(Publicado en el Diario Avance Tabasco)
JUSTICIA A MARICELA ESCOBEDO
Maricela Escobedo fue una mujer que luchó por esclarecer el asesinato de su hija, encontró al asesino, pero fue dejado en libertad por los jueces, por no encontrar los elementos que probaran la autoría del crimen, pues la única prueba que presentó el Ministerio Público en la averiguación previa, fue la confesión del criminal -- y esta dejó de ser la reina de las pruebas--, en la que narraba la forma en que había llevado a cabo el asesinato de quien fuera su pareja. Basados en la aplicación de la justicia positivista que exige el cumplimiento de los elementos del tipo que señala el Código penal para incriminar a un supuesto culpable, los jueces no tuvieron la capacidad de buscar los elementos del iusnaturalismo que le permitieran fundar y motivar una posible decisión de sentenciar al asesino que durante tanto tiempo buscó la señora Maricela Escobedo, y cuando lo llevó ante las autoridades, éstas no tuvieron la capacidad para hacer justicia. Por este motivo, la señora Escobedo mantenía un plantón frente al palacio de gobierno de Chihuahua, en reclamo de justicia; en esas estaba, cuando el mismo asesino de su hija que había sido liberado por los jueces en un juicio oral, llegó hasta donde se encontraba en plantón y le disparó un arma en la cabeza, que le quitó la vida a la señora Maricela Escobedo. Son infinidad de casos que se dan en este país de hombres que privan de la vida a sus mujeres, sin que las autoridades investiguen y hagan justicia y esta mujer que luchó por esclarecer el homicidio de su hija, fue privada de la vida. Desafortunadamente, esta mujer que era de escasos recursos económicos, no pudo contar con la protección que le permitiera resguardar su vida, como sí lo ha hecho la señora Isabel Miranda de Wallace, otra mujer que ha luchado por esclarecer el secuestro y asesinato de su hijo, que ha dado una intensa batalla ante el gobierno federal y hoy tiene en la cárcel a los secuestradores y asesinos de su hijo, y hasta fue galardonada con el premio nacional de Derechos Humanos, por esta lucha que ha dado; afortunadamente, la señora Isabel Miranda, es una mujer con posibilidades económicas suficientes para autoprotegerse de los delincuentes, situación distinta a la que le tocó correr a Maricela Escobedo. El asesinato de esta mujer que luchó por encarcelar al asesino de su hija, es responsabilidad del gobierno que ha sido incapaz de cumplir con su labor de investigar y castigar a los delincuentes, por ello es que muchas personas tienen que hacer el trabajo que le corresponde hacer a las autoridades legalmente establecidas, pero al estar al frente de las instituciones personas incapaces, son rebasados y burlados por los delincuentes. El asesinato de Maricela Escobedo, lo que provoca es que otras personas que padezcan una situación similar, en vez de alentarse a investigar por su cuenta y pedir justicia, no lo hagan, por temor a correr la misma suerte que le tocó a Maricela Escobedo. ¿Hasta dónde llegaremos en este país?. ¿Qué hará el Estado mexicano para restablecer el Estado de derecho?. ¿Hasta cuándo continuaremos viviendo en esta impunidad?.
De todo un poco
El Diego Fernández de Ceballos fue dejado en libertad después de siete meses de permanecer secuestrado. Reapareció con unas barbas y bigotes bastantes largos. Se observa bastante delgado, débil, aunque él dice que regresa fortalecido. El defensor de los ideales panistas, el abogado que había ganado millones de dólares defendiendo a los millonario y despojando al Estado de un recurso que pudiera servir para las labores sociales, hoy dice que “en este país sólo podremos tener paz y tranquilidad cuando valgan lo mismo las vidas de un candidato a la Presidencia, de ex candidato, de un cura o cardenal, de un soldado o un campesino, cuando todas las vidas humanas nos valgan lo mismo y se respeten igual, de ricos y pobres, ese día México será grande, aseveró”. Desafortunadamente, el odio, rencor y tanto resentimiento social con que actúan muchos delincuentes, es precisamente por esta injusticia social que se vive en el país. En el mensaje que enviaron los captores de Diego la semana pasada, cuando anunciaron que pronto lo liberarían, afirmaban que habían actuado de esta forma, por tanta injusticia social. Más que luchar Calderón por castigar a los plagiarios de Diego, como prometió, debería trabajar por cambiar la desigualdad social del país.
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