"Más los pecadores serán atrapados en su pecado..."
Proverbios 11:6
Atrapado y sin salida...
Alfredo A. Calderón Cámara
Publicado en el Diario Novedades de Tabasco
Buscar la verdad es el desafío de un buen juicio: la verdad de cada caso en particular. Y en esa búsqueda, el empleo prudente de las técnicas actuales puede ayudar mucho. Por eso, la experiencia de los juzgadores debe aprovecharse al máximo para persistir en el intercambio de ideas, tesis, contra tesis, jurisprudencias y criterios jurídicos; y es que en esa materia, siempre habrá algo nuevo que aportar. La controversia judicial entre Juan Jacinto Bautista y Leticia del Carmen Romero Rodríguez camina en sendas de justicia que dejan sentir la importancia del estado de Derecho en la vida social de una democracia como la nuestra. El demandado Juan Jacinto Bautista en sus apelaciones no tiene para cuando demostrar que han sido vulnerados sus derechos humanos relativos a la libertad de expresión que debe tener; sin embargo, de acuerdo a los medios probatorios que integran la demanda dejan en claro que Juan Jacinto Bautista no puede ni podrá aportar pruebas serias o idóneas en su defensa mientras siga usando en la aportación de copias simples como si fueran pruebas firmes.
Quienes juzgan lo hacen a nombre de la sociedad sobre la base de normas jurídicas que la propia sociedad ha decidido hacer vigentes; por eso, al tender puentes entre las ciencias jurídicas y la vida social, lo que debe prevalecer es la conciencia de lo humano, aunque lo humano sea siempre imperfecto. Eso siempre será mejor que la utopía. Los elementos de juicio que pueden aportarse ahora, gracias al enorme desarrollo que han registrado en los últimos tiempos las ciencias exactas y la tecnología, pueden ser muy valiosos; desde luego, sin descuidar la densidad moral que está detrás del derecho penal o civil y sin olvidar que cada posible delito esconde circunstancias distintas, y que en cada sentencia está el destino de una persona. Juan Jacinto Bautista alegando ejercer la libertad de expresión hizo cera y pabilo en medios y redes sociales con una serie de denuncias públicas y de todo tipo de análisis sobre la actuación de la demandante Leticia del Carmen Romero sin tomar siquiera la presunción de inocencia de la funcionaria, misma que ante la avalancha de difamaciones optó por las instancias legales, donde Juan Jacinto Bautista por sus mismos errores, quedó sujeto a proceso: con los dedos atrapados en la puerta.
Evidente es, todo lo que se haga para mejorar los sistemas de justicia serán bien recibidos por la sociedad; pero debe hacerse con la mayor responsabilidad. Si en el servicio público en general, la materia prima con la que se trabaja es la voluntad de los hombres, en la administración de justicia lo que destaca es la dignidad de los individuos; de ahí, que la demandante Leticia Romero Rodríguez usando las herramientas jurídicas que la ley le permite, solicitó al juzgador la medida cautelar de imponerle al demandado Juan Jacinto Bautista: abstenerse de hacer comentarios peyorativos contra suya y su familia. Medida que fue detenidamente analizada por el juzgador, quien encontró los elementos de juicio y la impuso a Juan Jacinto Bautista; pero que además, permitieron dejar firme el delito de daño moral en el juicio civil en el cual Juan Jacinto Bautista lleva todas las de perder y tan es así, que ya ni siquiera se presentó a la comparecencia sino que tratando de solventar su ausencia Juan Jacinto Bautista llevó la constancia médica de una dentista.
De esta manera, Juan Jacinto Bautista cada día que pasa se pega más a la pared, se fue de la lengua y deberá pagar en su momento por ello. La demandante ha usado las herramientas jurídicas en el entendido que el Estado no debe perder de vista que es la seguridad lo que debe de ofrecer al aplicar la Ley, siempre respaldando la certidumbre y la honestidad en el juicio; esos valores, aplicados son los que tienen a Juan Jacinto Bautista: atrapado y sin salida…
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