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RASGOS ECONÓMICOS DE MÉXICO
A los mexicanos nos toco vivir en una tierra de múltiples colores, sabores y olores, inmensamente rica, pero vorazmente saqueada por unos cuantos, con el permiso y la concesión plena de quienes les pagamos para cuidarla. En vez de ello, las autoridades federales apoyadas en un marco normativo a modo, cada día entregan traicioneramente nuestras riquezas nacionales a extranjeros y permiten en nuestro país, una concentración grosera y absurda del capital nacional en tan solo 300 familias privilegiadas.
Lo que acontece económicamente en nuestro terruño es confuso y enredado para las mayorías ignorantes. A millones de conciudadanos el duopolio televisivo, la radio y algunos medios impresos, se confabulan para lavarles el cerebro todos los días, con sus embrutecedores programas, de modo que no tengan posibilidades de ponerse a pensar en cómo resolver los grandes problemas nacionales que afectan sus vidas, dando como consecuencia de tal actitud nacional, muchas injusticias.
México es un verdadero paraíso para un pequeño grupo de saqueadores. Nuestro país está diseñado para los eternos ladrones de cuello blanco y negro. Situación que se ha ido afectando gravemente, sobre todo en las últimos tres décadas. Hace solo algunos años, todo era muy distinto y esta nueva situación ha provocado que surja un incalculable número de preguntas sin respuesta, sobre todo cuando se va uno enterando de un sinnúmero de datos económicos realmente increíbles.
El pasado 28 de junio, Alicia Bárcenas, Secretaria Ejecutiva de la Cepal, comentó durante su intervención en el seminario “Igualdad y Desarrollo en México” en la UNAM, que tenemos un país que de facto es un paraíso fiscal, dio el ejemplo, de que en materia impositiva existe una gran evasión y muchas exenciones que hacen que el país esté por debajo de los niveles de recaudación de la región. Es necesario, afirma la especialista, comprometernos para un nuevo pacto social para aumentar la recaudación que llega apenas a 11 puntos porcentuales del producto interno bruto, mientras el promedio en la región es de 18 por ciento.
Aconsejó procurar una estructura y una carga tributaria con mayor impacto redistributivo, uso eficiente, eficaz, transparente, sujeto a rendición de cuentas y un estado donde a través de la política pública se pueda garantizar un umbral de bienestar. México debe de poner énfasis en la inversión en investigación y de desarrollo. Así como, necesitamos mejorar tecnologías de la información y del conocimiento, pero esto solo se puede hacer si se tienen los recursos para poder distribuirlos.
La especialista nos dijo que el empleo es la llave maestra para resolver el problema de la desigualdad, porque una de las formas más cruciales para resolver y avanzar contra la pobreza es el ingreso, ese es el verdadero motor de la economía. Debemos de tender a ofrecer empleo de calidad, que no sea precario y para lograrlo debemos de tener más productividad.
Después de la crisis financiera global, en el último año el número de pobres en el continente aumento en 9 millones de personas, muchas de ellas en México. Esto es lo grave, porque perder el empleo es perderlo todo, es perder dignidad y es perder el acceso a la educación y la salud.
Por último, comentó que los mexicanos debemos de buscar con profundidad suturar las heridas de desigualdad hilvanando el hilo de la cohesión social. Ojala este consejo lo escucharan los oídos sordos de los grupos en el poder, quienes dan muestra todos los días de gran resistencia a perder sus grandes privilegios, a pesar de que el modelo económico neoliberal mundial haya dado claras evidencias de fracaso. No es gratuito que el Banco Mundial haya prestado a los países en desarrollo para sortear sus crisis, la cifra récord de 72 mil millones de dólares. Tampoco es de sorprender que la ONU nos informe que hay un desempleo récord en el mundo con 211 millones de personas.
De que nos sirve a los mexicanos presumir que tenemos 100 mil millones de dólares de reserva de divisas en el Banco de México, si estamos como el burro, cargado de agua y muriéndonos de sed.
No sabemos cuando los gobiernos se enteraran de que no es posible vivir en una sociedad tan desigual, donde las ganancias económicas que producen 110 millones de seres humanos, solo se quedan en las perversas manos de 300 familias. Y luego los políticos se preguntan ingenuamente, por qué hay tantos problemas sociales. No cabe duda, que no hay mas ciegos que los que no quiere ver.
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