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(Publicado en el Diario Tabasco Hoy)
El drama de Christhoper Emanuel
Hace poco más de un año, Raúl Cabrera Pascasio, hoy presidente municipal de Teapa, inició una original campaña. Cada lunes asistió a hacer honores a la bandera en todos los jardines de niños del municipio.
Su idea era convencer a cada infante de su proyecto, y ya en casa, convencer a sus padres sobre el propósito de Raúl. La idea permeó positivamente para su causa. Gracias a ello entabló una amistad fuera de lo convencional con un niño de cuatro años, Christopher Emanuel Sánchez Villatoro.
Entre éste y el hoy presidente surgió una amistad poco convencional.
El niño se notaba gravemente enfermo, pero aún así insistía en que su mamá lo llevara a clases. Al preguntarle Cabrera Pascasio qué tenía, Christopher Emanuel, vivísimo a pesar de su enfermedad, le pidió algo insólito al entonces diputado local.
Le dijo que "iba a votar por él", como si a su edad pudiera hacerse. Pero además le sonsacó a Cabrera Pascasio una promesa: que si llegaba a presidente, lo apoyara para que lo operaran. El niño, desgraciadamente, necesita un trasplante de hígado. Meses después, Cabrera Pascasio ganó la alcaldía y empezó una etapa diferente para el "Peque", como lo llaman. Hace poco lo conocí y confieso que me impresionó su caso y su valentía para arrostrar el dolor. Le prometí que escribiría sobre su enfermedad, por eso hoy lo hago. Actualmente se encuentra en protocolo de trasplante hepático en el hospital infantil de la Ciudad de México.
El Ayuntamiento de Teapa ayuda a sus padres a que el tratamiento y la posterior cura del niño tengan cierto éxito, pero se necesita hacer por él mucho más. Los medicamentos y el tratamiento --por inusuales-- son muy caros y los padres del bebé, que hoy cuenta con un poco más de cinco años, Javier Sánchez Nolasco, policía municipal y su madre, Lucía Villatoro Sánchez, viven en la estrechez más terrible.
Tienen sin embargo la esperanza que con el trasplante, las medicinas adecuadas y mucho amor, el "Peque" podrá lograr la hazaña de vencer a la enfermedad.
Cada dos meses viaja junto a sus padres a la Ciudad de México. Les han dado muchas esperanzas de que el trasplante lo salvará y eso los anima a realizar esfuerzos sobrehumanos, que muchos de los lectores de este espacio editorial podrían ayudar a solventar.
Si alguien está interesado en hacerlo, sólo tienen que acudir al domicilio de la familia Sánchez Villatoro en la calle Juan N. Fernández número 135-B o llamar al celular 9321056164, de Teapa. Ahí encontrarán todas las tardes a Christopher Emanuel jugando. A fin de cuentas sólo es un niño de cinco años, esperando que una mano amiga lo ayude a seguir viviendo.
Ojalá que usted lector lectora, que leen a diario el "Doblefilo", pudieran llegar a la humilde casa del "Peque" a entregarle el más humilde óbolo, el de la buena voluntad, para que un niño enfermo sane y vuelva a sonreír para siempre…
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