Opinión: Francisco Peralta Burelo / Sep 30

(Publicado en el Diario Tabasco Hoy)

Tabasco: pueblo crítico

El tabasqueño es hoy, aunque esto no se refleje en su prensa escrita, y menos aún en su televisión, y restringidamente en la radio --cuando se le da voz--, un crítico cotidiano y espontáneo de las políticas y acciones gubernamentales.

Eso no podría negarse de ninguna manera. Éste se ha vuelto crítico de su gobierno, sea federal, estatal o municipal.

Y no uno u otro nada más, o una minoría de tabasqueños, sino la gran mayoría de ellos. Algo no le gusta y lo dice, lo inconforma y lo manifiesta, alguna actitud gubernamental no le complace y expresa su desacuerdo o su malestar. No se queda callado, como antes, sino que lo exterioriza de diferentes modos y a través de los medios que tiene a su disposición (una llamada a la radio, un comentario al vecino o a los amigos, una carta que envía, unas palabras que dice en una reunión, un mensaje por celular o Internet, etcétera).

Habrá que reconocer que la sociedad tabasqueña de hoy ejerce la crítica permanentemente o, lo que es lo mismo, que los tabasqueños son críticos en la actualidad (todos, y si no sí la gran mayoría de éstos) Ese es un fenómeno connatural a nuestros tiempos, fácilmente explicable.

Hay crítica, pues, y hay críticos en Tabasco. No "carroñeros", como desacertadamente calificara el dirigente estatal del PRI; no "enemigos del estado", no "desestabilizadores", no "rumorólogos", no "destructores", no todo eso que ciertos funcionarios o voceros gubernamentales han endilgado a quienes expresan opiniones que ellos no comparten, pero que exponen, sin maldad alguna, el sentir de mucha gente, que en uso de un derecho se manifiestan señalando errores o haciendo propuestas a las que a final de cuentas los gobernantes prestan oídos sordos.

Las críticas --acaba de decir el encargado de la política interna-- "no nos asustan sino, por el contrario, nos animan". Y qué bueno que haya dicho esto. Quienes ejercen la crítica en Tabasco --salvo, seguramente, sus muy contadas excepciones-- son tabasqueños de buena fe, que aman a su estado y que quisieran que su gobierno cada vez fuera mejor, cometiendo menos errores, teniendo más aciertos y generando más consensos.

Qué bueno que los anime la crítica. Mejor sería, no obstante, que ésta fuera tomada por el gobierno actual como una expresión sana del pueblo tabasqueño y no como obra de "carroñeros" y que le sirviera para repensar y replantear, de ser necesario, políticas y acciones gubernamentales.