Tiempo de Política
Salvador Fernández
Publicado en el Diario de Tabasco
Tabasco, la despetrolización
De los cinco estados petroleros, tres sufrieron perdida de fuentes de trabajo, Campeche, Tabasco y Chiapas, claramente tres entidades no industrializadas, dependientes del sector primario y hasta hace poco con el petróleo como principal motor de sus economías.
Tamaulipas, y Veracruz no resintieron mayormente el impacto porque sus sectores productivos están diversificados y cuentan con un grado de producción de manufacturas importante.
Por ello, el mensaje de ayer fue claro: debemos en esta zona atrasada del sureste (se salvan Yucatán por su diversificación productiva y Quintana Roo por el turismo) iniciar una independencia económica.
Lo primero es desenmascarar el gran mito de la “vocación de Tabasco” de ser el gran prestador de servicios, como fue manejado equivocada, cómoda e irresponsablemente por los anteriores gobiernos estatales.
“¿Prestadores de servicios” para quién, si ya se fue una buena parte de las empresas contratistas de Pemex?, por el bajo precio de los hidrocarburos, como por agotamiento de los energéticos lo hicieron en Tuxpan, Poza Rica, dejando por no haber “sembrado el petróleo” filas de desempleados y sus economías quebradas.
La pregunta clave es “¿Cuál debe ser nuestro modelo de desarrollo a seguir? Del sector primario solo tres actividades sobreviven exitosamente: la ganadería y la producción de plátano y en menos medida la caña de azúcar. Debe haber una reorganización de plantaciones como el cacao, los cítricos, la pimienta, la copra y la pesca con la reorientación hacia la acuacultura de especies para alimentación y de ornato.
La reorganización debe ser autónoma de los productores, que deben demostrar mayoría de edad para no necesitar de papá gobierno para agruparse y ponerse de acuerdo qué y cómo producir.
Los gobiernos federal, estatal y casi simbólicamente los municipales, deben intervenir con la aportación o gestión con el sector bancario de créditos blandos, con rigorosas auditorías de su correcta aplicación en las actividades productivas, dada la vergonzosa experiencia de corrupción que llevaron al fracaso a agroindustrias como la pesca, con el famoso “guateo” (venta de pescado en altamar entre cooperativistas), el Frigorífico, Ultralácteos, en el sector ganadero y casos similares con malas administraciones en la Chocolatera y la planta coprera.
El camino hacia las agroindustrias está a la vista, solo deben entender los productores que el gobierno no está para rescatarlos financieramente cada sexenio porque la directiva en turno se roba la mayor parte de los subsidios que salen de nuestros impuestos y ellos se los gastan para sus lujos personales. Está claro que la corrupción no es exclusiva del sector público y está más arraigada y diseminada en los sectores productivos de lo que está a la vista. Es difícil de probar e incluso riesgosa de publicar en sectores como el cañero.
Debe trabajarse con idea y rumbo para que no se repitan reportes como “México Actividad Económica Regional”, elaborado hace dos años por Banamex, en el que se indica que cuatro de las entidades del país caracterizadas por ser primordialmente petroleras, Campeche, Tabasco, Tamaulipas y Veracruz, registraron los crecimientos más bajos en el país, a diferencia de los estados que muestran los mayores avances económicos dedicados al sector manufacturero y al mercado interno.
Se tiene que terminar la dependencia hacia el petróleo y el gobierno. El sector público debe propiciar las condiciones para la inversión en infraestructura e incentivos fiscales, pero son los empresarios y productores los responsables de crear los negocios, las agroindustrias para agregar valor a las materias primas, las fuentes de empleo.
Debemos todos asistir a un cambio de estructuras mentales, asumir la mayoría de edad para unidos exigir a la federación lo que nos corresponde. Pero con la sistemática confrontación política y las historias de corrupción, somos los generadores de nuestro propio menosprecio y falta de respeto.
En esto deben trabajar desde ahora los candidatos a gobernador, senadores, diputados federales, locales y presidentes municipales y presentar ideas coherentes en sus promesas y compromisos de campaña y la ciudadanía vigilar y exigir que se cumplan cuando sean gobierno.
Tamaulipas, y Veracruz no resintieron mayormente el impacto porque sus sectores productivos están diversificados y cuentan con un grado de producción de manufacturas importante.
Por ello, el mensaje de ayer fue claro: debemos en esta zona atrasada del sureste (se salvan Yucatán por su diversificación productiva y Quintana Roo por el turismo) iniciar una independencia económica.
Lo primero es desenmascarar el gran mito de la “vocación de Tabasco” de ser el gran prestador de servicios, como fue manejado equivocada, cómoda e irresponsablemente por los anteriores gobiernos estatales.
“¿Prestadores de servicios” para quién, si ya se fue una buena parte de las empresas contratistas de Pemex?, por el bajo precio de los hidrocarburos, como por agotamiento de los energéticos lo hicieron en Tuxpan, Poza Rica, dejando por no haber “sembrado el petróleo” filas de desempleados y sus economías quebradas.
La pregunta clave es “¿Cuál debe ser nuestro modelo de desarrollo a seguir? Del sector primario solo tres actividades sobreviven exitosamente: la ganadería y la producción de plátano y en menos medida la caña de azúcar. Debe haber una reorganización de plantaciones como el cacao, los cítricos, la pimienta, la copra y la pesca con la reorientación hacia la acuacultura de especies para alimentación y de ornato.
La reorganización debe ser autónoma de los productores, que deben demostrar mayoría de edad para no necesitar de papá gobierno para agruparse y ponerse de acuerdo qué y cómo producir.
Los gobiernos federal, estatal y casi simbólicamente los municipales, deben intervenir con la aportación o gestión con el sector bancario de créditos blandos, con rigorosas auditorías de su correcta aplicación en las actividades productivas, dada la vergonzosa experiencia de corrupción que llevaron al fracaso a agroindustrias como la pesca, con el famoso “guateo” (venta de pescado en altamar entre cooperativistas), el Frigorífico, Ultralácteos, en el sector ganadero y casos similares con malas administraciones en la Chocolatera y la planta coprera.
El camino hacia las agroindustrias está a la vista, solo deben entender los productores que el gobierno no está para rescatarlos financieramente cada sexenio porque la directiva en turno se roba la mayor parte de los subsidios que salen de nuestros impuestos y ellos se los gastan para sus lujos personales. Está claro que la corrupción no es exclusiva del sector público y está más arraigada y diseminada en los sectores productivos de lo que está a la vista. Es difícil de probar e incluso riesgosa de publicar en sectores como el cañero.
Debe trabajarse con idea y rumbo para que no se repitan reportes como “México Actividad Económica Regional”, elaborado hace dos años por Banamex, en el que se indica que cuatro de las entidades del país caracterizadas por ser primordialmente petroleras, Campeche, Tabasco, Tamaulipas y Veracruz, registraron los crecimientos más bajos en el país, a diferencia de los estados que muestran los mayores avances económicos dedicados al sector manufacturero y al mercado interno.
Se tiene que terminar la dependencia hacia el petróleo y el gobierno. El sector público debe propiciar las condiciones para la inversión en infraestructura e incentivos fiscales, pero son los empresarios y productores los responsables de crear los negocios, las agroindustrias para agregar valor a las materias primas, las fuentes de empleo.
Debemos todos asistir a un cambio de estructuras mentales, asumir la mayoría de edad para unidos exigir a la federación lo que nos corresponde. Pero con la sistemática confrontación política y las historias de corrupción, somos los generadores de nuestro propio menosprecio y falta de respeto.
En esto deben trabajar desde ahora los candidatos a gobernador, senadores, diputados federales, locales y presidentes municipales y presentar ideas coherentes en sus promesas y compromisos de campaña y la ciudadanía vigilar y exigir que se cumplan cuando sean gobierno.
TIEMPO FUERA.- Cierto, tan resignados de que la federación vea poco para abajo al sureste, que debemos reconocer que el anuncio del presidente superó con creces lo esperado, Doncito.
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