jueves, 16 de septiembre de 2010

EDËN POLÏTICO: Pedro Lara Hernández / Sep 16

LA REVOLUCIÓN DE LOS RICOS

De sumo interés para todos los mexicanos, son los conceptos que vierte el economista Carlos Tello, en una oportuna entrevista que le realiza el periodista Roberto González Amador para el diario La Jornada y que fue publicada el pasado día viernes 10 de septiembre de 2010. El inteligente profesional describe con gran maestría y conocimiento de causa, cómo se fueron creando las actuales circunstancias políticas y económicas que viven el gobierno y el pueblo de México.

Nos describe el primer titular de la Secretaría de Programación y Presupuesto, cómo en la primera parte de los años 70 se puso en práctica lo que llamó la revolución de los ricos, con propósitos muy bien definidos de sus impulsores. Algunos empresarios poderosos y visionarios, porque tenían los medios y la fuerza para ello, fueron imponiendo la idea de que lo que hace el estado está mal hecho, o es corrupto. Aunado a ello el movimiento obrero organizado aceptó sin más, la caída en los salarios. El salario mínimo se redujo dos terceras partes de su poder real de compra entre 1980 y 2000, y el salario contractual perdió casi la mitad de su capacidad adquisitiva en el mismo periodo. Al mismo tiempo, fueron creando universidades privadas en todas partes. Contaron también, para su proyecto, con los medios de comunicación: La televisión, la radio y la prensa escrita.

Nos dice el académico que no hubo una discusión pública de lo que pudiéramos llamar el proyecto de nación que queremos. No hubo discusión de si estábamos por el camino correcto o no. Se hablaba mucho de políticas públicas, pero lo que no es política pública es la política económica y lo social.

En un proceso que acumula varios años, la mayoría de la población ha perdido la esperanza de progreso, porque la economía no se mueve, un reducido grupo de poder empresarial avanza al imponer sus ideas sobe el diseño de una política económica que beneficia a un puñado de personas. Y si luego le añade la violencia que se ha desatado, entonces es preocupante. La única manera de recuperar esa esperanza de progreso es si uno ve posibilidades de mejoría en sus condiciones generales de existencia. Si no cambia la política esto se va a empeorar.

El catedrático de la Facultad de Economía de la UNAM, afirma que lo preocupante es que en el México de hoy, hay una clara insistencia de las cúpulas empresariales y el grupo gobernante por profundizar una política económica, que en las últimas tres décadas redujo a un tercio el poder de compra de los salarios, aumento la pobreza y estancó el producto interno bruto por habitante. El crecimiento del PIB por habitante en los últimos 30 años fue de 0.5 por ciento en promedio anual, mientras de 1932 a 1982 ese crecimiento fue de 3.5 por ciento al año.

En 1976, un año después de la creación del Consejo Coordinador Empresarial, los salarios participaban con 44 por ciento del ingreso nacional y el otro 56 por ciento eran las utilidades de las empresas. En el 2000 los salarios redujeron su participación a 33 por ciento y las ganancias las aumentaron a 67 por ciento del total, según datos ofrecidos por el académico.

El ex director del Banco de México, ubica dos objetivos fundamentales de esa revolución de los ricos. Primero.- Recuperar la participación de las ganancias empresariales en el ingreso total, que había bajado a partir de los años 30 del siglo pasado, después de la gran recesión; Segundo.- Influir para que las ideas proempresariales prevalecieran en el diseño de la política económica: “Que sus ideas se tradujeran en políticas que dieran por satisfechos sus intereses”. Ese proceso se acelera en el mundo a partir de los 80 con la llegada al gobierno de Ronald Reagan, de Margaret Thatcher en Inglaterra, y de Helmuth Kohl en Alemania. En México, el punto de partida del proceso es 1975 cuando se creó el Consejo Coordinador Empresarial (CCE).

Y ¿Cómo conquistaban el futuro? Bueno, actuando sobre el sistema educativo y en la educación superior. Calcularon, de aquí a 25 años los impulsores de este proceso serán los estudiantes que están en las aulas, ellos van a ser los que dirijan al país, desde distintas esferas. De ahí la expansión de la educación superior privada y como se condujo la educación pública. Los programas de estudio de economía fueron reestructurados para dar prepotencia creciente a las ideas contrarias al Estado, abandonando las ideas de los llamados keynesianos, donde se justifica la participación del Estado. A nivel mundial, entre 1974 y 2000, 19 premios nobel de economía fueron otorgados a economistas que pensaban como ellos.

El ex embajador en Cuba, explica que en México. Desde la llegada al gobierno de Miguel de la Madrid, comienzan a aplicarse políticas de corte neoliberal. Se redujo el papel del Estado en la economía, disminuyó el gasto público y comenzaron a ser vendidas empresas públicas, “bajo la idea de que el Estado no sabe hacer las cosas”. Por cierto: “Una de las primeras en ser vendidas fue Mexicana; luego los particulares la echaron a perder, el Estado la recuperó y se las volvió a vender y la acaban de echar a perder otra vez”.

La segunda reforma tuvo que ver con las relaciones económicas de México con el exterior. De una economía relativamente muy protegida se pasó a la más abierta del mundo, sujeta a la competencia del exterior. Como resultado se rompieron las cadenas productivas, desaparecieron industrias completas y el país se volvió importador de alimentos y la tercera reforma se efectuó en el sistema financiero, al dejar de regularse el mercado financiero.

Finalmente el académico visualiza que ahora los ricos pretenden profundizar sus reformas originales, con nuevas reformas estructurales. La primera: la flexibilización de las leyes laborales, para eliminar los contratos laborales; La segunda.- De corte energético, para transferir la mayor parte posible de la actividad petrolera al sector privado; y la tercera, de carácter hacendario, para reducir más el gasto público y cobrar impuestos únicos y universales y no necesariamente en función del ingreso.

Como usted observa mi estimado y dilecto lector, estos señores del poder y del dinero no dejan nada a la improvisación. Por eso y no por otra cosa, la mayoría de los mexicanos, vivimos en condiciones tan deplorables.

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