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(Publicado en el Diario El Heraldo de Tabasco)
Desde Tamaulipas hasta Nicaragua
De que nos toca nos toca. Desde hace muchas semanas pudo darse como un hecho que enfrentábamos la inminencia de una inundación peor que la de 2007. En aquella ocasión, los desfogues del sistema de presas fueron de dos mil cien metros por segundo, cuando la temporada de lluvias llegaba a su fin.
Esta vez se ha confirmado que Peñitas nos arrojará gradualmente, en las próximas 24 horas, hasta dos mil metros cúbicos, y es muy probable que ese vertido alcance niveles mayores, en virtud de que no sólo estamos ante el inicio, apenas, de dicha temporada histórica de precipitaciones, sino que además se pronostica que estas serán incluso 40 por ciento superior a lo habitual.
Nadie puede sentirse engañado. La situación es sumamente crítica. La pregunta no es si resultaremos afectados, sino hasta dónde.
Pero tampoco debemos caer en el juego estúpido en el que han querido involucrarnos los actores políticos que, para variar, esperan obtener raja política de una crisis climatológica y humana cuyos alcances, cuyo impacto, rebasa tanto fronteras estatales como internacionales:
En territorio nacional, los estados afectados son, de norte a sur, lo mismo Tamaulipas que Veracruz, Puebla, Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Tabasco y Campeche, por lo menos. Unas 25 colonias de Mazatlán se inundaron este lunes a consecuencia de las lluvias que azotaron el puerto. El nivel del agua rebasó en algunos casos el metro de altura, fenómeno que ya vivieron los habitantes de muchas colonias de Villahermosa la noche del pasado viernes.
Allá, las fuertes lluvias rebasaron los 70 milímetros en escasas dos horas, entre las 4:30 y 6:30 de la madrugada. Las clases fueron suspendidas y decenas de vialidades se cortaron por el agua. El Ejército, la Armada y Protección Civil activaron el plan de emergencia.
En Centroamérica, las inclemencias impactan de manera severa a Guatemala, pero también a El Salvador, Honduras y Nicaragua. En cuanto al primero de esos países, bien puede decirse que tal como sucede en materia económica en nuestra relación con Estados Unidos, ya en lo que se refiere a clima cuando allá se resfrían aquí nos da pulmonía. Valga la comparación.
Y es que desde Guatemala, donde ahora mismo llueve como nunca en cincuenta años, bajan los escurrimientos hacia los ríos Usumacinta, San Pedro y Grijalva. Estos últimos mantienen en altos niveles a la presa La Angostura, en tanto que los otros fluyen libremente e inundan antiguas lagunas o vasos reguladores convertidos en asentamientos urbanos y suburbanos en Tenosique, Balancán, Emiliano Zapata, Jonuta, Palizada e infinidad de asentamientos campechanos.
Guatemala sigue sumida en una situación de desastre por las precipitaciones pluviales, con 44 fallecidos. La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres presentó este lunes ese balance trágico por incidentes relacionados con las intensas lluvias del fin de semana último, incluidos 23 cadáveres rescatados hasta ahora de dos derrumbes sucesivos.
En la carretera Interamericana las fuerzas de socorro reanudaron sus labores para tratar de sacar cuerpos aplastados por toneladas de tierra. Allí un primer alud sepultó varios vehículos, incluido un autobús de pasajeros, y cuando decenas de voluntarios trataban de sacar a las víctimas otro más cayó sobre ellos, lo que puede aumentar aún más el número fallecidos.
Las autoridades guatemaltecas reportan 14 mil 291 personas asistidas en 159 albergues habilitados, de ellos mil 874 desde el azote de la tormenta Agatha a finales de mayo pasado, aunque ahora son 50 mil los afectados por inundaciones y derrumbes. Otras 43 mil personas están en riesgo, 11 mil 500 fueron evacuadas y 56 recibieron heridas.
Esta nueva catástrofe sorprende al país en medio de las tareas de reconstrucción luego del paso de Agatha, que dejó en junio más de 160 muertos. "No llovía tanto en el país desde 1949", reportó Eddy Sánchez, vocero del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología. Las lluvias provocaron el desborde de ríos en el noreste y sudoeste, además de hundimientos y deslaves en las carreteras.
El presidente Alvaro Colom adelantó que se teme que el número de muertos aumente. Alejandro Maldonado, secretario de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres, precisó que el 12 por ciento del territorio es susceptible a deslaves. Pero no crea usted, lector, que los guatemaltecos están a salvo de inundaciones: cuando llueve, impresionantes torrentes inundan de inmediato cañadas secas.
Y también a ellos les falta el arribo de huracanes.
De los apuntes
Hoy, los integrantes de la Primera Comisión Inspectora de Hacienda realizarán la inspección física a obras de infraestructura realizadas en el Fraccionamiento Tres Ceibas, en la Universidad Politécnica del Centro y en Oxolotán***** En Centro, la administración de Jesús Alí de la Torre exhortó a que seamos muy cuidadosos en el manejo de la basura. Hay que sacarla a tiempo, no tirarla en calles y drenajes, y barrer el frente de nuestro domicilio. Así conviene por el interés propio y de todos. El edil y sus colaboradores trabajan de tiempo completo para brindar auxilio a los damnificados.
Juan_ochoa45@hotmail.com
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