TABASCO POLÍTICO / José Luis Gutiérrez Gutiérrez / ¿CHOQUE DE TRENES? / Columna / Lu Agos 29

TABASCO POLÍTICO

José Luis Gutiérrez Gutiérrez
jlggutierrez@hotmail.com
Publicado en tabascopolitico.com.mx

¿CHOQUE DE TRENES?

            Si el dirigente de Morena en Tabasco, Adán Augusto López Hernández, o, mejor dicho, Andrés Manuel López Obrador logra mantener unidad a las huestes del corrupto ex funcionario del INVITAB, Ariel Cetina Bertruy, y sobre todo al ex edil Evaristo Hernández Cruz, que políticamente tiene mayor peso, el PRD y el propio PRI, deben preocuparse más de lo que ya está, y no es para menos.

            La disputa por la gubernatura y por todos los demás cargos de elección popular, van a estar más peleado de lo que muchos nos imaginamos, y más si el desgaste gubernamental continúa dándose a un ritmo creciente como el que actualmente lleva, y que ya rebasó, por circunstancias externa y internas, el desgaste natural de todo ejercicio público.

            Las encuestas de consumo doméstico gubernamental, siguen reflejando que la decepción de la gente va creciendo exponencialmente por la falta de obras públicas, por la incontenible inseguridad pública, por el galopante desempleo y por los sonados casos de corrupción, que, hasta la fecha, nadie ha aclarado de manera contundente y creíble.

            Claro está, que la clave para que Morena consiga el mayor número de curules, escaños y presidencias municipales, y quizás hasta la propia gubernatura, es mantener unido a todos sus dirigentes, cuadros, y toralmente a las bases. Sin esta fundamental premisa, las expectativas se reducen en un 50 por ciento.

            De los eventos efectuados el pasado sábado y domingo a favor de Andrés Manuel López Obrador, el del ex priistaHernández Cruz llama, por obvias y sobradas razones, más la atención, ya que a diferencia del malagradecido “granierista”, presentó una estructura estatal del tamaño de la que tomó protesta en el Lienzo Charro hace exactamente 23 días.

            Si la va a sumar a la de López Hernández no habrá endógenamente mayores problemas políticos, en cambio, sí es para competir por la candidatura a la gubernatura, pues ahí sí, va a tronar el chiribital, y más si la selección del candidato va a hacer por encuestas.

            Hasta donde tengo entendido, el ex diputado local está caminando, a todo lo largo y ancho del territorio tabasqueño, por ser el abanderado de Morena en la disputa por relevar a Arturo Núñez Jiménez, y no para favorecer y fortalecer, como muchos creen, las aspiraciones del senador con licencia.

            A Evaristo se le puede acusar de todo, hasta de pillo si usted quiere, pero nadie puede negar que es un político experimentado, con tablas, de que acostumbra llegar hasta las últimas consecuencias, cueste lo que cueste. De que no es fácil negociar con él, y menos cuando de antemano toma acuerdos con quien los debe de tomar, en este caso con López Obrador.

            Si el líder nacional de Morena aceptó y dio su anuencia a las aspiraciones de López Cruz para que busque, como lo viene puntualmente haciendo, ser el candidato para el cargo de mayor responsabilidad a nivel local, la situación se les puede complicar, más aún, si tratan de quitarlo a la mala, tal y como hizo el PRI en la elección extraordinaria por el Centro, y en la que, a su ridícula sucesora (léase: Liliana Ivette Madrigal) la hicieron papillas en las urnas. ¡Para puras vergüenzas!

            Lo sabe Andrés Manuel, Adán y todos los que están o siguen con atención a los actores del quehacer político tabasqueño, con Evaristo no se juega. Así como puede ser de gran ayuda para todo el proyecto “andresmanuelista”, así puede ser de perjudicial y dañino, si no pregúntele a los priistas de Insurgentes Norte y de la avenida 16 de Septiembre.

            Si en cambio, todo corresponde a una estrategia bien diseñadita y platicadita entre los responsables de llevarla a cabo, Adán Augusto López Hernández puede convertirse en un candidato con posibilidades reales de pelearle la gubernatura a cualquiera que le pongan enfrente, y más si en el PRD se llega a dar la ruptura política, que desde ahora se vislumbra. En lo personal, creo que todo está arreglado.

            Así qué: vivos, pues en el 2018 se van a vivir escenarios políticos inéditos como el del que el PRI se convierta en el fiel de la balanza, si no, al tiempo.

“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI”

(LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)

            La reunión del pasado viernes, en conocido restaurante de Tabasco 2000, en la que estuvieron varios ex ediles priistas, entre los que se encontraba Gina Trujillo Zentella, Nicolás Bellizia Aboaft, Rafael Darío Calzada Balboa, Antonio Solá Vela, Pedro Palomeque Calzada -convocada por éste-, Francisco Santo Magaña, Jorge González Marín, no pasó desapercibida por los comensales de ese concurrido lugar, como tenía finalmente que ser.

            El que se haya visto dialogando civilizadamente a Trujillo Zentella y a Bellizia Aboaft, es un buen síntoma y mensaje para la clase política priista, pues si de acuerdos se trata para sacar al PRI estatal del hoyo en que lo ha metido su inútil dirigente Miguel Ángel Valdivia de Dios, están dispuestos a sentarse las veces que sean necesarias y con quien tengan que hacerlo.

            Y es que, para pensar en candidaturas, primero, coincidieron, hay que sacar al inepto de Valdivia de Dios, sin esta prioritaria y obligada condición, no se puede pensar en serio en la justa electoral del 2018. Sería de locos hacerlo en las actuales condiciones.

            Sin lugar a dudas, un buen inicio de que hay voluntad política priista, para sacar al buey de la barranca. Claro que antes, tendrán que convencer a Miguel Ángel Osorio Chong y sobre todo a Enrique Ochoa Reza de que los priistas tabasqueños son capaces de hacer a un lado sus intereses políticos por el bien del partido. ¿Será?

            Definitivamente, el presidente Enrique Peña Nieto tiene tendencias suicidas. Volver a subirle el precio a la gasolina y a la energía eléctrica, es una autoinmolación política.

            Es cortarle de tajo las pocas esperanzas y posibilidades que tiene el PRI de retener ya no digamos la presidencia de la República, sino las gubernaturas del Estado de México, Nayarit y Colima.

            A no ser que tenga información exclusiva de que en el 2017 y 2018 los escenarios van a dar un giro favorable de 180 grados para todos los mexicanos, sustancialmente el económico y el de la inseguridad pública o, de que ya haya negociado con el PAN como muchos aseguran. En fin, a ver qué nos depara en lo inmediato el futuro.

            De que se va a poner buenísimo…ni duda cabe.

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