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(Publicado en el Diario Tabasco Hoy)
No más confrontación
Quizá, de no haber llovido tanto la noche anterior y la mañana de ese día, la marcha programada por el PRD hubiera sido un "éxito", tal vez, de cualquier manera, habría terminado en "fracaso" (según el ojo con el que se viera).
El día de ayer el PRD pudo haber demostrado su fuerza con una concentración multitudinaria (como lo que ofreció llevar a cabo) o bien, aún en una mañana soleada y sin una víspera lluviosa, no reunir mucha gente en Villahermosa.
Eso, con todo lo importante que pudiera ser uno u otro resultado, podría ser hasta lo de menos.
Lo que tendrá que importar --al margen de que la lluvia jugara su papel en el evento de ese día-- es que la marcha perredista es sólo una expresión del clima de confrontación que al paso de los días se ha ido acentuando, y no todo lo que hoy en día sucede en Tabasco.
La marcha es una parte de esa confrontación, pero no es la única expresión pública, pues ese clima que se siente en el estado y que evidentemente se está recrudeciendo al paso de los días y ya en antevísperas viene de un proceso electoral que se ha adelantado varios años.
El PRD --o un sector de él, por la división que se percibe, o por su "desorganización"-- está demandando la salida del gobernador Granier y del encargado de la política interna. El Organo Superior de Fiscalización --como entidad de gobierno-- ha abierto proceso al dirigente estatal del perredismo y tiene en la mira a otros ex presidentes municipales de esta filiación.
El ánimo de confrontación se siente de un lado y del otro.
De un lado y de otro hay guerra sucia cibernética y en algunos medios de comunicación. Descalificaciones, denuestos, difamaciones, enconos, etcétera, se perciben lo mismo de parte del gobierno que de la oposición. Nadie tiende puentes ni se ven signos de que la confrontación vaya a bajar de tono, sino que todo apunta a que de aquí en adelante se agudizará el enfrentamiento.
Al interior del PRD hay confrontación de grupos; dentro del PRI las fuerzas políticas se mueven en diversos sentidos, disputándose la candidatura gubernamental (y otras candidaturas y posiciones), aunque en el perredismo la pelea sea abierta y en el priísmo se mantenga oculta. Tabasco vive ya un proceso político áspero y conflictivo que podrá llevar al enfrentamiento, a la polarización, a los desencuentros. Este, inclusive, ya cobró una vida humana.
Tabasco no puede darse el lujo de confrontarse y dividirse nuevamente.
No, porque le resultaría tan costoso como la crisis económica por la que hoy atraviesa, como las mismas inundaciones, como la problemática social que encara, y eso lo desmoronaría. Habrá que acabar, y desde ya, con todo tipo de confrontación, darle paso a la civilidad política por encima de todo, reconstruir la unidad interna y dejar de sembrar división y encono.
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