lunes, 17 de diciembre de 2012

TRANSPARENCIA POLÍTICA / Erwin Macario / Columna / Ladrones / Dic 17

Publicado en el Diario Rumbo Nuevo

Ladrones
 

En efecto, no fueron decretos

generales y no se formularon

respecto a todos los ciudadanos,

sino respecto a unos individuos,

por lo cual más bien deben ser

llamados privilegios.

Aulo Gelio / Noches áticas

 
Poco entenderán los diputados del papel que están obligados a desempeñar como representantes del pueblo, de ese ente subjetivo al que debía consultar para hacer leyes, decretos y que son los que no sólo les mantiene con una “dieta” —qué paradoja de vocablo— que debía ser, sino austera,  menos insultante. Un millón de pesos al año le cuesta a Tabasco cada diputado.

Claro que en ello van las canonjías, los privilegios que gozan sin, realmente, ser verdaderos representantes de un pueblo que, al menos en teoría, les ha dado el poder de representarlos, una carta poder que es el voto ciudadano.

Visto está que no es así. Ni siquiera ideológicamente defienden a quienes en un partido les validaron para llegar al Congreso local. Han llegado hasta la traición de venderse al partido en el poder. Ese que hasta este 31 de diciembre ha sido el PRI. Es decir, diputados perredistas se volvieron priístas. Dicen que fueron “maganceados”. Pero, eso es pasado.

Lo cierto es que todos son iguales. Les gusta comer con manteca y si bien algunos gritan más por la pitanza, como lo hace Lorena Bearrugard, que llegó por el PRI pero bien podría haberlo logrado por otro partido, hay otros que comen calladitos.

No esa despreciable el sueldo que detentan y que no desquitan. Pero como el último insulto a los tabasqueños ayer nos enteramos en este matutino, Rumbo Nuevo, que nuestros flamantes y nunca satisfechos legisladores —no tienen llenadera— se acaban de agandallar con un ¡bono sexenal!. Así dice la información de mi carnal Jorge. Sea como fuere, la verdad es que según la nota (lanota la que se llevan) los coordinadores de las bancadas recibieron 300 mil peso por ese bono final, trianual pues eso dura una legislatura, mientras los demás sufridos levantedos y hasta el cagada de oro se tuvieron que conformar con únicamente 250 mil pesos.

Pero esto es nada más por bono final, pues si bien estos no cobraron el desaparecido bono por cansancio, si juntaron de pagos por fin de año casi un millón y medio de pesos pues cobraron cerca de 800 mil morlacos que lograron ahorrar en la caja de ahorro —con grandes sacrificios, eso sí—; 200 mil pesitos más por aguinaldo; ¡un bono extra de 50 mil pesos! Y otros 300 mil jugosos pesos como prima vacacional, retiro —me retirara ella—, reparto de utilidades ¿? Y otros emolumentos.

Bien pagado, y no a dieta real, están nuestros diputados. Con privilegios que son una mentada de madre para el pueblo.

Nos documenta Rumbo Nuevo que, además, los coordinadores, sólo por ser tales (por cuales) cobraron un fondo por presidir a sus bancadas, con cantidades que iban de 500 mil a un millon de pesos.

La polítíca, sólo por ahí es un buen negocio. Olvide usted lo que hacen utilizando el cargo cada diputado, con sus influencias. No necesitan meterle mano al presupuesto sino sólo por sus prestaciones laborales, por sus privilegios.

La nota es más incisiva: “Marcela González, la flamante pastoara legislativa del PRI, recibió cerca de un millón de pesos, mientras que Juan José Peralta del PRD, se embolsó medio millón por haber sido el pastor de los perredistas”.

No menciona a los otros, que ni están mancos ni son pendejos.

Oh aquellos tiempos en que los diputados vivían sin tanta corrupción. Cuando, por añorar aquello lo menciono, los regidores de los Ayuntamientos no tenían un salario, como ahora también lo tienen casi igual que los diputados. Eran otros tiempos. Con hombres y algunas mujeres cuyos nombres pueden mencionarse con orgullo, no con el rencor que anida en los tabasqueños ante tanto desparpajo, tanto saqueo de los dineros públicos.

Cobran no por legislar, no por acordar en un cabildo los regidores, sino por la complicidad con quienes mandan. Son las 30 monedas de la traición a los tabasqueños.

Pero nada pasará. Ni para los que vía presupuesto son unos ladrones, peores que los delincuentes que roban o asaltan, porque estos al menos exponen el pellejo, arraigan su integridad física, peligran de ir a la cárcel, ni para los que roban el dinero que debía ser invertido en obras para el pueblo.

Nada pasará. Un día de estos los veremos reciclados en un nuevo gobierno. Creen que el pueblo olvida.

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