El gabinete de Dilma Rousseff
Fuente Azteca Noticias / Reuters / 30 de diciembre de 2010 / 12:40 hrs
Brasilia, Brasil.- La presidenta electa de Brasil, Dilma Rousseff, ha escogido a muchos miembros de su Gabinete de las filas del oficialista Partido de los Trabajadores (PT) o del Gobierno actual, señalando una política de continuidad en varias áreas.
Dilma fue la jefa de Gabinete del presidente Luiz Inácio Lula da Silva ganó las elecciones por amplia mayoría el pasado 31 de octubre.
A continuación, algunos datos sobre los miembros clave del Gabinete de Rousseff.
Guido Mantega, ministro de Hacienda: Asesor económico de larga data de Lula, ayudó a supervisar la más vigorosa expansión económica de Brasil en más de dos décadas.
Mantega ha mantenido la mayor parte de las políticas de mercado adoptadas en la década de 1990, pero también tomó agresivas medidas de estímulo fiscal durante la crisis económica global, lo que condujo al deterioro de las cuentas públicas y algo de preocupación entre los inversores.
Ha prometido una estricta disciplina fiscal en el 2011, de modo que el Gobierno de Rousseff pueda cumplir con su meta de superávit presupuestario del 3,3 por ciento del producto interno bruto (PIB) y ayude a la reducción de la tasa de interés a largo plazo.
Alexandre Tombini, presidente del Banco Central: Tombini, actualmente director de regulación financiera del Banco Central, es un experimentado combatiente de la inflación que se cree que no cederá a la presión política y continuará con la política monetaria conservadora.
Tombini tuvo un rol fundamental en 1999 al ayudar a diseñar el actual esquema de fijar metas de inflación, que Rousseff ha prometido mantener. Tombini ha dicho que Rousseff también le aseguró que el Banco Central tendrá una completa autonomía operacional durante su mandato.
Antonio Palocci, jefe de gabinete: Considerado ampliamente como responsable de ganar la confianza de los inversores y estabilizar los mercados financieros cuando fue ministro de Hacienda en los primeros años del Gobierno de Lula.
Médico de profesión, Palocci ayudó a fundar el Partido de los Trabajadores en 1980 y, como alcalde dos veces de una ciudad de tamaño medio en el estado de Sao Paulo, fue uno de primeros políticos del PT en tener experiencia ejecutiva.
Palocci es visto como una de las figuras más pro mercado en el PT y una vez fue indicado como posible sucesor de Lula.
Sin embargo, luego de un escándalo ético que lo obligó a renunciar al Ministerio de Hacienda en el 2006, asumió un perfil más bajo hasta que emergió nuevamente como figura principal durante la campaña de Rousseff.
Edison Lobao, ministro de Minas y Energía: El senador Edison Lobao, un ex periodista y político que fue ministro de Energía hasta abril, volverá a ocupar el cargo.
Lobao supervisará una reformulación legal de la industria petrolera que fue aprobada recientemente por el Congreso. También liderará una reestructuración del sector minero, que se espera que endurezca la vigilancia regulatoria y restrinja las concesiones exploratorias.
Nelson Jobim, ministro de Defensa: Experimentado abogado y legislador que ha ocupado los cargos de ministro de la Corte Suprema y ministro de Justicia, Jobim ha sido ministro de Defensa desde el 2007.
Le pidieron que continúe en su cargo actual debido a su buen entendimiento con las altas esferas militares.
Seguirá alineando a las fuerzas armadas con los nuevos objetivos de defensa de proteger la producción de crudo costa afuera y patrullar las fronteras para combatir el narcotráfico y las incursiones de rebeldes extranjeros.
Fernando Pimentel, ministro de Industria y Comercio: Quizás el asesor en el que más confía Rousseff, Pimentel es un ex estudiante activista y amigo desde hace muchos años de la presidenta electa, desde sus días de lucha contra la dictadura en Brasil.
Fue alcalde de la tercera ciudad más grande de Brasil, Belo Horizonte, donde tenía altos índices de aprobación.
Es considerado moderado en política monetaria y ha respaldado el incremento del suministro de crédito para el crecimiento económico, así como también metas flexibles para el superávit presupuestario.
Antonio Patriota, ministro de Relaciones Exteriores: Un diplomático de carrera que actualmente tiene el segundo cargo más alto en el Ministerio de Relaciones Exteriores, se espera que Patriota continúe con la política exterior actual de Brasil.
Sin embargo, podría ser menos confrontativo que el actual canciller, Celso Amorim, en temas como Irán, donde los intentos de mediación de Brasil han enfadado a Washington y a otros países de Occidente.
La carrera de Patriota incluyó designaciones en la ONU, en Nueva York, y en la Organización Mundial de Comercio, en Ginebra, además de desempeñarse como embajador en Washington.
Wagner Rossi, ministro de Agricultura: Rossi, que actualmente sirve como ministro de Agricultura, buscará mantener el crecimiento en el pujante sector agropecuario de Brasil y ayudará a reducir las restricciones de importación en Europa y otros lugares a los productos agrícolas de Sudamérica.
Paulo Bernardo, ministro de Comunicaciones: Bernardo, actual ministro de Planificación, Presupuesto y Gestión, supervisará los intentos del Gobierno por expandir el acceso a internet de banda ancha y bajo costo en todo el país.
Miembro del Partido de los Trabajadores, es considerado un burócrata leal que ha defendido políticas de mercado y la disciplina fiscal.
Jose Eduardo Cardozo, ministro de Justicia: Abogado y legislador del PT, Cardozo jugó un rol clave durante la campaña de Rousseff.
Como ministro de Justicia, lidiará con temas de seguridad pública y supervisará a la policía federal en su combate al narcotráfico y la corrupción.
Gilberto Carvalho, secretario General de la Presidencia : Carvalho, actualmente un alto asesor de Lula, preparará los discursos y viajes de Rousseff y actuará como vínculo con los poderosos movimientos sociales de Brasil.
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