renta el local de atrás”. Apenas apareció el anuncio, un sujeto fue a preguntarle:
--Sé que va a rentar el local de atrás…
--Efectivamente, respondió la señora, la parte de atrás la tengo en renta…
--¿Y por qué no me renta también lo de adelante?, requiere el individuo…
--No, porque ese ya se lo tengo dado a mi marido…
ME LA VOY A CORTAR, VIEJA…
Cierta ocasión la esposa de un tipo le reclamaba a su briagadales marido:
--Desgraciado perro como cuando hay; son chingaderas. Ya llevas seis días de pedera y los chamacos no tienen ni para comer…
--Te lo juro vieja, que me la voy a cortar, ya no te enojes…
--Oye, no, se asusta la mujer. No es para tanto. Lo único que quiero es que dejes de tomar…
A propósito de este sujeto, José Lizárraga me contó que una vez un individuo llegó hasta el gajo de “edo” a su casa. Obviamente, ya lo estaba esperando la fiera para hacerlo picadillo…
--Óyeme jijo de la tiznada, tú te la pasas de borracho pero no dejas lo suficiente para el “chivo”…
--Momento, cabrona, en este momento lo que menos se me antoja es la birria…
Obviamente, aún no le entraba la cruda…
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