lunes, 1 de agosto de 2016

Aplastan súpers a los mercados / Lu Agos 01

Aplastan súpers a los mercados

Luis E. Méndez / Publicado en el Diario de Tabasco / 01/08/201605:00:00
En “fase de extinción” por la competencia avasalladora de las grandes tiendas de autoservicio y la falta de una ley que obligue a los gobiernos, sobre todo municipales, a destinar recursos específicos para su mantenimiento y modernización.

En medio del conflicto y de la indecisión de los locatarios del mercado José María Pino Suárez de Villahermosa, hay otros centros de abasto populares que prácticamente imploran ser rescatados.

Y es que independientemente del ambicioso proyecto de construcción del nuevo mercado José María Pino Suárez que busca revitalizarlo, la realidad de esas áreas públicas-comerciales del estado es complicada.

Los mercados públicos tabasqueños se encuentran en “fase de extinción” por la competencia avasalladora de las grandes tiendas de autoservicio y la falta de una ley que obligue a los gobiernos, sobre todo los municipales, a destinar recursos específicos para su mantenimiento permanente.

Y no solo se trata del cierre de fuentes laborales y el incremento en los índices de desempleo e incluso de inseguridad, sino de la desaparición, en esos lugares, de las diferentes manifestaciones culturales de una comunidad, de una ciudad, de un estado.

Máximo Frías Frías, presidente de la Confederación Estatal de Mercados de Tabasco, revela que, de hecho, en una década por lo menos cinco mercados públicos han cerrado y 100 familias han dejado de laborar en ellos.

Otros, indica, sobreviven con apenas dos o tres locatarios que se resisten a cerrar sus cortinas a pesar de que sus ventas son ínfimas. Son mercados “fantasmas” donde no la vida comercial no existe.

En entrevista con Diario de Tabasco, refiere que en el estado y en el país uno de los sectores más importantes por el servicio que da a la ciudadanía, es el de los mercados, pero el cual no goza de “buena salud”, y menos en Tabasco.

Por eso, externa, debe existir una ley que pueda no solamente normar la operatividad de los mercados, sino darles la imagen que deben tener y, así, dar un servicio a la comunidad y cumplir con su objetivo original: Ser el principal medio de abastecimiento de alimentos (agropecuarios y abarrotes, así como de primera necesidad), entre otros productos, a precios económicos.

Extinción

Máximo Frías Frías estima que hace tres o cuatro décadas los mercados públicos comenzaron a ser desplazados por las grandes tiendas de autoservicio.

No obstante, reitera, tan solo en la última década cinco o seis mercados fueron cerrados y entre 100 y 150 familias vieron terminada su fuente de ingresos.

“Algunos mercados ya cerraron, como el de Cucuyulapa, y el de Estación Chontalpa; ya hay como 5 ó 6 mercados cerrados, son mercados pequeños, pero que implican que entre 100 y 150 familias dejaran de trabajar directamente”, dice.

Hay mercaditos, añade, que pertenecen a Cárdenas, por ejemplo, donde solo hay tres o cuatro locatarios.

“El mercado de Jalpa de Méndez es otra muestra, es un mercado fantasma, así lo puedo calificar, porque los pocos locatarios que quedan están haciendo su comercio en la puerta del mercado, porque la gente ya no entra”, subraya.

Pero además del número de personas sin empleo, expone, lo que también importa es el servicio que el mercado deja de prestar a la sociedad, a la comunidad, como principal centro de abastecimiento de productos agrícolas y pecuarios a bajos precios y lo que a los tres niveles de gobierno les debe importar.

Por eso, argumenta que los mercados públicos están en “peligro de extinción” debido a la misma competencia y desplazamiento comercial, por la falta de interés de las autoridades municipales –en primer término— y estatales, e incluso por conflictos entre locatarios, como sucede en el mercado José María Pino Suárez.

“A veces, dentro de los mismos mercados, también los locatarios chocamos por diversas razones, como cuando se va a remodelar y algunos no quieren salir porque tienen el temor de perder los espacios que ya tienen”, dice.

Ejemplifica con el mercado José María Pino Suárez y la indefinición en su construcción y el desacuerdo de los locatarios.

“Hay ideas divididas, conceptos divididos, porque hay algunos que sí quieren la construcción del mercado, hay otros que quieren que sean en dos o tres etapas la construcción y hay otros que definitivamente no la quieren porque temen que, una vez fuera, ya no les regresen sus locales”, expone.

“En el caso del Pino Suárez se debe presentar un proyecto formal, razonable, acorde con lo que Villahermosa requiere, y sobre todo que sea moderno y seamos una competencia para los supermercados, que es lo que nos está minimizando”, abunda.

Y resume: “Gobiernos van, gobiernos vienen, gobiernos han llegado y la promesa (de un nuevo mercado) ha existido por espacio de 20 años, que es el tiempo en que se ha solicitado el nuevo mercado”.

Anarquía entre locatario

Máximo Frías –cuya Confederación agrupa a 4 mil 800 comerciantes de 63 mercados en los 17 municipios de la entidad-- reconoce que las autoridades municipales en muchos casos son ignoradas por los locatarios.

Incluso, acepta, hay algunos mercados donde los funcionarios municipales de Fiscalización y Normatividad, entre otras áreas de gobierno, no pueden entrar porque hay locatarios que creen que el hecho de trabajar ahí durante 20, 30, 40 o 50, ya los hace dueños del inmueble, cuando realmente son concesionarios.

Lo mercados, acepta, se han quedado rezagados totalmente, no solamente hablando en materia comercial, sino en infraestructura.

Es importante, insiste, que la imagen de los mercados vuelva a tomar vida o renacer e incluso sean una competencia directa de las grandes tiendas de autoservicio, porque “ahora es al revés”.

“Las cadenas comerciales son la competencia de los mercados”, lamenta.

El rescate de los mercados, insiste, es una prioridad, porque existe la infraestructura, pero nadie la ocupa, como en los “mercados fantasmas” que ya cerraron o solo operan con escasísimos locatarios a las puertas de los inmuebles.

Ambulantaje

Frías Frías reconoce que además de la competencia de las tiendas de autoservicio, los vendedores ambulantes también contribuyen al problema y representan además un riesgo para los consumidores.

Explica que los ambulantes expenden productos a punto de caducar o incluso ya caducados y la gente, por lo barato que se les ofrece, adquiere esos artículos, poniendo en riesgo su salud

“Por eso también los veo en peligro de extinción, porque también los mercados han abandonado esa imagen que tiene que ver con el propio mercado, como el horario, la higiene, el orden, la exhibición de los productos, el regateo, y sobre todo el ambulantaje, porque prácticamente la mayor parte del comercio ya se está haciendo fuera del mercado hasta por los mismos locatarios”, sostiene.

Y es que, argumenta, al verse mermados en sus ventas en el interior de los mercados debido a los ambulantes, los propios locatarios han tenido que ir cambiando su operación y salir a las banquetas, invadiendo el espacio para los peatones y/o consumidores.

“Con eso yo no estoy no de acuerdo, porque para eso se cuenta con infraestructura, buena o mala, pero hay infraestructura”, comenta.

Urge Ley de Mercados

Máximo Frías Frías destaca que la confederación que dirige está trabajando en una propuesta de Ley de Mercados Públicos, la cual obligue a los gobiernos, pero sobre todo al municipal, a destinar un presupuesto específico para esos centros de abasto.

Una Ley de Mercados, añada, con la se regule la operación real de los mercados públicos con el objetivo de que la ciudadanía tenga la seguridad de que esos centros de abasto cumplen con toda la normatividad en materia de salud y comercial.

El gobierno del estado, asegura, ve con “buenos ojos” esa propuesta, porque al existir la ley, cada mercado tendrá un presupuesto anual para ejercerlo en sus diferentes necesidades y aquellos que requieran alguna reubicación, construcción o remodelación para prestar un buen servicio, puedan exigirlo con base en esa legislación.

Todo eso, aclara, independientemente de las obligaciones que los gobiernos, particularmente los municipales, tienen o deben tener con esos centros de abasto.

Aclara que para evitar politizar la ley, la confederación presentará la iniciativa a título personal, pero debidamente consensada e integrada por expertos jurídicos.

Incluso, señala, pedirá la opinión y propuestas de los 17 ayuntamientos para que “hagan su aportación y sea un trabajo bien consolidado”.

Y es que, expone, los actuales reglamentos de los mercados solo regulan la vida interna de éstos relativa a los horarios, maniobras de carga y descarga, distribución de las zonas, orden, seguridad o la normatividad que el concesionario debe respetar.

Los mercados, insiste, son de jurisdicción municipal, por lo que el municipio norma la vida interna del mercado, “por decirlo así”.

En ese sentido, justifica, una ley va más allá y, en la que propondrá la confederación, se incluirá la imagen externa, comercial, administrativa y, lo más importante, el manejo presupuestal.

Sería, presume, la primera Ley de Mercados a nivel nacional y se replicaría en todo el país.

“Para los mismos ayuntamientos los mercados, según ellos, han sido una carga, y lo que queremos con esta ley es quitarle a los ayuntamientos esa carga, pero que le entren al juego, haciendo su parte de manera integral, manejando los recursos, pero que los propios mercados sean los que autoricen y supervisen la entrega de la obra, o no la haga ‘Juan de los Palotes’ y que la deje a medio palo, como sucedió en algunos aspectos de remodelación del mercado José María Pino Suárez”, expone.

Y es que, sostiene, en los gobiernos municipales y estatal no existe un renglón específico presupuestal para los mercados.

“Se dice y se entiende que tienen la obligación de atenderlos y que debería haber un presupuesto aplicable a cada uno de los mercados, pero no hay un presupuesto como tal, y solo destinan recursos mínimos y los dineros son pellizcaditas a algunos rubros que ya tienen destinados”, externa.

“Por ejemplo, las remodelaciones que se han hecho en el mercado de Teapa, de Frontera, Emiliano Zapata, han sido programas del gobierno federal, que ciertamente los coordina el gobierno del estado, pero no es un presupuesto del municipal, y si tienen una participación, ésta es mínima”, añade.

Aunque reconoce que no ha sido definido qué porcentaje debe ser destinado para los mercados públicos, calcula que sea entre 2 y 5 por ciento del presupuesto, dependiendo del monto económico que ejerza la alcaldía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.