(Publicado en el Diario Tabasco Hoy)
Alguien tiene que dar un paso atrás
El ambiente político se ha enconado de unos meses para acá. Soplan aires de discordia, de conflicto, de enfrentamientos, de dimes y diretes, de guerra sucia en medios (incluido el ciberespacio). Hay acusaciones mutuas subidas de tono.
Deja asomarse el rostro de la confrontación. Es más, se siente y se respira ya en cierta medida. Unos y otros se dicen cosas y se pelean. En el centro del conflicto que se desarrolla está el gobierno, al que se acusa de algunas irregularidades y el que les llama rumorólogos, desestabilizadores, críticos destructivos, enemigos de Tabasco.
La inundación, hoy, y otros temas en diversas ocasiones, sirve de manzana de la discordia entre tabasqueños --vamos a decirlo así-- de un bando y otro, todos con cierta carga de encono y de confrontación, que al parecer tiende a crecer en vez de disminuir.
Desde luego que todo esto resulta preocupante. No es por supuesto, lo que los tabasqueños habríamos de desear para nuestro estado. ¿Pero cómo hacerle para revertir esa tendencia y para abonar en la que se ve difícil tarea de bajarle un poco a la confrontación política?.
Quién sabe cuál sea la fórmula, pero algo tendrá que hacerse --por parte del gobierno estatal y de los tabasqueños-- para evitar que los ánimos se continúen caldeando y para que no llegue el día en que ese clima de confrontación se agudice más. Hay que bajarle el nivel a la pelea y tender los puentes --tanto de una parte como de otra-- para el entendimiento general, o si no cuando menos para que esto no se caldee más.
El gobierno estatal, los partidos políticos, los ciudadanos, etcétera, tendrán que poner cuanto esté de su parte para que este estado de casos cambie, porque no podemos seguirnos peleando, o si no queda de otra que seguir haciéndolo cuando menos que hayan reglas que rijan esa pelea y que le den un mínimo de civilidad a ésta.
Es difícil, quizá, reconciliar intereses a estas alturas del sexenio, con una sucesión gubernamental abierta y con tantos problemas que resolver --entre ellos una inundación que amenaza con extenderse más y causar daños mayores--, construir la unidad, a la que reiteradamente ha convocado el gobernador y que el secretario de gobierno llegara a reconocer que “desgraciadamente no existe”. Desde luego que sí.
No aspiramos, pues, a la unidad en este tramo del camino gubernamental, porque quizá no sea posible. ¿Por qué no pensar mejor en un pacto de civilidad entre todas las fuerzas y corrientes políticas, entre el gobierno y los ciudadanos, para hacer más llevadera nuestra actual situación y para que los enconos y los pleitos no se profundicen?. Tabasco bien merece una tregua.
Alguien tiene que deponer actitudes rijosas. ¿Por qué no empieza cualquiera de los involucrados en la pelea política. O, bueno, ¿por qué no pone el ejemplo el gobierno del estado?. Alguien tiene que dar el primer paso atrás, y en todo caso nadie mejor que sea éste.
fcoperalta42@hotmail.com
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