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(Publicado en el Diario Tabasco Hoy)
¿Por qué decir que lo peor está por venir?
Este año --según han venido hablando la Coagua y el gobierno estatal-- Tabasco tendrá dos inundaciones --una detrás de otra, con un breve receso-- o una sola inundación.
La primera sería la de agosto-parte de septiembre, que es la que ya estamos sufriendo los tabasqueños, sin que haya sido, aún, más catastrófica que la del 2007 (la que mayor daño ocasionara a los tabasqueños de las tres anteriores).
La segunda sería la de mediados de septiembre, octubre y noviembre.
A una y otra inundación la separaría solamente un breve lapso (en el que dejaría de llover y el desfogue de las presas descendería) en vez de incrementarse, como hasta ahora ha venido ocurriendo.
Esta primera inundación siniestraría al estado hasta donde lo ha siniestrado al día de hoy, y sería menos grave que la del 2007, según lo que ambos organismos públicos han venido dejando entrever.
La otra inundación --la que en todo caso comenzaría hacia la segunda mitad de septiembre y terminaría hasta el 30 de noviembre próximo-- sería devastadora (de llegar a darse, de acuerdo a los pronósticos hidrológicos). En ella se cumpliría aquello que el delegado de la Conagua dijera de que "lo peor está por venir" o lo que el gobernador Granier anticipara de que nos iría "peor que en 2007"- Lo peor, pues no habría pasado hasta el día de hoy, sino que estaría por ocurrir de producirse el ciclo normal de lluvias que principia a mediados de septiembre y concluye a finales de noviembre. Eso es lo que nos han dicho las autoridades federales encargadas de esta materia y el gobierno estatal.
Que nos vaya a ir peor todavía (de producirse el ciclo normal de lluvias, y por lo tanto, de prolongarse estas) es sumamente preocupante, y puede ser acertado o erróneo el pronóstico según continúe lloviendo o las presas descargando agua sobre la entidad.
Ahora bien, ¿qué tan conveniente es que de un lado y de otro se nos diga a los tabasqueños que "lo peor está por venir" o que esta inundación "será peor que la de 2007"?. ¿No podría "suavizarse" un poco el lenguaje gubernamental, que dicho así puede generar preocupación y alarma excesiva en la población a la que va dirigida este mensaje?. ¿No sería mejor que el delegado de la Conagua y el gobernador del estado dijeran a los tabasqueños que "se han tomado todas las providencias para que esta inundaciones no sea peor que la del 2007" o que "no podemos esperar lo peor porque los gobiernos federal y estatal han tomado las medidas pertinentes para que esto no termine en desastre?.
Quizá, efectivamente, se cumplen los vaticinios de unos y otros (lo que de ninguna manera es deseable). Pero ¿por qué no cambiar el tono del mensaje oficial, no para engañar a la gente ni para generarle falsas expectativas, si no para que no se alarme y angustie demasiado?
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