(Publicado en el Diario Tabasco Hoy)
Antes gobernador que presidente
A nivel nacional el dirigente máximo del PRI, Humberto Moreira, ya marcó los tiempos de la sucesión presidencial priísta. "Hasta febrero del 2012 --dijo-- tendremos candidato a la Presidencia de la República". Mientras tanto el PRI nacional --aún con dos aspirantes pujando por la candidatura presidencial, y uno de ellos de sobra posesionado-- no dará su voz de arranque al proceso interno; es más, lo detendrá hasta dónde le sea posible. El priísmo nacional, en tanto, tendrá que aguardar la llegada de los tiempos sucesionales internos, aunque sin duda a la dirigencia le resultará difícil contener la inquietud de los simpatizantes de Peña Nieto y de Beltrones, que según transcurran los días se meterán más de lleno en una contienda aún no autorizada, así como de sus cuadros que aspiren a una diputación federal o a una senaduría. Es difícil hoy frenar la movilidad política. Quizá el propio Humberto Moreira no lo consiga del todo (o ni siquiera en buena parte). Empero, cuando menos ha dicho que el PRI tendrá candidato hasta febrero del 2012, lo que de alguna manera contendrá a los impacientes. Pero aterricemos en Tabasco. Aquí la sucesión gubernamental priísta ya está en marcha, aunque tampoco se hayan abierto los tiempos estatutarios ni se hubiera resuelto la candidatura presidencial dentro del PRI, históricamente condición indispensable --aún en el presidencialismo panista-- ya no para que se movieran los aspirantes, sino para que haya candidato tricolor al gobierno del estado. Hasta esta sucesión --por decirlo en pocas palabras-- nunca ha habido candidato priísta a la gubernatura antes que a la Presidencia de la República (ni aún en aquellos tiempos en que la elección de Presidente y la de gobernador se realizara el mismo día, mes y año, como ocurrió hasta 1970). Primero ha sido lo nacional y luego lo estatal. Ahora, sin embargo, adelantados más de la cuenta los tiempos sucesionales tabasqueños --con más de media docena de aspirantes en plena o encubierta campaña electoral--, no solamente no se van a detener, ni a ajustar a los nacionales (esperando que transcurra febrero), sino que se van a adelantar todavía más por efecto de la homologación que, se dice, está a punto de aprobar la LX legislatura del Congreso local. La candidatura gubernamental priísta, así, se definirá con varios meses de anticipación a la presidencial, de manera que cuando ya tengamos candidato a gobernador por el PRI en Tabasco en México todavía este partido carecerá de candidato, porque allá los tiempos se habrán logrado contener y aquí se habrían acelerado más de la cuenta. Esta vez la candidatura presidencial priísta dejará de ser punto de referencia para que el PRI saque candidato a gobernador en Tabasco. Los tiempos, aún más adelantados de lo que estaban, ahora a causa de una reforma electoral, provocarán este efecto en la entidad, quien sabe si para bien o para mal del proceso electoral local y de los propios tabasqueños.
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