Publicado en Grupo Fórmula / 12 de Diciembre, 2012
Un cementerio prehispánico, ubicado a 300 metros del
pueblo de Onavas, al sur de Sonora, y de aproximadamente mil años de antigüedad,
fue descubierto por los arqueólogos, el cual da evidencias de las prácticas de
los antiguos grupos culturales de la entidad.
México.- Un cementerio prehispánico, ubicado a
300 metros del pueblo de Onavas, al sur de Sonora, y de aproximadamente mil años
de antigüedad, fue descubierto por los arqueólogos, el cual da evidencias de las
prácticas de los antiguos grupos culturales de la entidad.
Se trata de un sitio donde se encontraron los restos de 25 individuos, 13 de los cuales presentan deformación intencional del cráneo y cinco mutilación dentaria, informó en un comunicado el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
La arqueóloga Cristina García Moreno, responsable del proyecto de investigación realizado por la Universidad Estatal de Arizona (Estados Unidos), bajo la aprobación del Consejo de Arqueología del INAH, destacó que este descubrimiento da cuenta de costumbres no registradas en los antiguos grupos culturales del estado.
Esto se demuestra en la deformación craneal (frontal occipital) en los 13 individuos así como la modificación mediante el desgaste de la parte lateral de las piezas para darles la forma de "V", mencionó García Moreno.
"El área del hallazgo reúne características únicas, porque mezclan las expresiones de los grupos del norte de México -como el uso de ornamentos elaborados con conchas y caracoles del Mar de Cortés-, con tradiciones del Occidente nunca antes encontradas en territorio sonorense. Con este descubrimiento se amplía el límite de influencia de los pueblos mesoamericanos mucho más al norte de lo que tenía registrado la arqueología", explicó.
En Sonora, apuntó, no se había descubierto un cementerio como tal, lo más cercano está en el sitio arqueológico La Playa, donde se han recuperado más de 400 entierros, aunque subrayó que en ese lugar los esqueletos fueron enterrados adentro y afuera de las casas, pero en este caso, se trata de un área específica para enterrar muertos.
"Los grupos culturales más cercanos que desarrollaron este tipo de tradiciones están en el norte de Sinaloa y en el área de Marismas Nacionales (sur de Sinaloa y norte de Nayarit), que incorporaron a su cultura algunas costumbres del Occidente y Mesoamérica", indicó la investigadora.
De los restos óseos de los 25 individuos recuperados, 17 corresponden a menores de edad -de entre cinco meses y 16 años- y ocho son de adultos, sólo uno se atribuye al sexo femenino. Los fechamientos practicados en los restos humanos coinciden con el periodo Epiclásico mesoamericano (900-1200 d.C.).
De acuerdo con fuentes históricas, explicó, el espacio debió pertenecer a los antiguos indígenas pimas, grupo cultural de la región, cuyos descendientes se trasladaron hacia el límite estatal entre Sonora y Chihuahua.
"Pudo ser parte de un asentamiento ubicado dentro del área de tránsito que seguían los pueblos de la costa occidental al suroeste de Estados Unidos en el comercio de la turquesa, "y en ese transitar de poblaciones, los pimas adoptaron nuevas tradiciones procedentes de Mesoamérica", añadió.
La arqueóloga afirmó que estos descubrimientos dan pie a otras investigaciones en la parte sureste de Sonora, poco estudiada, "la parte norte, la desértica, el noreste y la costa son los más investigados; a partir de estos hallazgos se sabe que el sureste es distinto a lo que se conocía, este lado es completamente nuevo".
Notimex
Se trata de un sitio donde se encontraron los restos de 25 individuos, 13 de los cuales presentan deformación intencional del cráneo y cinco mutilación dentaria, informó en un comunicado el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
La arqueóloga Cristina García Moreno, responsable del proyecto de investigación realizado por la Universidad Estatal de Arizona (Estados Unidos), bajo la aprobación del Consejo de Arqueología del INAH, destacó que este descubrimiento da cuenta de costumbres no registradas en los antiguos grupos culturales del estado.
Esto se demuestra en la deformación craneal (frontal occipital) en los 13 individuos así como la modificación mediante el desgaste de la parte lateral de las piezas para darles la forma de "V", mencionó García Moreno.
"El área del hallazgo reúne características únicas, porque mezclan las expresiones de los grupos del norte de México -como el uso de ornamentos elaborados con conchas y caracoles del Mar de Cortés-, con tradiciones del Occidente nunca antes encontradas en territorio sonorense. Con este descubrimiento se amplía el límite de influencia de los pueblos mesoamericanos mucho más al norte de lo que tenía registrado la arqueología", explicó.
En Sonora, apuntó, no se había descubierto un cementerio como tal, lo más cercano está en el sitio arqueológico La Playa, donde se han recuperado más de 400 entierros, aunque subrayó que en ese lugar los esqueletos fueron enterrados adentro y afuera de las casas, pero en este caso, se trata de un área específica para enterrar muertos.
"Los grupos culturales más cercanos que desarrollaron este tipo de tradiciones están en el norte de Sinaloa y en el área de Marismas Nacionales (sur de Sinaloa y norte de Nayarit), que incorporaron a su cultura algunas costumbres del Occidente y Mesoamérica", indicó la investigadora.
De los restos óseos de los 25 individuos recuperados, 17 corresponden a menores de edad -de entre cinco meses y 16 años- y ocho son de adultos, sólo uno se atribuye al sexo femenino. Los fechamientos practicados en los restos humanos coinciden con el periodo Epiclásico mesoamericano (900-1200 d.C.).
De acuerdo con fuentes históricas, explicó, el espacio debió pertenecer a los antiguos indígenas pimas, grupo cultural de la región, cuyos descendientes se trasladaron hacia el límite estatal entre Sonora y Chihuahua.
"Pudo ser parte de un asentamiento ubicado dentro del área de tránsito que seguían los pueblos de la costa occidental al suroeste de Estados Unidos en el comercio de la turquesa, "y en ese transitar de poblaciones, los pimas adoptaron nuevas tradiciones procedentes de Mesoamérica", añadió.
La arqueóloga afirmó que estos descubrimientos dan pie a otras investigaciones en la parte sureste de Sonora, poco estudiada, "la parte norte, la desértica, el noreste y la costa son los más investigados; a partir de estos hallazgos se sabe que el sureste es distinto a lo que se conocía, este lado es completamente nuevo".
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