Chavo Suárez, el recto (II de dos Partes)
—Me va hacer este pequeño favor, ¿verdad? No lo olvidaré. Hable con mis amigos de la vecindad. Todos le dirán que soy hombre que gusta de manifestar su agradecimiento. Mario Puzo / El Padrino
La rectitud no conoce de favores. No lo necesita. Quien, como Chavo Suárez, predica diariamente con el ejemplo sin mácula de una vida libre de la menor sospecha, no tiene que entender el lenguaje del Don, tan recurrido en la política.
Chavo Suárez no se considera político por eso no entiende eso de que a Vito Corleone le fallara Jhonny Fontane al no ayudar al amigo mutuo Nino.
La novela de Puzo lo deja claro: Pero, ¿cómo podía saber que sería artista? La respuesta era obvia, Porque se figuraba que él, Jhonny, le prestaría su ayuda. ¿Y cómo llegó a figurárselo? Porque se lo insinuaría, sabiendo que a él, a Johnny Fontane, le bastaría su insinuación para volcarse en ayuda de Nino. Naturalmente, nunca le hubiera pedido que le hiciera. Se limitó a darle a entender que le complacería el que ayudara a Nino. Ahora el Padrino estaba herido y, por lo tanto, el Oscar volaría…
Tampoco entiende, ni necesita para ganar el cielo del agradecimiento popular que su trabajo al frente de Tránsito le reserva, aquello de que “los exploradores del Ártico esconden cajas de víveres a lo largo de la ruta hacia el Polo Norte… para tener comida en el caso de que la necesiten” y que El Padrino hace lo mismo con los favores: “llegará un día en que todos y cada uno de los ahora favorecidos tendrán que hacer algo por él. ¡Y desgraciados de ellos si no lo hacen”.
Eso no importa a los políticos derechos, no chuecos, rectos como Chavo Suárez que no necesitan hacer favores y mucho menos si con ellos se macula siquiera con el pensamiento su imagen de hombre probo. Su camino al Polo Norte tiene otras protecciones: quienes son sus amigos y se enorgullecen mutuamente de la honradez de ellos y de él. Los que mañana le pagarán la distinción de sentarlos a sus mesas.
No necesita sembrar otros amigos. Ellos son los que, como él, se honran en la honradez, en la honestidad. Los que tal vez en aras del alimento de hoy lucharán para que nadie cambie la historia de su paso por la Policía Estatal de Caminos. Ya no les da tiempo de declararlo el funcionario del año. Tal vez para el 2011.
Pero vale la pena aclarar que si bien esto no es un elogio a la rectitud de Chavo Suárez porque para ello están los ciudadanos que han respetado la leyes de Tránsito, los que con gusto pagan grúas y multas, soportan “accidentes” en los operativos antialcohólicos, tampoco debe tomarse como una agresión sino como una reflexión acerca de la dureza de carácter del funcionario.
A tiempo la historia juzgará. Entonces, esos que hoy sí son sus amigos, actuarán con la realeza de su preclara alcurnia sostendrán en el campo de las letras, con sus armas de gratitud y lealtad, lo que hoy alaban y cobran y les hace, con la paciencia disciplinada, guardar silencio por ahora.
Entonces brillará sin mácula su nombre, su honor, lo único que sobrevive a los sexenios, aunque sea infamado, acusado sin razón como algunos creen y defienden los cafés, como ayer sucedió en Sanborns.
Será entonces que, como el duque de Norfolk, personaje de William Shakespeare en su obra El rey Ricardo II, podrán exclamar en su nombre: “Mi carísimo señor, el más puro tesoro que me concede esta vida mortal es una reputación intachable, destruida la cual los hombres son tan solo barro dorado o pintada arcilla. Un espíritu valeroso dentro de un pecho leal es una joya en un cofrecillo con diez cerraduras. Mi honor es mi vida, ambas son una y la misma cosa. Quitadme mi honor, y ha dado fin mi vida”
LADO CLARO
El vergonzante favor solicitado y negado se ha resuelto. Todos saben que las leyes prescriben un mínimo y un máximo. La severidad del juez no es justicia, fin preclaro que deben perseguir las leyes. Que bueno que todo esto sirvió para ponderar al que se considera el más recto de los funcionarios del gobierno de Andrés Granier y dio tema para cerrar con dos de los tres últimos textos de este año 2010. Mañana intentaré reflexiones menos profundas y temas más sencillos.
*Periodista. Premios: Radio Chapultepec, Club Primera Plana (35 y 40 años), Premio México de Periodismo, el Premio Estatal 1991 y el Rumbo Nuevo 2010. Ha publicado Periodismo y utopía, Vocabulario tabasqueño (en colectivo) y el prólogo de La última ruta de Cuauhtémoc, de Humberto Muñoz Ortiz www.erwinmacario.blogspot.com
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