jueves, 13 de octubre de 2011

Opinión: Francisco Peralta Burelo / Oct 13

(Publicado en el Diario Tabasco Hoy)

¿Consulta o simulación?

Francisco Labastida Ochoa se rehusó a estar presente en la reunión de Consejo Político Nacional que se celebró el pasado sábado en la Ciudad de México, y en la que el PRI definiría el método que emplearía para la nominación de su candidato a la Presidencia de la República, para "no prestarse a la simulación", según dijo. Así, con estas palabras, justificó al ex candidato presidencial priista, que en todo momento se ha manifestado contrario a la consulta abierta su inasistencia a tal reunión. No voy, dijo, para no prestarme a una simulación, y no fue. Esa fue la postura del consejero político Labastida Ochoa. Ahora bien, ¿qué razones tuvo él para hablar de simulación y para decir que no se prestaría a ella convalidando la decisión que se tomara con su presencia?. Seguramente tuvo sus razones. ¿Cuáles fueron éstas?. El sinaloense no las reveló (quizá por prudencia o por no dar la nota discordante). Sin embargo habló de simulación. Esto es, que en esa reunión nacional se realizaría un acto simulado, al que él no se prestaría. ¿Y cuál sería éste?. Posiblemente la asamblea misma; tal vez los acuerdos que en ella se tomaran y aprobaran (que de antemano habría de haber conocido Labastida). Aprobar la consulta abierta pudo ser, quizá, el acto simulado al que él se refirió. ¿Y por qué esto?. Tal vez porque ese método --que Labastida Ochoa reprueba, porque pudo haberle costado la Presidencia de la República-- fuera a ser aprobado por los consejeros políticos pero no puesto en marcha después, sino desechado. Expliquémonos. El Consejo Político Nacional iba a aprobar la consulta abierta como método para elegir al candidato presidencial del PRI, pero eso sería algo así como una mascarada, como un truco, pues, y de ahí la simulación de la que él hablara, porque en todo caso se trataría de una candidatura de unidad disfrazada, disimulada, encubierta. Se aprobaría, pues, la consulta abierta, pero a la hora de la hora --y he ahí la posible simulación a la que Labastida no quiso prestarse-- no se aplicaría porque el propio Consejo Político Nacional (o el CEN) conduciría el proceso sucesional interno por la vía de la candidatura de unidad, arguyendo una u otra razón. Manlio Fabio, por ejemplo, se inscribiría a la consulta y llegado el momento declinaría a favor de Peña Nieto, con lo que predominaría sería la candidatura de unidad pese a no haber sido aprobada ésta por los consejeros priistas. Francisco Labastida Ochoa quizá no quiso prestarse a la aprobación de una consulta abierta que no se aplicaría, porque detrás de la aprobación --y allí la simulación de que él hablara, posiblemente-- estaba encubierta la candidatura de unidad. Tal vez por ello Labastida Ochoa habló de simulación y de no prestarse a ella. ¿O acaso hubo otra razón para declarar eso y para no asistir a la reunión del CPN de su partido?

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