José Luis Gutiérrez Gutiérrez
jlggutierrez@hotmail.com
Publicado en tabascopolitico.com.mx
¡¡¡FUERA POR INEPTA!!!
La directora del Yumká, Cristell Pérez Arévalo, resultó un desastre. En los tres años y pico que lleva al frente en ese supuesto Centro -construido en el gobierno de Manuel Gurría Ordóñez- de Interpretación y Convivencia con la Naturaleza, la situación ha literalmente empeorado. Está peor que cuando gobernaba Andrés Rafael Granier Melo.
Aparte de corrupta, ineficiente, ineficaz e incompetente, la señora es prepotente, arrogante, soberbia, grosera y, sobre todo, inhumana, indolente. En pocas palabras: se cree la mamá de los pollitos. Padece, como la mayoría de los actuales funcionarios, el síndrome salinista: “ni los veo ni los oigo”.
Su permanencia ahí es inaceptable, contraproducente y desgastante, hasta en términos políticos y sociales. Ya no tiene ningún sentido seguirla sosteniendo en contra de todos en el Yumká, al menos, claro está, que el propósito gubernamental sea cerrarlo definitivamente, pues la iniciativa privada no va a entrarle, y menos en estos severos tiempos de crisis económica.
Su negligencia e irresponsabilidad ha provocado la muerte, según ella, de 114 animales, cuando en realidad las cifras deben, por obvias y sobradas razones, de ser más. Más aún cuando existe la sospecha del contrabando de pieles.
Y si no vamos a los extremos, no solo debe ser cesada, y borrón y cuenta nueva como oficialmente se acostumbra, sino investigada a fondo, y no nada más por los recursos que maneja arbitrariamente, capitalmente el dinero de las entradas, sino por las causas que provocaron el deceso de los animales.
Lo que el gobierno o, mejor dicho, Cristell Pérez Arévalo ha hecho en el Yumká, no tiene perdón de Dios. Por su proverbial ineptitud se vino abajo un parque Ecológico que durante muchos años fue un ejemplar atractivo turístico nacional e internacional.
Por desgracia, se ha convertido en una vergüenza mundial como otras tantas bellezas naturales tabasqueñas, que se han perdido por el poco interés no solo del gobierno estatal, sino también municipal, verbigracia, Cascadas de Agua Blanca, que hoy está prácticamente abandonado. ¡Lástima!
Cristell Pérez Arévalo tiene que irse, son de esos cambios obligados y necesarios, de lo contrario va a seguir muriéndose la fauna y la flora como hasta ahora. Internamente tiene serios problemas con el grueso del personal por abusiva. Si por ellos fuera, desde cuando la hubiesen corrido.
En serio, no tiene nada a su favor, todos está en su contra, asociaciones civiles, diputados, ciudadanos, etcétera.
Y es que el Yumká le quedó demasiado grande a la fémina.
“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI”
(LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)
Lo dicho ayer en telereportaje por “Chuy” Sibilla Oropeza en el programa Telereportaje, el más escuchado en Tabasco, y que cimbró dentro y fuera del gobierno, no es más que una síntesis de lo que dicen tiros y troyanos de este gobierno, incluidos hasta los de casa.
Algunos con voz clara y fuerte, como el citado locutor, la mayoría lo susurra por temor, por miedo a las represalias, sobre todo los que trabajan en el gobierno o depende de una u otra forma de él.
Que sufran de una miopía que raya en ceguera, esa es otra situación. Lo expuesto en la carta de Chuy dirigida al mandatario Arturo Núñez Jiménez es lo que piensan, insisto, los tabasqueños, y avecindados aquí.
La mejor prueba de ello, es la percepción adversa que tienen de este gobierno la mayoría de los gobernados.
Y en efecto, muchos apuestan y están segurísimos de que este gobierno no va a variar, seguirá la misma tónica: corrupción, negligencia, ineptitud, incompetencia, complicidad, irresponsabilidad, soberbia…
Juan José Rodríguez Prats, tiene razón, la mejor forma de servirle a Tabasco, “es diciendo la verdad”.
El gobierno está mal, y todo mundo lo sabe.
La intervención del zalamero ex procurador “granierista”, Gustavo Rosario Torres, fue desafortunada e inoportuna. No quedó bien ni con el diablo ni con Dios. El papel de vocero de facto que quiso asumir no le queda, ya que no tiene la calidad moral, ética y política para erigirse en defensor del gobierno.
La del encargado de la política interna, César Raúl Ojeda Zubieta, era obvia, no solo porque está dentro de sus funciones, sino toralmente porque su silencio podría interpretarse como un suicidio político.
De todas maneras, salió raspado, y bastantito.
El abucheo en Gaviotas tiene responsables, nombres y apellidos.
Definitivamente, fue un aciago lunes para el inquilino de la Quinta Grijalva, y eso que estamos a menos de la mitad del cuarto año de gobierno, así qué imagínense el año que entra, los chingadazos van a estar de a peso.
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