(Publicado en el Diario Tabasco Hoy)
Ley Antirumor y Tremenda Corte
¿Realmente tiene mucho sentido dedicarle tanto tiempo a debatir una iniciativa como la de la Ley para penalizar la Alarma social? La mejor conocida como "Ley Antirumor", en el mejor de los casos, sólo ayudará a que a nivel nacional e internacional se rían a costillas de nosotros. Independientemente del polémico objetivo -castigar penalmente a quienes propaguen rumores que generen "alarma social" a través de las redes sociales-, lo cierto es que esa Ley es imposible de ser observada. ¿Quién estará encargado de sancionar a los "rumorólogos"? Porque en las condiciones en las que se encuentran los cuerpos policiacos y los servicios de inteligencia estatales… Y, en caso de que hubiera una policía informática altamente entrenada, capacitada y preparada, ¿no sería mejor que se dedicara a perseguir a verdaderos criminales, y no a chismosos y bromistas de mal gusto? Este asunto se podría resolver de dos formas. La primera, que nos gustara menos el chisme (altamente improbable). Y la segunda, con una verdadera estrategia de comunicación, moderna y funcional. Si las instituciones gubernamentales tuvieran la ofensiva estratégica en el manejo de la información, si se adelantaran a los chismes siendo claros en cuanto a lo que sucede y lo que no, este tipo de leyes jocosas jamás se estarían debatiendo más que en la Tremenda Corte de Trespatines… Como bien declaró en entrevista a Tabasco HOY el ombudsman, Jesús Manuel Argáez de los Santos, "en las democracias modernas lo que se busca es una intervención mínima del derecho penal". Nosotros, en cambio, hacemos leyes para que termine en la cárcel media humanidad, y lo peor del asunto es que, al final, los verdaderos delincuentes andan campantes por las calles. Francamente, enfrascarse en este debate por más tiempo es absurdo. Sólo por poner un ejemplo de algo verdaderamente útil que podrían hacer los legisladores chocos, ahí está el caso de la Ley de Guarderías, propuesta en su momento por el doctor Jaime Mier y Terán, y aprobada en el Congreso local. Sin embargo, no ha entrado en vigor porque hasta hoy no se han autorizado los recursos necesarios para que operen las guarderías. ¿No sería mejor que en el Congreso vieran la manera de destinar presupuesto para que muchas mujeres que desean y pueden trabajar, y que no tienen con quién dejar a sus niños, tengan la oportunidad de llevarlos a una guardería? Y, en vez de eso, llevamos días con lo de los "rumorólogos"… »Y DE MAÑANA… LA RECTORA CANDITA Gil Jiménez se destapócomo aspirante a un cargo de elección popular -suena fuerte para el Centro-, y es precisamente el miedo que le tienen el que ha hecho que sus malquerientes desataran el "fuego amigo" en su contra…
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