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INTERESES POLÍTICOS Y ECONÓMICOS INCIDEN EN LA
INTEGRACIÓN DEL GABINETE
Al final de cuentas los exhortos públicos y en privado del gobernador electo, Arturo Núñez Jiménez, para evitar internamente los “golpes bajos” y las “zancadillas” por los cargos gubernamentales más relevantes (léase: secretarías) entre los grupos políticos que se la jugaron políticamente con él, incluidos los oportunistas priistas, no tuvo los efectos políticos deseados, sino todo lo contrario: en los últimos días las guerra doméstica subió de intensidad.
El ejemplo más emblemático de esta
guerra sucia es la disputa política por la secretaría de Gobierno, en la que
los aspirantes se han estado moviendo y dando con todo. Unos de manera discreta
y sobria y otros desesperadamente, consciente éstos de que no tienen todas las
canicas en sus manos.
Y no porque nada más no tengan los
consensos políticos necesarios, sino capitalmente porque no tienen los méritos
políticos suficientes, ya que aparte de que no son de todas las confianzas del
mandatario electo, apoyaron al entonces candidato a la gubernatura a medias y a
regañadientes, y algunos listos y vivales apostaron por él y Jesús Alí de la
Torre, y hubo -la mayoría- quienes se subieron al barco cuando estuvieron
segurísimo de su triunfo político-electoral.
Hecho que refleja su evidente desesperación
y angustia por ser nominado a la secretaría de Gobierno, pues si bien es cierto
que su Currículo Vitae es cuantitativa y cualitativamente igual o mejor que la
de los demás aspirantes, internamente es mirado con desconfianza y recelo, pues
se sumó tarde a la campaña política de Arturo Núñez Jiménez, aunque reconocen
sus malquerientes que de manera eficaz.
Situación que contrasta con
políticos de la talla de Pedro Jiménez León y Víctor Manuel López Cruz, quienes
aparte de ser políticos consumados, sí se subieron desde sus orígenes al
proyecto político del ex subsecretario de Gobernación.
Si por méritos, experiencia y
lealtad política se escogiera al próximo secretario de Gobierno, no tendría la
menor duda de que el elegido saldría de este astuto dúo, pero como en política
actúan otros intereses políticos y económicos más poderosos, César Raúl Ojeda
Zubieta, no está -por inverosímil que parezca- descartado del todo.
Viéndolo así, tanto él como Oscar
Cantón Zetina y José Antonio de la Vega Asmitia tienen posibilidades reales de
relevar en su actual encomienda a Rafael González Lastra. Mucho va a depender
de la política que esté diseñando para Tabasco y sus actores, el gobernador
electo, Arturo Núñez Jiménez. Si no, al tiempo.
“SQUOD
SCRIPSI, SCRIPSI”
(LO ESCRITO,
ESCRITO ESTÁ)
Quien también anda desesperadísimo
por atraer los reflectores es el diputado perredista, Juan José Martínez Pérez,
pues en las últimas semanas se les ha visto políticamente más movido que cuando
-paradójicamente- se desempeñó como coordinador de la fracción parlamentaria
del PRD.
Y hace bien en batear todas las
pelotas que le pongan por las rodillas, pues al igual que muchos se la rifaron
para la grande equivocadamente, de ahí precisamente su exagerado y machacón
protagonismos por ser tomado en cuenta a la hora de la repartición de cargos
públicos, más aún cuando a partir del primero de enero pasará a formar parte de
las estadísticas de desempleados.
Después de todo no está loco ni
chiflado ni nada por el estilo, simple y sencillamente intenta no quedar afuera
del presupuesto.
Anteayer el integrante del equipo de
trabajo de Arturo Núñez Jiménez, en el área de finanzas, Wilbert Méndez Magaña
explicó que la propuesta presupuestal que recientemente se le entregó a Luis
Videgaray Caso -probable secretario federal de Hacienda-, contempla recursos
adicionales por 10 mil 523 millones de pesos para financiar obras de
infraestructura y proyectos en todo el estado.
Detalló que de esa cifra, 2 mil 947
millones de pesos se utilizarán para completar las obras de infraestructura
hidráulica restantes, así como para la construcción de plantas de tratamiento
de aguas residuales, drenaje, agua potable y alcantarillado en varios
municipios tabasqueños, tanto de los gobernados por el PRD como de los del PRI.
Además comentó “…que 6 mil millones
de pesos se canalizarían a la obra pública como fuente generadora de empleos, y
los restantes 938 millones de pesos para acciones de seguridad pública y
administración de justicia…”
“La propuesta que se le entregó a
Luis Videgaray, del equipo de transición del Presidente de México, Enrique Peña
Nieto, es muy incluyente porque no se dejo fuera a ningún municipio; a todos se
les tomó en cuenta”.
“Los alcaldes entrante incluyeron
-recordó- obras de infraestructura carretera, plantas de tratamiento de aguas
residuales, alumbrado público, drenaje, alcantarillado, rehabilitación de
puentes, entre otras, todas consideradas de importancia”, concluyó.
El asunto de fondo es que el ex
director de Tránsito, durante el triste trienio de Manuel Gurría Ordóñez,
Wilbert Méndez Magaña, va a ser de los que estarán por justicia en el gabinete.
Desde hace varios días más de uno
encendió su veladora rogándole a Dios que se incluya en una posición clave del
gabinete presidencialista el nombre de Benito Neme Sastre, ya que sería otra
gran decepción que de nueva cuenta no se le tome en cuenta, como sucedió con el
equipo de transición del ex gobernador mexiquense, en donde todo el mundo lo
daba por hecho; sin embargo, no sucedió, lo que causó frustración y alegría en
algunos actores políticos locales y hasta nacionales.
¿Estará sufriendo los efectos
colaterales de la terrible derrota de su delfín, Jesús Alí de la Torre?
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