Opinión: Víctor Manuel Barceló R. / Ago 29

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El despertar de la integración latinoamericana.

Los días 24 y 25 pasados, acudí invitado, al Seminario sobre la Integración de América Latina y el Caribe, que organizaron, conjuntamente: la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Coordinación de Humanidades, Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe, Facultad de Economía e Instituto de Investigaciones Económicas; Sistema Económico Latinoamericano (SELA); Centro de Estudios Económicos y Sociales del Tercer Mundo (CEESTEM). La reunión se relacionó fundamentalmente, con tareas del SELA y el CEESTEM, organismos latinoamericanos, creados durante el régimen de Luis Echeverría, hoy paradigmas de la investigación, en pro de la integración regional.

Valga recordar lo anterior, al estarse cumpliendo 35 años de la conformación del SELA, forjado en arduas reuniones, realizadas durante dos años, encabezadas por los Presidentes de Venezuela (Carlos Andrés Pérez) y de México (Luis Echeverría). Eran los tiempos en que nuestro gobierno, no solo volteaba a su región de origen: Latinoamérica, sino que actuaba sin remilgos –acompañado por una actitud natural de nuestro pueblo- en los empeños por acercarnos a los países hermanos, en todos los órdenes de la economía y la vida política y social.

En el Seminario –organizado al más alto nivel por el Secretario Permanente del SELA, Dr. José Rivera Banuet y el Director General del CEESTEM, Lic. Jorge Nuño- con el apoyo irrestricto de la UNAM, se expresaron criterios de funcionarios y directivos de organismos latinoamericanos (Comunidad Andina, CEPAL, SICA, CEMLA, Instituto Panamericano de Geografía e Historia (IPGH), Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC); sobresaliendo la participación del Rector de la UNAM –Dr. José Narro Robles- quien se hizo eco de las preocupaciones de los pobladores de la región, para avanzar por rutas novedosas y claras, a fin de integrarnos con miras a la superación de la pobreza, mediante un reparto equitativo de la riqueza producida. En la práctica, su postura fue marco del evento.

También se escucharon voces autorizadas de la diplomacia, la política y la academia. Participaron Embajadores de Argentina, Brasil, Ecuador, Guatemala, República Dominicana y la República Bolivariana de Venezuela. Cada uno planteó magistralmente su conceptualización de los organismos de integración a que pertenecen –Mercado Común Centroamericano, SICA, ALBA, Comunidad Andina (CAN), MERCOSUR y demás. Allí se escuchó el pensamiento de la Senadora María de los Ángeles Moreno Presidenta de la Comisión Senatorial acerca del tema de la Integración. También participaron rectores de universidades latinoamericanas (Panamá y FLACSO) y de empresarios sobresalientes como Julio Millán B. La discusión se centró, no solo en información de primera mano de los organismos y sectores mencionados. El análisis fue al fondo de la sentida preocupación regional por actuar, con decisiones propias, tanto en lo que corresponde a los mecanismos y estrategias nacionales para el desarrollo, como en lo correspondiente a la integración latinoamericana. El espíritu de los grandes de la identidad nacional y de la unidad continental, estuvo presente en todo momento, porque “nadie hará por nosotros lo que no hagamos por nosotros mismos” como certificó con su palabra y su vida Benito Juárez, que por algo es connotado por sus contemporáneos: Benemérito de América.

Muy importante para México que el SELA -cuyo cometido fue definido con precisión por el Embajador. Rivera Banuet como “La experiencia práctica mayor en el continente, para “el consenso y su objetivo sumar voluntades a favor de la unidad regional…promover la articulación y convergencia de los esquemas subregionales de integración”- primordial reitero, que dicha organización, que agrupa a los países de América Latina y el Caribe, actúe en los empeños multilaterales de la región, para definir sus rutas para actuar en la vida toda del Planeta, con una voz integrada. Así lo acordaron 33 naciones en la “Declaración de Cancún”, en que nuestro gobierno, parece retomar su cercanía plena con los pueblos hermanos del subcontinente, de los que nunca debiéramos habernos apartado.

Es tan trascendente la actuación del SELA, que en su seno se explayaron funcionarios del primer nivel de los organismos de integración, llegando a significativas conclusiones, específicas para potenciar la integración existente y buscar su acercamiento sistemático, como para llevar a cabo estrategias conjuntos de lucha contra la pobreza y la marginación, sin respuestas positivas a los programas que actualmente se aplican, en casi todos los países de la región.

Se hizo la observación, de que el crecimiento del mercado con China –salvo lo negociado por Brasil, como integrante del BRIC- es una repetición de lo vivido, por centurias, en la relación económica externa con los imperios: exportación de materias primas y compras de bienes elaborados, situación que no coopera al fortalecimiento del mercado interno. Los organismos de integración históricos entre países de la región, favorecen, a diferentes niveles, a la conformación de ese mercado interno, aunque requieren, en lo general, del fortalecimiento de las tácticas en tal sentido.

Buena nueva para la región, que SELA retome sus pasos y se utilicen plenamente sus experiencias, para que funja como órgano de apoyo técnico a los esfuerzos, iniciados en Cancún, con impulso de nuestro gobierno, para una clara posibilidad de integrar teorías –como la reconstrucción del modelo económico fallido que puede trastocarse en un “Nuevo Modelo de Civilización”-. En esa ruta, realizar tareas puntuales para revisar, con criterios regionales, el concepto de desarrollo, incorporando nociones precisas, adecuados a nuestro medio, referidas a la equidad, el cambio climático y otros, con un sentido claro de sustentabilidad. Única manera de que mejore la calidad de vida de todos los latinoamericanos, preservando el hábitat riquísimo, en que se asienta el subcontinente.

Correo electrónico: v_barcelo@hotmail.com C. de Mex. 28-VIII-2010.