(Publicado en el Diario Rumbo Nuevo)
Jaclop62@hotmail.com
EL PASADO SE REPITE
Lejos de brindarle todo el respaldo al presidente municipal de Cunduacán, Juan Armando Gordillo de Dios, a quien las fuerzas coordinadas de seguridad dedicas al combate de la delincuencia organizada han cateado en varias sus propiedades, y ahora sí es acusado públicamente su hijo, Ulises Gordillo Presenda de tener vínculos con una bandas delictivas, el dirigente estatal del Partido de la Revolución Democrática, Francisco Sánchez Ramos debería actuar con más mesura política y ser el primero en exigir se esclarezcan todas las anomalías en que está inmerso el edil, y que es el mejor parámetro de lo que podría pasar en la entidad si en realidad se llegara a dar la ansiada alternancia en el poder.
En los hechos, el presidente municipal de Cunduacán, a quien por cierto la edad ya lo ganó pues es una de sus limitantes que le impiden poner orden en el ayuntamiento, se está convirtiendo en el mejor ejemplo del porqué el Partido de la Revolución Democrática no debe gobernar en el estado, porque sería más de lo mismo o peor de lo mismo, y en el entendido de lo que dice el refrán que “más vale malo y conocido, que bueno por conocer”, la población tabasqueña que ciertamente muestra una dosis de descontento, no le quedaría otro remedio más que optar por refrendarle al Partido Revolucionario Institucional (siempre y cuando postule a su mejor candidato) su voto para que siga gobernando por otros seis años nuestra entidad y sería el acabose para el Partido de la Revolución Democrática cuyos actores políticos andan vendiendo quimeras por todo el estado, sin siquiera emitir una opinión respecto al grave problema administrativo, político y legal que se vive en el ayuntamiento gobernador por un neoperredista como Juan Armando Gordillo, que llegó en el peor momento de su vida a dirigir la comuna.
Todos los actores políticos del Partido de la Revolución Democrática que caminan la geografía estatal ofreciendo que son la solución para los problemas que se viven actualmente, saben muy bien que no hay varita mágica para resolver muchas carencias que se padece en la entidad para lo cual se necesitaría bajar carretadas de dinero que es lo que sirve para realizar la obra pública o llevar los servicios indispensables a diversas poblaciones con muchas necesidades, y que por lo tanto ningún presupuesto alcanzará para satisfacer a todos los ciudadanos, sino que tiene que haber prioridades, pero se han guardado de permanecer callados, en silencio, respecto a lo que está pasando en el ayuntamiento de Cunduacán y es hasta ahora, cuando se registró el último cateo por parte de las fuerzas de seguridad a las propiedades de Juan Armando Gordilo y se detuvieron a algunos jefes policiacos, así como algunas personas que se presume son “honorables” en esa cabecera municipal, es que el dirigente estatal de ese partido, Francisco Sánchez Ramos salió a brindar todo su respaldo al alcalde, ante el acoso político-policiaco, que asegura, el gobierno estatal ha emprendido en contra del funcionario municipal con fines perversos, craso error, porque todo indica que no han aprendido del pasado, concretamente con lo que pasó en la administración del extinto Walter Herrera Ramírez , a quien como el Borras la dirigencia estatal en funciones de ese partido le brindó todo su respaldo cuando elementos de la Subprocuraduría de Investigaciones Especializadas en Delincuencia Organizada (SIEDO), le catearon su casa en busca de pruebas que permitieran vincularlo a la delincuencia organizada, y posteriormente ya se conoce en qué terminó este asunto, pues varios de sus elementos policiacos habían realizado una masacre de la que indirectamente se acusó al finado de ser corresponsable al permitir que se huyera quien era su director de Seguridad Pública Municipal.
Solo como un recordatorio para quienes tienen la menta corta, en el 2006 después que elementos de la SIEDO catearon la casa del entonces presidente municipal, Walter Herrera, la dirigencia en pleno del PRD lanzó un desplegado acusando a las autoridades federales y estatales de que se trataba de una vendetta política para prefabricarles delitos a uno de sus mejores alcaldes y cerraron filas en torno a su persona; con el paso de los meses se supo la terrible realidad, su director de Seguridad Pública (Anicasio Pérez) a quien le brindó salvoconducto para que escapara del municipio había perpetrado la matanza de Amacohite, Chiapas. Después vendría la ejecución del alcalde a las puertas de su propio rancho en el municipio de Huimanguillo, lo que fue un duro revés para la propia dirigencia estatal del PRD, que lejos de plegarse a los ordenamientos legales se fue por la libre con resultados adversos.
Todos los actores políticos del Partido de la Revolución Democrática que buscan la candidatura a la gubernatura que estará en juego en el 2012, se han dedicado a lanzar lodo en contra del gobierno estatal, intentando con ello llevar agua a su molino, manejando sesgadamente la inconformidad ciudadana, que sí la hay, porque tampoco se puede negar, pregonando que la alternancia política será un hecho por el alto grado de inconformidad de la población que no ha sido atendida, pero no han entendido que hay factores que le pegarán de lleno y que ellos deberían ser lo más interesados en que se resuelva este tipo de conflicto por el que atraviesa el presidente municipal de Cunduacán, cuyo hijo, Ulises Gordillo Presenda se ha constituido en el talón de Aquiles que lo llevará a la tumba política si es que antes no sucede físicamente porque cada día que pasa, el edil luce desmejorado, aunado a su evidente falta de memoria a consecuencia del Alzheimer que oficialmente no se le reconoce, pero que ya le ha hecho no reconocer sus propias ordenes de un día para otro.
Para que entiendan los políticos que sus hijos deben mantenerse al margen del poder cuando ellos se convierten en gobernantes, es necesario voltear los ojos al ayuntamiento de Cunduacán para que vean la terrible realidad. Desde el inicio de la actual administración (incluso en plena campaña política), Ulises Gordillo Presenda cogobierna con su papá la presidencia municipal, el llamado “hijo incómodo” nombró a varios directores, se dedicó a cobrar el diezmo de la obra pública, asignando que constructor la realizaba, todos los directores tenían que consensar con él los acuerdos que tomaban con el presidente municipal, porque con eso que a don Juan se le olvidan las cosas no fuera a cometer una “caballada”, de tal suerte que el propio alcalde se volvió un parapeto de su propio hijo, lo que orilló que en ese municipio donde todo se sabe, se comenzaran a dar cuenta de todas las irregularidades que venía cometiendo Ulises, al grado que varios funcionarios dimitieron y lo acusaron de estar cometiendo ilícitos, pero ni la misma dirigencia a cargo de Javier May protestó porque varios de sus cercanos llegaron como “aviadores oficiales” en la nómina del ayuntamiento y uno de sus hombres de confianza, Gallardo, le fue asignado un súper salario, por lo que todos prefirieron callar.
El pasado 11 de julio, el ayuntamiento de Cunduacán se cimbró, ya que por la madrugada, las fuerzas de seguridad que operan en el estado compuesto por el Ejército, Marina, Siedo, PGR, policía estatal, policía ministerial y Policía Federal, catearon el rancho del presidente municipal, deteniendo a Ulises Gordillo Presenda y su chofer, quienes por 48 horas estuvieron desaparecidos hasta que fueron liberados, y aunque oficialmente ninguna autoridad se hizo responsable de las detenciones, subrepticiamente se sabe que fueron liberados por “órdenes superiores”, esperando que recompusiera su actitud, pero no entendió y ahora ya con elementos de causa fueron por él pero no lo encontraron.
Independientemente de las investigaciones en contra de su hijo Ulises Presenda Gordillo, don Juan Armando tiene enfrente la revuelta de los regidores, todos ellos perredistas, a quienes alevosamente pretendió sustituir por los suplentes porque se negaron a firmar documentación oficial que está alterada por los costos económicos que ahí se presentan que no concuerda con la realidad, pero no pudo correrlos y estos ya pidieron formalmente al Congreso del estado la destitución del alcalde que está llevando a la bancarrota la administración, pues los recursos económicos de la comuna han sido utilizados para pagar hipotecas de propiedades que ahora ha recuperado la familia Gordillo Presenda, de tal suerte, que del mismo mal que acusan los aspirantes perredistas que está cometiendo el gobierno estatal, está pasando en el ayuntamiento de Cunduacán, pero más agravado con la acusación oficial de que a Ulises lo investiga la Procuraduría General de la República por sus presuntos nexos con bandas delictivas.
Por esa razón de peso el PRD saldrá perdiendo si insiste en politizar el problema penal que el alcalde de Cunduacán y su hijo están enfrentando. Un ayuntamiento donde la mitad de los regidores perredistas está en contra del alcalde no es cualquier cosa, ya se debieron encender los focos rojos perredianos; algún dirigente debió entrar a resolverlo, pero como creen que cargándole todos sus males al gobierno resuelven sus problemas, deben tener más cuidado porque la gente no es tonta, sabe quién es quién y aunque se diga que la alternancia del poder está a punto de darse en Tabasco, más bien está en veremos, al menos que el objetivo central sea enterrar al aspirante a la gubernatura que propuso a Juan Armando para que sea candidato y que todos saben quién es.
En cuanto a las personas que ayer marcharon exigiendo la liberación de su familiares detenidos, solo tienen que esperar, si son inocentes, si no se les prueba los delitos saldrán libres, pero si hay indicios que los señalan como presuntos, tendrán que seguir el proceso legal en prisión, no hay de otra, porque bajo la presunción de negocios lícitos se esconden cosas oscuras.
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