Ladrones
En
efecto, no fueron decretos
generales
y no se formularon
respecto
a todos los ciudadanos,
sino
respecto a unos individuos,
por lo
cual más bien deben ser
llamados
privilegios.
Aulo
Gelio / Noches
áticas
Poco
entenderán los diputados del papel que están obligados a desempeñar como
representantes del pueblo, de ese ente subjetivo al que debía consultar para
hacer leyes, decretos y que son los que no sólo les mantiene con una “dieta”
—qué paradoja de vocablo— que debía ser, sino austera, menos insultante. Un millón de pesos al año
le cuesta a Tabasco cada diputado.
Claro
que en ello van las canonjías, los privilegios que gozan sin, realmente, ser
verdaderos representantes de un pueblo que, al menos en teoría, les ha dado el
poder de representarlos, una carta poder que es el voto ciudadano.
Visto
está que no es así. Ni siquiera ideológicamente defienden a quienes en un
partido les validaron para llegar al Congreso local. Han llegado hasta la
traición de venderse al partido en el poder. Ese que hasta este 31 de diciembre
ha sido el PRI. Es decir, diputados perredistas se volvieron priístas. Dicen
que fueron “maganceados”. Pero, eso es pasado.
Lo
cierto es que todos son iguales. Les gusta comer con manteca y si bien algunos
gritan más por la pitanza, como lo hace Lorena Bearrugard, que llegó por el PRI
pero bien podría haberlo logrado por otro partido, hay otros que comen
calladitos.
No
esa despreciable el sueldo que detentan y que no desquitan. Pero como el último
insulto a los tabasqueños ayer nos enteramos en este matutino, Rumbo Nuevo, que nuestros flamantes y
nunca satisfechos legisladores —no tienen llenadera— se acaban de agandallar
con un ¡bono sexenal!. Así dice la información de mi carnal Jorge. Sea como
fuere, la verdad es que según la nota (lanota la que se llevan) los
coordinadores de las bancadas recibieron 300 mil peso por ese bono final,
trianual pues eso dura una legislatura, mientras los demás sufridos levantedos
y hasta el cagada de oro se tuvieron que conformar con únicamente 250 mil
pesos.
Pero
esto es nada más por bono final, pues si bien estos no cobraron el desaparecido
bono por cansancio, si juntaron de pagos por fin de año casi un millón y medio
de pesos pues cobraron cerca de 800 mil morlacos que lograron ahorrar en la
caja de ahorro —con grandes sacrificios, eso sí—; 200 mil pesitos más por
aguinaldo; ¡un bono extra de 50 mil pesos! Y otros 300 mil jugosos pesos como
prima vacacional, retiro —me retirara ella—, reparto de utilidades ¿? Y otros
emolumentos.
Bien
pagado, y no a dieta real, están nuestros diputados. Con privilegios que son
una mentada de madre para el pueblo.
Nos
documenta Rumbo Nuevo que, además,
los coordinadores, sólo por ser tales (por cuales) cobraron un fondo por
presidir a sus bancadas, con cantidades que iban de 500 mil a un millon de
pesos.
La
polítíca, sólo por ahí es un buen negocio. Olvide usted lo que hacen utilizando
el cargo cada diputado, con sus influencias. No necesitan meterle mano al
presupuesto sino sólo por sus prestaciones laborales, por sus privilegios.
La
nota es más incisiva: “Marcela González, la flamante pastoara legislativa del
PRI, recibió cerca de un millón de pesos, mientras que Juan José Peralta del
PRD, se embolsó medio millón por haber sido el pastor de los perredistas”.
No
menciona a los otros, que ni están mancos ni son pendejos.
Oh
aquellos tiempos en que los diputados vivían sin tanta corrupción. Cuando, por
añorar aquello lo menciono, los regidores de los Ayuntamientos no tenían un
salario, como ahora también lo tienen casi igual que los diputados. Eran otros
tiempos. Con hombres y algunas mujeres cuyos nombres pueden mencionarse con
orgullo, no con el rencor que anida en los tabasqueños ante tanto desparpajo,
tanto saqueo de los dineros públicos.
Cobran
no por legislar, no por acordar en un cabildo los regidores, sino por la
complicidad con quienes mandan. Son las 30 monedas de la traición a los
tabasqueños.
Pero
nada pasará. Ni para los que vía presupuesto son unos ladrones, peores que los
delincuentes que roban o asaltan, porque estos al menos exponen el pellejo,
arraigan su integridad física, peligran de ir a la cárcel, ni para los que
roban el dinero que debía ser invertido en obras para el pueblo.
Nada
pasará. Un día de estos los veremos reciclados en un nuevo gobierno. Creen que
el pueblo olvida.
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