José Luis Gutiérrez Gutiérrez
jlggutierrez@hotmail.com
Publicado en el Diario El Heraldo de Tabasco
“NI LOS VEO NI LOS OIGO”.
Si el gobernador Arturo Núñez Jiménez realmente tendiera puentes y escuchara a la sociedad tabasqueña, y avecindada aquí, como afirmó el pasado primero de enero al concluir la mitad de su sexenio, su popularidad no se encontrará en los niveles patéticos y penosos en los que encuentra.
Muy por debajo de Roberto Madrazo Pintado, Manuel Andrade Díaz e incluso del propio Andrés Rafael Granier Melo, quienes al iniciar su cuarto año de gobierno estaban prácticamente en los cuernos de la luna. La mayoría de sus entonces gobernados estaban contentos con sus respectivos mandatos, lo contrario de lo que ahora sucede, en el que el grueso de la población está harto del gobierno del ¿Cambio?
Al igual que el ex presidente de la República, Carlos Salinas de Gortari, Arturo Núñez Jiménez se ha montado en su caballo, no ve ni escucha a nadie. El costo político que ha tenido que pagar por su falta de sensibilidad y oficio político, por increíble que parezca y suene, ha resultado desgastante. Hoy su imagen y credibilidad están por los suelos, tanto a nivel internacional, nacional y local.
Los cambios en su gabinete los ha hecho a destiempo y contra su voluntad, cuando ya el daño estaba moral, política y socialmente infringido, como ocurrió con los relevos del general Audomaro Martínez Zapata yJuan Antonio Filigrana Castro. Ambos debieron de salir antes de que fueran insostenibles.
Lo mismo viene sucediendo no solo con el incompetente de César Raúl Ojeda Zubieta (cuando salga va a atender a sus biznietos), sino con el sospechoso y malagradecido titular de Educación, Víctor Manuel López Cruz, a quien la Auditoría Superior de Fiscalización (ASF) tiene demandado por varios milloncitos de pesos. Desde luego que no son los únicos funcionarios que por ineptos y sinvergüenzas deberían estar fuera del gobierno, sino la mayoría de ellos.
Lo cierto es que el morador de la Quinta Grijalva no ha sido en ningún momento congruente con su discurso. Ha solapado la manifiesta ineficacia, ineficiencia, cinismo, prepotencia y corrupción de algunos de sus des-colaboradores (as).
A tres años y a una semana de haber iniciado el cuarto año de gobierno, la gente está harta, decepcionada y encolerizada, y con justa razón. Las Izquierdas salieron peor que los priistas. Resultaron más pillos, desfachatados e incompetentes. Ahora sí, que salió peor el remedio que la enfermedad.
Por lo pronto, hay plena coincidencia entre tirios y troyanos, en el sentido de que Arturo Núñez Jiménezes el más malo de los gobernadores en los últimos 30 y picos de años, incluso más que Andrés Rafael Granier Melo.
La situación puede variar, pues el ex priista todavía tiene tiempo para hacerlo, aunque personalmente no creo que vaya a ver un giro de 380 grados en su forma y manera de conducir su desangelado e incierto gobierno, y no precisamente por los difíciles escenarios económicos, sino porque el titular del Poder Ejecutivo continúa “sin ver ni escuchar”, y culpando a todos, como desde que inició, de su desastroso gobierno.
“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI”
(LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)
A menos de una semana de haber concluido su des-gobierno municipal en el Centro, están saliendo a flote no solo las obras inconclusas y malhechas que dejo por todos lados Humberto de los Santos Bertruy, sino todas las mentiras con que mantuvo engañada por tres años a los villahermosinos.
Por eso resulta inexplicable, que gente nefasta y corrupta como Juan Antonio Ferrer Aguilar, Daniel Alberto Flores Pérez y Jaime Izquierdo Cofín no hayan sido de ipso facto cesados de la secretaria General del ayuntamiento, de la coordinación general de Servicios Municipales y del Sistema de Agua y Saneamiento, respectivamente.
No conforme con esto, todavía se atreven a nombrar a oscuros personajes como es el sonado caso deRoberto Carrera Guzmán en la dirección de Educación Cultura y Recreación, quien como ex titular del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA), no fue a parar preso por obra y gracia del Señor.
Definitivamente, el Concejero municipal, Francisco Peralta Burelo, tendrá que emplearse a fondo, pues está rodeado de una bola de pillos y sinvergüenzas que amenazan con mancharle su reconocida honorabilidad.
No son los únicos, desgraciadamente el equipo que le impusieron y acompaña en su dificilísima gestión municipal, no está libre de cien azotes. La mayoría de ellos tiene cola que le pisen, incluidas algunas féminas.
Durante la reunión de trabajo que sostendrá más tarde en la capital tabasqueña, el delegado federal de la SEDESOL, José Antonio Meade Kuribreña, debe tomarse unos minutos de su valioso tiempo, para recordarle a su par estatal, José Rubén Fernández Fernández, que su encomienda no se la debe al gobernador Arturo Jiménez Núñez, sino a Enrique Peña Nieto.
Ya que está más preocupado en quedar bien con el mandatario local que con el huésped de Los Pinos, y no solo él, sino el grueso de los malagradecidos empleados del presidente de la República.
Una de las principales razones que explican el por qué el jefe de la Nación está tan desacreditado en provincia.
Simple y sencillamente a la fracción parlamentaria del PRI y PVEM en el reparto de las comisiones camerales le dejaron la bachicha.
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