Manuel García Javier
Publicado en el Diario de la Tarde
¿Gina o Benito?
Dependiendo de quién sea el nuevo jerarca nacional priista, cargo que seguramente recaerá en un ex gobernador, los que aspiran a suceder la silla hoy en poder del PRD, podrán ver coronados sus anhelos de lograr la candidatura del PRI al Gobierno de Tabasco. De ahí derivará también quién supla en la dirigencia estatal al nefasto que –se comenta insistentemente—vendió al mejor postor el movimiento tricolor el pasado 7 de junio, Erubiel Alonso Que.
Por ello, con miras a las elecciones del 2018, y sin que todavía se dé la última palabra respecto a las elecciones pasadas, algunos actores políticos ya caminan por todo Tabasco en busca de los amarres que, llegado el momento, los catapulte como candidatos a la gubernatura. De ellos, solo dos se mencionan fuertemente: Georgina Trujillo Zentella y Benito Neme Sastré.
La primera de ellos ya realizando recorridos por diversas regiones de la entidad con la charola de diputada federal electa, cargo desde donde tranquilamente podrá moverse sin problema alguno. De la ex alcaldesa de Centro la población tabasqueña opina favorablemente y solo basta que se modere un poco en el trato hacia los demás para que logre su objetivo.
El segundo, Benito Neme Sastré, director general de Caminos y Puentes Federales y Servicios Conexos, aunque el cargo que ostenta le impide estar en forma permanente en su tierra natal, se siente en el ánimo de los tabasqueños, gracias al cariño y admiración que le profesaron a su señor Padre, el siempre recordado Salvador José Neme Castillo. Y cada vez que acude a estos lares, con su sola presencia pone a temblar a muchos.
Una cosa sí es muy cierta: que el próximo candidato priista a la gubernatura su destape no será de tipo local, sino que va a venir ungido procedente de la capital del país, es decir, a la vieja usanza tricolor, lo cual le dará la fuerza suficiente para las adhesiones, tal y como sucedió con Mario Trujillo, Leandro Rovirosa, Enrique González Pedrero y Salvador Neme Castillo con apoteósico recibimiento en el aeropuerto local.
Por ello es que cobra mayor fuerza el comentario de que cualquiera de los dos: Gina o Benito, regresen a Tabasco como abanderados del PRI; cualquiera de los dos son bien vistos por Don Arturo Núñez; ambos son hijos de destacados gobernantes que dejaron huella que aún perdura; ellos están preparados para gobernar esta tierra sureña.
Otro que se mueve como pez en el agua, aunque no es priista y se entiende que también ya no comulga con el PRD, es sin duda don Oscar Cantón Zetina, quien no quita el dedo del renglón en ser el mandamás de los tabasqueños, pero ahora al estilo “El Bronco” como candidato independiente. Es un político de valía que conoce los problemas de la entidad y ha caminado mucho en el mismo afán.
DAN VERGÜENZA LOS DIPUTADOS
Pasadas las elecciones y en espera de que ‘Cronos’ restañe heridas de perdedores o bien se realicen nuevos comicios en algunas comunas—cosa que no creemos--, lo que sigue es adecuar una legislación que termine de una vez por todas con la chapulinada de políticos vividores del presupuesto.
Como es del conocimiento de todos, hace un año y para ser exactos el 9 de junio de 2014, el Congreso de Tabasco aprobó las reformas constitucionales en materia político electoral enviada por el Ejecutivo del Estado, dando luz verde a la reelección de diputados hasta por 12 años y los ediles por 6 y con ello desaparecer de manera definitiva la frase “Sufragio efectivo. No reelección”, tantas veces mencionadas por Porfirio Díaz, Benito Juárez y por último como grito de guerra de Francisco I. Madero al inicio de la Revolución Mexicana.
En los últimos días, hemos observado cómo con el mayor descaro algunos legisladores regresaron como si nada hubiese ocurrido a sus respectivas curules después de haber ganado o perdido las elecciones. Es penoso ver que ahora con doble cachucha algunos y otros con la colita entre los pies por haber fracasado, los diputados chapulines ostenten doble nombramiento: el de candidatos electos y el de representantes populares que les permite continuar mamando de la ubre presupuestal.
Insertar un apartado en la constitución local que permita la reelección ya fue aprobado, falta ver en qué articulado; pero también urge otro párrafo que los obligue a terminar el cargo para el que fueron electos. Es decir, si un diputado o un alcalde juró ante la Carta Magna cumplir con el cargo durante tres años justitos, que lo cumpla a cabalidad y si pretende reelegirse, pues que desde el mismo cargo espere la decisión del pueblo que es, al fin y al cabo, el que decide en las urnas, pero jamás ausentarse porque sería violar los preceptos constitucionales. Por lo demás, todo bajo control. Nos leemos en la próxima.
¿Gina o Benito?
Dependiendo de quién sea el nuevo jerarca nacional priista, cargo que seguramente recaerá en un ex gobernador, los que aspiran a suceder la silla hoy en poder del PRD, podrán ver coronados sus anhelos de lograr la candidatura del PRI al Gobierno de Tabasco. De ahí derivará también quién supla en la dirigencia estatal al nefasto que –se comenta insistentemente—vendió al mejor postor el movimiento tricolor el pasado 7 de junio, Erubiel Alonso Que.
Por ello, con miras a las elecciones del 2018, y sin que todavía se dé la última palabra respecto a las elecciones pasadas, algunos actores políticos ya caminan por todo Tabasco en busca de los amarres que, llegado el momento, los catapulte como candidatos a la gubernatura. De ellos, solo dos se mencionan fuertemente: Georgina Trujillo Zentella y Benito Neme Sastré.
La primera de ellos ya realizando recorridos por diversas regiones de la entidad con la charola de diputada federal electa, cargo desde donde tranquilamente podrá moverse sin problema alguno. De la ex alcaldesa de Centro la población tabasqueña opina favorablemente y solo basta que se modere un poco en el trato hacia los demás para que logre su objetivo.
El segundo, Benito Neme Sastré, director general de Caminos y Puentes Federales y Servicios Conexos, aunque el cargo que ostenta le impide estar en forma permanente en su tierra natal, se siente en el ánimo de los tabasqueños, gracias al cariño y admiración que le profesaron a su señor Padre, el siempre recordado Salvador José Neme Castillo. Y cada vez que acude a estos lares, con su sola presencia pone a temblar a muchos.
Una cosa sí es muy cierta: que el próximo candidato priista a la gubernatura su destape no será de tipo local, sino que va a venir ungido procedente de la capital del país, es decir, a la vieja usanza tricolor, lo cual le dará la fuerza suficiente para las adhesiones, tal y como sucedió con Mario Trujillo, Leandro Rovirosa, Enrique González Pedrero y Salvador Neme Castillo con apoteósico recibimiento en el aeropuerto local.
Por ello es que cobra mayor fuerza el comentario de que cualquiera de los dos: Gina o Benito, regresen a Tabasco como abanderados del PRI; cualquiera de los dos son bien vistos por Don Arturo Núñez; ambos son hijos de destacados gobernantes que dejaron huella que aún perdura; ellos están preparados para gobernar esta tierra sureña.
Otro que se mueve como pez en el agua, aunque no es priista y se entiende que también ya no comulga con el PRD, es sin duda don Oscar Cantón Zetina, quien no quita el dedo del renglón en ser el mandamás de los tabasqueños, pero ahora al estilo “El Bronco” como candidato independiente. Es un político de valía que conoce los problemas de la entidad y ha caminado mucho en el mismo afán.
DAN VERGÜENZA LOS DIPUTADOS
Pasadas las elecciones y en espera de que ‘Cronos’ restañe heridas de perdedores o bien se realicen nuevos comicios en algunas comunas—cosa que no creemos--, lo que sigue es adecuar una legislación que termine de una vez por todas con la chapulinada de políticos vividores del presupuesto.
Como es del conocimiento de todos, hace un año y para ser exactos el 9 de junio de 2014, el Congreso de Tabasco aprobó las reformas constitucionales en materia político electoral enviada por el Ejecutivo del Estado, dando luz verde a la reelección de diputados hasta por 12 años y los ediles por 6 y con ello desaparecer de manera definitiva la frase “Sufragio efectivo. No reelección”, tantas veces mencionadas por Porfirio Díaz, Benito Juárez y por último como grito de guerra de Francisco I. Madero al inicio de la Revolución Mexicana.
En los últimos días, hemos observado cómo con el mayor descaro algunos legisladores regresaron como si nada hubiese ocurrido a sus respectivas curules después de haber ganado o perdido las elecciones. Es penoso ver que ahora con doble cachucha algunos y otros con la colita entre los pies por haber fracasado, los diputados chapulines ostenten doble nombramiento: el de candidatos electos y el de representantes populares que les permite continuar mamando de la ubre presupuestal.
Insertar un apartado en la constitución local que permita la reelección ya fue aprobado, falta ver en qué articulado; pero también urge otro párrafo que los obligue a terminar el cargo para el que fueron electos. Es decir, si un diputado o un alcalde juró ante la Carta Magna cumplir con el cargo durante tres años justitos, que lo cumpla a cabalidad y si pretende reelegirse, pues que desde el mismo cargo espere la decisión del pueblo que es, al fin y al cabo, el que decide en las urnas, pero jamás ausentarse porque sería violar los preceptos constitucionales. Por lo demás, todo bajo control. Nos leemos en la próxima.
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