lunes, 30 de agosto de 2010

Transparencia Política: Erwin Macario Rodríguez / Ago 30

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(Publicado en el Diario Rumbo Nuevo)

La terquedad de Granier

Mientras, sobre las aguas el químico
Granier se amarra al mástil de la
solidaridad y el amor de Tabasco
para no caer ante la tentación de las
sirenas que le ofrecen futuros paraísos
políticos.
Erwin Macario/Crónica 2007

erwinmacario@hotmail.com

Que la Federación haya declarado la emergencia en 12 municipios afectados por las inundaciones en Tabasco y, con ello, el acceso a los recursos del Fonden, puede
regresar el pillaje, la corrupción que a la sombra de los damnificados ha crecido, más que los ríos, en anteriores desastres naturales.

Y si el gobernador Andrés Granier es el principal promotor de lo que Tabasco logra, como resultado de una lucha permanente que ha mantenido para que no se niegue este apoyo —que el Gobierno Federal parecía querer escamotear—, también es el responsable de lo que suceda con esos recursos.

La misma mano dura que ha manifestado se aplicará contra quienes cometan actos de pillaje y vandalismo aprovechando las casas abandonadas por los tabasqueños que han buscado y buscarán refugio en las partes altas de las ciudades y en los albergues, deberá emplearse contra los que sean encargados de aplicar el Fondo de Desastres Naturales.

En la inundación del 2007 mucha corrupción afloró. Esto fue —y puede ser otra vez—
un acto de pillaje, cobardía y deshumanización. No se entregaron todos los recursos a quienes real, justamente, lo necesitaban sino que muchos pagos se hicieron a personas que ni siquiera fueron afectados.

Esto es más peligroso. Estos delincuentes del gobierno no arriesgan nada, como
arriesgan por hambre, muchas veces, los que roban en las casas abandonadas y aun en las tiendas que la vez pasada fueron saqueadas. ¡Sí! Castigo al pillaje, pero no sólo al que se comete en la calle sino también al que se hace en el escritorio contra quienes sufren el dolor de estar fuera de sus casas, perder sus pertenencias.

Pillaje también han hecho —y pueden hacer, si no se toman medidas— los que abusaron de la ayuda y se mantenían en las largas colas que se hicieron para el reparto de esos bienes. Y las esposas de funcionarios que se llevaron a casa lo mejor de esos envíos de la solidaridad, corriente más grande que los ríos que inundaron e inundan Tabasco.

El propio Andrés Granier sabe lo difícil que ha sido defender los intereses de
Tabasco, frenar la turbinación y desfogue de la presa Peñitas, luchar contra los retrasos en las obras hidráulicas a cargo de la Conagua, conseguir la declaratoria de emergencia, como para que se permita que la corrupción flote de nuevo.

Al gobernador ya no se le acercarán las sirenas del pasado. Se le ha visto, casi solo, enfrentar esta vez los problemas de la contingencia, tomar decisiones. Que es terco, han dicho los que quieren censurarlo o elogiarlo. Andrés Granier ha sido persistente, tenaz. Por eso no se inundó Tabasco estos días. Por ello no se abrieron las aguas de las presas para llenar los ríos, lagunas y hasta ciudades de Tabasco.

Por Granier hubo una tregua que permite a los ríos, lagunas y las zonas bajas, desalojar sus aguas hacia el Golfo y tener espacio para las que vendrán todavía de las presas y de las lluvias de la sierra.

Las corrientes no lo han mareado. A él se le hace culpable de lo que está pasando.

Las obras hidráulicas, inconclusas, son culpa de la Conagua. Las fallas en las construidas, también. Es dinero federal, manejado por la Federación el que se aplica en los programas para prevenir inundaciones.

Granier está ocupado en defender a Tabasco. Algún día contará su ejercicio del poder. Y muchos se sorprenderán.

LADO OSCURO

El peligro no ha pasado, pero las aguas de la política están remontadas. Estos días, al menos.

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