martes, 21 de diciembre de 2010

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Sensibles pérdidas de historiadores y antropólogos en 2010
Publicado en Grupo Fórmula / 21 de Diciembre, 2010

Este año el INAH lamentó el fallecimiento de destacados investigadores, entre ellos Carlos Monsiváis, Enrique Nalda, Patricia Real y Joaquín García-Bárcena. Su trabajo y perseverancia aportó un valioso legado sobre el conocimiento y difusión del patrimonio cultural de México.

Al hacer un recuento de los personajes de la cultura, historiadores y escritores, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) se vistió de luto durante 2010 con las sentidas pérdidas de estudiosos que dedicaron su vida a la museografía, investigaciones históricas, antropológicas y arqueológicas, mismos que con ahínco y empeño fueron constructores de conocimiento científico y académico, a través de su ardua labor.

Carlos Monsiváis. Padre de la crónica moderna

Entre los fallecidos, figura Carlos Monsiváis, que dentro del INAH fue impulsor de una línea de investigación dedicada exclusivamente a la historia cultural escrita, a través de la cual se realizan estudios sobre la producción de hombres de letras de diferentes épocas y su relación con la economía y la política de su tiempo.

Dentro del INAH fue impulsor de una línea de investigación dedicada exclusivamente a la historia cultural escrita, a través de la cual se realizan estudios sobre la producción de hombres de letras de diferentes épocas y su relación con la economía y la política de su tiempo.

Además de periodista, ensayista y analista de temas políticos y culturales de actualidad, fue investigador en la Dirección de Estudios Históricos (DEH) del INAH, donde dejó grandes aportaciones en el área de Historia Contemporánea.

Apoyó el Diplomado en Historia del Siglo XX Mexicano, así como el Taller de Historia del Libro, dentro del cual se impulsó el foro virtual Hacia el Bicentenario de la Independencia y la Revolución Mexicana. En ambos proyectos impulsó, en el ámbito académico de México y América Latina, abrir el debate en torno a los procesos sociales y transformaciones del siglo.

Enrique Nalda. Amante de la cultura maya

Llegó al sur de Quintana Roo en 1987 para trabajar en diversos proyectos de investigación arqueológica e indagar acerca del colapso de la antigua cultura maya. Su arduo trabajo arqueológico otorgó aportaciones valiosas para entender la importancia de dicha civilización, muchas de éstas plasmadas en diversas publicaciones.

Dentro de los últimos proyectos que encabezó están las investigaciones en Ichkabal, que exploró desde los 70, así como en Dzibanché y Kohunlich, como parte de los trabajos del Fondo Nacional Arqueológico.

Además, estuvo al frente de diversos cargos en el INAH: como jefe del Departamento de Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicas (1983-1984) donde impulsó, junto con el arqueólogo Javier López, las bases del proyecto Atlas Arqueológico Nacional, cuyo objetivo era crear un inventario del patrimonio arqueológico del país.

Patricia Real. Talento museográfico

Laboró por más de 20 años en el INAH, institución para la cual coordinó con sabiduría y talento el montaje de diversas exposiciones nacionales e internacionales, además de guiones museográficos de recintos como el Museo Nacional de Antropología (MNA) y el Museo del Templo Mayor (MTM). Al momento de fallecer se desempeñaba como directora de Museos de la Coordinación Nacional de Museos y Exposiciones.

Fue subdirectora de Museografía en el MTM (1987-1996); también trabajó en el diseño y montaje de la Sala Mexica del MNA (1998-2000). Así mismo, participó en la reestructuración de las salas Teotihuacana, Nahua, Golfo, Occidente y Norte del mismo recinto, entre los años 2000 y 2001.

Su talento se pudo apreciar en innumerables exposiciones nacionales e internacionales, entre ellas: Zares. Arte y Cultura del Imperio Ruso; Pompeya y una villa romana, Arte y cultura alrededor de la bahía de Nápoles; Moana, Culturas de las Islas del Pacífico; Moctezuma II. Tiempo y destino de un gobernante y Rostros de la divinidad. Los mosaicos mayas de piedra verde.

Anne Chapman. Apasionada por los grupos indígenas americanos

Antropóloga franco-estadounidense, Chapman se dedicó al estudio de las etnias de los Altos de Chiapas, y develó investigaciones sobre culturas hoy extintas como la selk´nam, los yámana y los haush de Tierra de Fuego, en la Patagonia.

Formó parte de la primera generación de egresados de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), lugar donde se interesó sobre la cultura mexicana y profundizó sobre el conocimiento de los grupos tzotziles y tzeltales de Chiapas.

Diversas de sus investigaciones fueron plasmadas en varias publicaciones, mismas que se encuentran entre los 150 volúmenes que Chapman donó a la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, de los cuales 20 son de su autoría.

Joaquín García-Bárcena. Impulsor de la paleontología mexicana

Encaminó sus esfuerzos al estudio sobre la prehistoria y de las primeras épocas del desarrollo humano en el territorio mexicano, cuyos resultados quedaron plasmados en obras como La etapa lítica en el sureste mexicano, El panorama de la prehistoria en Chiapas, Primeros pobladores y La etapa lítica en México.

Fue miembro de diversas academias científicas y cumplió con varias comisiones honoríficas y oficiales. Así mismo, ocupó diversos cargos dentro del INAH y fue subdirector de Paleontología a partir de 1995 y hasta el día de su fallecimiento.

En sus 41 años de investigador dejó cerca de un centenar de trabajos publicados entre libros, ensayos, artículos y notas; también fue coeditor de la revista Arqueología (1991-2001), y vocal fundador de la Dirección Científica de la revista Arqueología Mexicana desde 1993.

Javier Galván. Tras los misterios de las culturas de Occidente.

Su investigación más importante fue el descubrimiento de las tumbas de tiro (bóvedas subterráneas donde se depositaban varios cuerpos junto con sus ofrendas) de Tabachines, Jalisco, mismo que publicó bajo el nombre Las tumbas de tiro en el Valle de Atemajac (1991).

También exploró en Ixtépete y el pequeño Guachimontón, en la delegación de Santa Ana Tepetitlán. Dichos estudios ayudaron a dar una visión más amplia sobre la civilización Teuchitlán y su manifestación en el valle de Atemajac.
Además investigó, junto con el arqueólogo Cuauhtémoc de Regil, el sitio arqueológico ubicado al pie de La Primavera, en Zapopan, en el mismo fraccionamiento. Ahí estudió un conjunto ceremonial prehispánico del tipo llamado Guachimontones, que posee patios, juegos de pelota, plataformas y espacios vinculados a las celebraciones rituales de Teuchitlán. Trabajó durante 35 años en el Centro INAH-Jalisco.

Jorge Serrano. Pilar de la arqueología en BC.

Fue el primer arqueólogo del Centro INAH-Baja California, al que se incorporó como responsable de la Sección de Arqueología en 1986, al mismo tiempo en que nació la delegación del Instituto en esa entidad.

Impulsó el desarrollo de los encuentros binacionales México-EU, como el de Balances y Perspectiva de la Antropología e Historia de Baja California; además destacó como entusiasta promotor de la protección del patrimonio cultural en diferentes espacios, a través del trabajo con instituciones educativas y la creación de talleres infantiles de arqueología.

Hasta su fallecimiento tuvo a su cargo la Bodega de Colecciones del Centro INAH-BC y el Registro de Colecciones Arqueológicas, además participó en diferentes foros nacionales e internacionales, conferencias, cursos de arqueología; fue autor de diversos artículos especializados y fundador del Seminario de Historia de Baja California.

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