(Publicado en el Diario El Heraldo de Tabasco)
¿Festejar o conmemorar? Un gran diferencia
No creo que existan motivos para festejar el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución en México nos decía hace unos días el doctor Marco Antonio Landavazo, catedrático de la Universidad Michoacana San Nicolás de Hidalgo y miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Estudioso y académico quién posee una amplia trayectoria en la cultura y política del siglo XIX, el doctor Landavazo nos comentaba que para él, hay motivos para conmemorar, nos decía que son momentos para hacer memoria y reflexionar sobre lo que ha sido este país y lo que puede ser, en especial porque estos actos de conmemoración son un buen momento de análisis sobre el proceso de la Independencia y de la Revolución en México. Y es que sin duda la Independencia de México fue un proceso histórico tuvo varias dimensiones, varios aspectos y varias caras. La Independencia como nos dijo en su momento Marco Antonio Landavazo fue un proceso muy complejo y habría que insistir en esta idea de la complejidad, porque hemos convivido los mexicanos de ahora y de antes con una idea simplificada de la Independencia de México, una idea muy vieja que empezó a construirse desde que inició la guerra de la Independencia, que se volvió una visión casi oficial y que la hemos consumido, escuchado y leído principalmente en las escuelas primarias, manuales y libros de textos, cuando no es necesariamente así.
El doctor Marco Antonio Landavazo nos explicó los fenómenos y las circunstancias particulares del inicio del movimiento de Independencia, con las que el país fue procesando nuevos escenarios y esfuerzos de contemporización con aquellas corrientes sensibles al mejoramiento social, al pensamiento racional, a la sociedad laica y plural, y a la ampliación de los espacios de participación ciudadana para la toma de decisiones. En una interesante disertación en la Universidad Olmeca nos reiteró que la Independencia y la Revolución, con toda su violencia y claros obscuros han sido los momentos que motivaron un profundo cambio de conciencias, y una visión de rumbo que no debe perderse hacía el futuro del país. Y es que la Independencia de México fue una guerra que costó más o menos 500 mil muertes, para una sociedad que tenía en ese momento más o menos seis millones de habitantes, esto provocó muchas consecuencias negativas, económicas sociales y políticas para el país. Por eso cuando nos acercamos a los documentos históricos podemos ver que las cosas no son como la pintan, las visiones simplificadas no lo son tanto pues hay un intenso debate entre los investigadores por la historia de México y todo apunta a pensar que en el inicio no se quería independencia a grado tal que los insurgentes pensaban en una relación distinta con España, el gobierno de América tiene que estar en manos de los americanos.
Algunos historiadores se han atrevido a decir que el costo tan enorme de la guerra de la Independencia en vidas, en la economía destruida y paralizada es uno de los factores que pueden explicar el atraso de México durante el siglo XIX comparado con Estados Unidos quienes al finales del siglo XVIII tenia condiciones parecidas a La Nueva España. Incluso los historiadores han discutido si la Nueva España lo que antes era México, era una colonia o era un reino, sin embargo México era una colonia explotada que sólo daba recursos, oro, dinero. Por eso en el acontecer nacional se definen dos grandes posiciones con motivo de estos acontecimientos, la primera quienes quieren celebrar con fanfarreas, confeti, trompetillas, fuegos artificiales y luces estos acontecimientos y particularmente el del movimiento de la Independencia y por otro lado tenemos la posición de quienes dicen que no tenemos nada que celebrar puesto que las condiciones del país no están como para que celebrar demasiado, incluso algunos historiadores han cuestionado la manera como se venían organizado las cosas y la manera tan ligera como ha sido tomada la organización de estos eventos a nivel nacional. En el México actual de las alternancias políticas, con desintegración en sus regiones y bloques económicos con reglas de observancia nacional, el cambio global, el cambio climático y la carencia de una guía de navegación para el siglo XXI se entiende que en estas celebraciones de los centenarios, se expresen las voces de los desacuerdos. Por eso aportar miradas y enfoques que den cuenta de la complejidad en tales fenómenos y del momento de transformación que experimenta México y el mundo es necesario. Para poner atención en aquellos momentos que ha definido sus grandes imperfecciones de cambio de largo plazo, subrayando los fenómenos y las circunstancias en los que el país fue procesando nuevos escenarios y esfuerzos de contemporización con aquellas corrientes sensibles al mejoramiento social al pensamiento racional, a la sociedad laica y rural y ampliación de espacios de participación ciudadana para la toma de decisiones. Saber quiénes han obstaculizado el avance de la nación, porque la Independencia y la Revolución con toda su violencia y sus claroscuros fueron momentos de parto en busca de un mejor futuro es vital si queremos replantearnos el futuro.
Así es Canito tienes razón hay que mandarle un saludo y la mejor de las suertes a tu amiga Karla Sánchez González quién anda capacitándose en una importante empresa internacional allá en la ciudad de México, tabasqueños y tabasqueñas que destacan en el ámbito empresarial hay que reconocerlos. Les comparto nuestro correo electrónico: jordymx@hotmail.com y nuestro twitter: @Jorge__Leyva
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