lunes, 10 de octubre de 2011

Transparencia Política: Erwin Macario Rodríguez / Columna / Oct 10

(Publicado en el Diario Rumbo Nuevo)
erwinmacario@hotmail.com

Amistad política

Pienso también que el reportero, y quizá el articulista, no debieran tener políticos amigos. La amistad maniata. Marco Aurelio Carballo/ Crónica de una novela.

Sin llegar al extremo de que el periodista se amuralle, use la pluma como arma solamente y no como instrumento de creación, sí hay que reconocer que muchos son los casos en que la relación amistosa entre el informador y la fuente jalonean la historia, la desvirtúan.

Tampoco quiere esto decir que el comunicador se convierta en un ermitaño y no tenga amigos. La amistad es una relación que crece ajena a los cargos públicos, aunque muchos políticos la contaminen no solamente en la práctica del contacto profesional con la prensa sino en el propio ejercicio del poder, al preferir por encima de virtudes y aptitudes a sus amigos en los cargos públicos.

Que un amigo llegue al poder no es, en la mayoría de los casos, ni siquiera una ventaja profesional. Los compromisos, las alianzas, y a veces, muchas veces, las complicidades, hacen que se relegue de un cargo al ciudadano que tiene más méritos que el amigo, el pariente o el compadre.

Acusar, señalar, por otro lado, al periodista que es amigo de un político, etiquetarlo y con ese sambenito intentar desmerecer su trabajo, es otro de los graves conflictos para el periodismo.

Tal pareciera que mientras algunos quisieran que el que es ayudante de la Historia renunciara a toda sociabilidad, otro les exigen no lealtad sino sumisión, servilismo: “Estás conmigo o estás contra mí”.

Así, no es raro que algunos colegas se vean señalados por los grupos políticos por la amistad que cultivan, desde hace tiempo, con uno o algunos de los tabasqueños que aspiran gobernar esta entidad federativa.

Amistad que, al parecer, estorba. Y en realidad no ayuda, insisto, siquiera para tener de primera mano lo que es importante comunicar. Excepto cuando, como sucede en la Mesa González Maza, se practica el periodismo confidencial con todo los que son actores políticos, sin colores ni intereses partidarios o de poder gubernamental.

Marco Aurelio Carballo, en Crónica de novela, que se utiliza como epígrafe en este texto, ilustra al respecto:
Cierta vez pasé el dato a un reportero sobre equis problema en equis delegación política.

—No puedo escribir nada —dijo mi colega— el delegado es mi amigo.

El hecho narrado, muy recurrente en la relación medio-fuente, muestra uno de los problemas que enfrenta el periodismo y la amistad.

Pero Carballo deja bien sentado lo que pasa, casi siempre en esa relación:

Cuando ese funcionario fue gobernador, nunca le cumplió la promesa de nombrarlo jefe de prensa.

En realidad no hay, quizá, quien no tenga experiencias al respecto. En lo particular el columnista ha sido amigo, desde Mario Trujillo a la fecha, de todos los gobernadores de Tabasco, con excepción de Enrique González Pedrero, a quien ahora lo une no sólo una amistad sino el respeto y el reconocimiento a lo que hizo por Tabasco.

En los casos de que esta amistad la creía más fuerte hubo las peores decepciones, profesionalmente hablando. Con excepción de Leandro Rovirosa y Salvador Neme Castillo: Roberto Madrazo mató al Diario de Tabasco y, como él, Manuel Gurría Ordoñez se rodeó de nuevos y mejores amigos.

Escuchar, pues, que se señala con malos intereses a un periodista por ser amigo de tal o cual aspirante, hace pensar que antes de que éste llegue al poder ya está siendo perjudicado.

Se exige a los amigos, por citar a los más importes de la lista para el 2012, que no mencionen al ejercer el periodismo sino las bondades del aspirante y, por el contrario, señalar los errores del contrincante. Así se verá que Humberto Mayans es agredido por algunos y elogiado por otros; a Luis Felipe Graham le perdonan las fallas de quienes forman parte de su secretaría; Jesús Alí de la Torre, los errores en algunas obras y las fallas de algunos de sus funcionarios, a los que no ha corrido en su totalidad…

Se trata, pues de pervertir la amistad con la complicidad o con el señalamiento para cerrarle las puertas de los grupos contrarios.

No se puede entender, en un pueblo como Tabasco, donde los políticos en gran parte se han hecho en trabajo de años, que los periodistas no sean amigos de muchos de ellos. ¿Serlo de Arturo Núñez, por ejemplo, demerita el trabajo de un periodista? ¿Es malo, como sucede con muchos, ser amigo de Humberto Mayans?

Lo idóneo sería que el periodista fuera amigo de todos y pusiera la verdad por encima de la propia relación amistosa. Muchos colegas practican la amistad con quienes conocen desde antes que se pensara el político llegara a la antesala de la gubernatura. Y eso debe respetarse. Mucho ganaría la política en estos tiempos que pareciera que todos los aspirantes están por acabar los enfrentamientos que se han dado en el pueblo tabasqueño, según las entrevistas aparecidas en este matutino.

En fin, tras mi ausencia obligada, encuentro temas para escribir.

LADO CLARO

La amistad no está reñida con la política y no debe ser desvirtuada por quienes aspiran a la sucesión del 2012.

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