lunes, 27 de septiembre de 2010

Opinión: Víctor Manuel Barceló R. / Sep 27


Quince de septiembre: aurora libertaria.  III
El proceso por la independencia nacional cubrió once años. Miguel Hidalgo lo inicia -15 de septiembre de 1810- le da contenido social, agrario, obrero, cultural. Pero el tiempo de su lucha y desarrollo como estadista, es breve. La traición, el juicio y fusilamiento en Chihuahua, el 30 de julio de 1811 lo terminan. Le suceden varios caudillos. Sobresale José María Morelos y Pavón quien, tras combatir cinco años, vencer militarmente y conformar gobiernos locales, mediante decretos, proclamas y una Constitución en Apatzingan -de claro contenido social, agrario y sentido de patria, libertad y soberanía popular- es apresado, enjuiciado y fusilado el 22 de diciembre de 1815.
Aún quedarían casi seis años de lucha armada, manteniendo los insurgentes, a raya al ejército realista –imperial- en diversos rumbos del sur del territorio, con movimientos guerrilleros por otros sitios, incluidos estados como Oaxaca, Veracruz, Tamaulipas, México y fundamentalmente lo que hoy son Guerrero y Morelos. Vicente Guerrero (Tixtla, actual Guerrero, 1783 - Cuilapan, 1831) quien provenía de campesinos y arrieros mestizos, es el rayo que aparece por diversos rumbos, -sus ataques sorpresivos y rápidos, le dan gran fama por su efectividad- infringiendo derrotas a partidas militares que le buscan, al igual que a Pedro Ascencio y Guadalupe Victoria.
Una apreciación objetiva de ese período, requiere cronología que nos sitúe en tiempo y espacio. En mayo de 1816 Fray Servando Teresa de Mier –culto criollo independentista- convence a Francisco Xavier Mina –militar español liberal- a combatir por la Independencia, en Nueva España. Juntos zarpan de Liverpool  y forman un ejército de 300 hombres, que penetra por Soto la Marina en abril de 1817, Tras combates exitosos, Mina es apresado en noviembre y fusilado.
Son tiempos deplorables para los insurgentes: Manuel Mier y Terán es derrotado, también Guerrero. Nicolás Bravo es hecho prisionero al iniciarse 1818. En marzo de ese año, Leona Vicario, Andrés Quintana Roo y otros jefes militares, aceptan el indulto. Victoria y Guerrero deniegan indultarse. Reorganizan sus fuerzas para dar batallas que pierden y ganan. Corren dos años -1818 y 19- que robustecen los intereses de peninsulares y criollos por la autonomía e independencia, ante las condiciones desastrosas de la economía y la política en la península ibérica y la corrupción creciente en Nueva España.
Con rostro distinto, a principios de 1820 reaparece Agustín de Iturbide –militar criollo, nació en Valladolid (Morelia) el 27 de septiembre de 1783. Sus padres: José Joaquín de Iturbide, acaudalado español y Josefa de Arámburu, nativa de Michoacán. Murió fusilado en Padilla, Tamps. en 1824. Habiendo sido vencedor y vencido por insurgentes, ahora como Comandante general, tendrá como objetivo, “aplastar” la revolución en el sur, con Guerrero a la cabeza. Fue el encargo que los conjurados de “La Profesa” –el trípode del poder (clero, ejército y gobierno virreinal)- le hacen. El triunfo de la revolución liberal de Rafael de Riego en España, en 1820, desencadenó tal conspiración. Quería evitar la aplicación de la Constitución liberal española de 1812. Ricos e iglesia querían independencia para mantener sus fueros y privilegios.
Tres enfrentamientos del ejército de Iturbide, que pierde, le convencen de la fortaleza de los insurgentes. El último, en un lugar llamado La Cueva de Diablo, venció Guerrero. Iturbide, manipulador, diseña una forma de lograr sus sueños imperiales y, traicionando instrucciones, propone y logra convencer a Guerrero –“La patria es primero”- de unirse, por la independencia. Lanzan el “Plan de Iguala”, a principios de 1821, con una proclama de independencia y propósito para establecer un gobierno mexicano.
Tras convenios y convencimiento de militares, insurgentes y el nuevo virrey, constituyen Iturbide y Guerrero, el “Ejército Trigarante” (las tres garantías: Religión Católica, Independencia de México y Unión, entre bandos en guerra). Al frente del mismo, llegan a Ciudad de México, el 27 de septiembre de 1821, consumándose así la decisión de separarse definitivamente del imperio español. Al día siguiente, la Junta Gubernativa proclama el Acta de Independencia del Imperio Mexicano.
Intereses de otros orígenes y de los grupos unificados para terminar la lucha armada, influyen en el final del proceso, entronizando a Iturbide como emperador –previsto en el Plan de Iguala pero no para él-. Cuando Iturbide se corona emperador, Guerrero toma las armas para derrocarlo. Después apoya incondicionalmente al 1er presidente de México, Guadalupe Victoria. El congreso le nombra presidente de México -enero de 1829- cargo que ocupa ocho meses. Su dimisión da continuidad a golpes de estado, asonadas y guerras que cubrirían parte del siglo XIX, hasta la Constitución de 1857, las Leyes de Reforma y el triunfo de Juárez sobre el efímero imperio de Maximiliano, para conformar una patria republicana, federalista, laica y antiimperialista.                                                                        
 Correo electrónico: v_barcelo@hotmail.comVillah. Tab. 26-IX-10.

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