(Publicado en el Diario tabasco Hoy)
Desfiguros de fin de semana
Moisés Valenzuela, Jorge Ordóñez, Jorge Luis Amézquita y José Alberto Carrillo, más toda la parafernalia del gobierno estatal, impusieron hace dos años a Roger Arias como "líder" del SITET, echándole la lámina encima a Diego Ánimas –hoy delegado del SITEM- para quitarlo de en medio y los dejara disfrutar la miel del sindicatito inventado por Roberto Madrazo. Los aludidos procedieron con toda su mala leche, acicateados por sus celos de macho. Usted bien sabe –lector lectora- que esta reacción produce una criminal animadversión animal. Pero se equivocaron en sus cálculos. Si alguna vez hubo seriedad en ellos, Roger se encargó de borrarla, pero antes los exhibió en toda su "ojetez". El fin de semana pasado, sin embargo, las imbecilidades de Arias García rebasaron todo sentido común al pretender ser candidato a gobernador. Con toda su vergüenza a cuestas, tuvieron que salir a la calle para detenerlo en sus desmesuras. El mal, sin embargo, ya está hecho. El SITET entró en un tobogán impresionante de desprestigio moral. Roger Arias los ha exhibido como lo que son: comerciantes del templo. La sociedad tabasqueña sin embargo es culpable de todo esto por agachona y cobarde. Si todos en conjunto hubiéramos reaccionado como ciudadanos decentes para expulsar a este retrasado mental del tesoro de Alí Babá, no estuviéramos hoy angustiados con sus idioteces. En fin, cerremos este lamentable capítulo y concretémonos a denunciar otras situaciones vergonzosas. Hace dos semanas exactamente, un presunto funcionario del Banco Scotiabank, me telefoneó (presuntamente igual) desde la ciudad de México. El señor me ofreció asesoramiento gratuito por parte de su también presunto banco. Palabras más palabras menos me dijo: "Don Homero, usted es de nuestros clientes consentidos y queremos asesorarlo para que su dinero esté siempre protegido con nosotros y no vayan a saquear su cuenta electrónicamente, ¿qué le parece?… "Pues mire, señor "equis", en lo particular quiero decirle que no entiendo por qué usted, protector de mis escasos ´fierros´, quiere hacerme un favor extra. Los únicos que son chingones para manejar las computadoras y demás ´gadgets´de la tecnología de punta, son ustedes. Yo soy muy pendejo para eso. Si me chingaran mis escasas pertenencias, los únicos que podrían hacerlo son ustedes mismos… "Pero además, le dije, para los tres o cuatro mil pesos que tengo en mi cuentecita, a la hora que un cabrón quiera chingármelos electrónicamente, lo hará con premeditación, alevosía y ventaja sin que yo pueda hacer algo para impedirlo. Por eso, su oferta me viene ´guanga ´. Si chingarse mis cuatro mil pesos los hace felices, pues háganlo"… "No, pues sí, tiene usted razón", me contestó, discúlpeme. Pero hace dos días me habló mi hermosísimo amigo Lalo del Rivero. Sus cuentecitas que él y su señora tenían en "Scotiabank", alguien "electrónicamente" se las hurtó. Les chingaron a mis amigos cinco mil pesos a cada uno. ¿Alguien les hará justicia? No creo. Los bancos nunca pierden…
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