- Arturo Núñez logró contundente triunfo en julio pasado.
- Numerosos factores abrieron la puerta a la alternancia.
- El extricolor protesta como gobernador el 1 de enero.
VILLAHERMOSA, Tab., 26 de diciembre.- Tras ocho décadas de priismo, Tabasco, el estado 27 de la Federación, está inmerso en la transición política por primera vez en toda su historia política.
El hoy gobernador electo, Arturo Núñez Jiménez, surgido de las alianzas de izquierda, logró para sí un contundente triunfo electoral en julio pasado, impulsado por una serie de factores que influyeron para la posibilidad real de la alternancia.
Entre esos factores, por supuesto, se encuentran el voto de castigo contra un régimen anquilosado que buscaba la continuidad a privilegios y complicidades, el efecto Andrés Manuel López Obrador y la homologación de los procesos electorales federal y estatal.
Sin embargo, pesó también en gran medida la trayectoria política y administrativa de 42 años por parte de Arturo Núñez, sus múltiples relaciones institucionales, así como el diagnóstico certero que presentó sobre la situación del estado, a partir del cual delineó sus propuestas como medidas de solución a problemas tan serios como las inundaciones, el desempleo y la inseguridad pública, tres ejes rectores de lo que será su programa de gobierno.
Todo esto, sin duda, fue fundamental para que no surtiera efecto la estrategia de sus oponentes respecto a un necesario relevo generacional, y para contrarrestar la campaña negativa en su contra con ciertas imputaciones de su pasado priista.
Núñez logró hacer un efectivo contrapeso y se ganó la confianza del electorado tabasqueño.
Además, en este proceso el priismo social -el que no es parte de las dirigencias y menos de la cúpula de ese instituto político- promovió en serio la candidatura del exsecretario del Senado, luego de que actores de gran calado del tricolor fueron desplazados en sus legítimas aspiraciones en sus respectivos municipios y distritos electorales locales.
En este contexto, el otrora partidazo impuso en Tabasco a candidatos débiles en lo federal y estatal-municipal, por lo que los ciudadanos se sumaron al llamado del aliancista.
Analistas en esta entidad, sobre todo de tendencias de izquierda, hablan del "efecto Obrador" en este proceso, pero otros, de los que hacen prospectivas políticas, niegan tal efecto y aducen -como en el caso de Benjamín Dueñas Azcona- que el PRI obtuvo el triunfo en poco más de 40 por ciento de los municipios, así como tres diputaciones, por lo que de haber existido el factor "Obrador", el triunfo de la izquierda hubiera sido contundente en los 17 municipios tabasqueños.
A la homologación de los procesos federal y estatal -de gran interés para el entendimiento de esta transición- hay que mencionar la adición de las voluntades de grandes actores del priismo a la candidatura nuñista por la oportuna convocatoria de éste, lo que a final de cuentas se debe de ver reflejado en la integración de la administración pública estatal que entrará en funciones el próximo 1 de enero. Para los analistas, sin el empuje de esos actores jamás se hubiera logrado el triunfo electoral.
Otro importante factor que llevó a la alternancia a la entidad tabasqueña, fue la abrumadora participación ciudadana en las urnas electorales, a las que acudió 70 por ciento de quienes integran el padrón electoral en la entidad.
Disparidades En esa tesitura, para el presidente del Consejo Coordinador Empresarial de Tabasco (CCET), Omar Medina Espinoza, la transición política se da a partir de la necesidad de un cambio.
"Las condiciones sociales y económicas del estado iban en detrimento, los indicadores tanto del INEGI como del Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO) establecen una urgente necesidad de hacer ajustes, sobre todo en materia económica", acotó.
En entrevista con EL FINANCIERO, el líder empresarial resaltó que en este rubro hay una marcada disparidad en el estado, toda vez que la industria petrolera y el gobierno son las dos principales actividades económicas, en ese orden, mientras que las empresas se ubican en un tercero y marginado lugar.
"Hay un sector industrial incipiente, mientras que la ganadería y agricultura están mermadas, pues no se han recuperado totalmente de las pérdidas por las inundaciones de años pasados", agregó.
Aunado a esto, comentó que existe creciente preocupación, pues el adeudo de la administración actual con proveedores locales es de alrededor de 400 millones de pesos, de acuerdo a un muestreo que se realizó entre organismos empresariales, y no existe la certeza del pago o de que el gobierno entrante vaya a reconocer la deuda.
Medina Espinoza mencionó también factores como la inseguridad, inundaciones y las alertas meteorológicas, así como los apoyos federales condicionados, los cuales contribuyeron a que el desarrollo económico permaneciera estático.
Por otra parte, cabe señalar que la andanada de críticas a la administración Andrés Granier en pleno proceso electoral se centraban en el adeudo de la entidad, que en esos momentos era cercano a los 15 mil millones de pesos; sin embargo, hoy, a escasos días de culminar ese gobierno, rebasa ya los 20 mil millones de pesos, debido al crédito bancario que en pleno diciembre el Congreso local autorizó al Ejecutivo estatal.
El empréstito, por un monto superior a los cuatro mil millones de pesos, fue encausado para el pago de obra pública ya ejecutada. |
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