¿Qué futuro tiene el mundo árabe?
Una nota que asegura que las mujeres latinoamericanas en la política, van ganando terreno, logran espacios, cuando las dictaduras son reemplazadas por democracias, me atrajo. Esto está demostrado en América Latina, donde la mayoría de sus países ha venido eligiendo mujeres, incluso como presidentes, vicepresidentes o primeras ministras. En cambio, un signo de un retroceso de toda sociedad es cuando el sexo que representa a la mitad o la mayoría de sus ciudadanos pierde derechos y poder; tal como parece estar pasando con el nuevo gobierno libio post-Gadafi, tan influenciado por los emires más machistas del planeta.
Diferente era la situación durante Gadafi o en las dos revoluciones democratizantes de Túnez y Egipto, donde una de las características fue que ellas participaron o dirigieron marchas multitudinarias. Hoy la única mujer libia que aparece dando arengas es la hija del Gadafi, quien llegó a ser el único jefe musulmán que tenía una guardia pretoriana exclusivamente de soldadas. De ideas avanzadas, logró que la mujer libia fuera una de las que tuviera mayor libertad, educación y beneficios maternales en el mundo islámico.
Este es apenas un punto de lo que puede ocurrir en Libia -tercera rebelión popular en el mundo árabe- que se distorsiona por la toma del poder a través del Consejo de Transición, un logro de la intervención política y militar de la OTAN con su "Operación alborada de la sirena (Mermaid Down, en inglés) cuyo principal éxito es imponer un gobierno a sus órdenes. De ese modo roba a las masas rebeldes un triunfo contra un gobernante (Gadafi) fiel a los designios e intereses económicos y políticos de EU, Francia e Italia.
El Presidente del omnipotente Consejo de relaciones exteriores (CFR), Richard Haass, escribió: "Cuatro décadas luego de establecerse, seis meses después de que la comunidad mundial decidió que…Gadafi tenía que retirarse, el régimen está desmoronado…aviones de la OTAN ayudaron a promover la victoria rebelde. La intervención "humanitaria"…para salvar vidas que se creía estaban amenazadas fue, la verdad, una intervención política introducida para promover el cambio de régimen", (Financial Times 22 de agosto).
Pero sucede que amplios sectores de la población están armados. Hay facciones regionales, tribales e ideológicas, en que el control del CNT (Consejo Nacional de Transición) es precario. Los intereses de las masas populares, sus anhelos de democracia y justicia social, son objetiva y diametralmente opuestos al plan colonial-petrolero que los países ricos exigen. Hoy pueden estar festejando la caída del dictador.¿Pero dejarán allí su lucha real? ¿No chocarán contra el perfil reaccionario, Pro-imperialista y antipopular del nuevo gobierno del CNT?.
La rebelión de febrero, contra Gadafi puede ser solo el primer acto del drama libio, El horno social y político sigue caliente. El segundo acto está por empezar. Quiénes impondrán sus intereses: la subordinación de los socios libios a la OTAN, como defensora de los derechos humanos y la democracia;
o las masas explotadas de jóvenes, clases populares y trabajadoras, que desencadenaron la revuelta dentro del histórico proceso de la “Primavera Árabe”. El fenómeno potencialmente revolucionario más imponente del mundo árabe desde la “descolonización”, tras la Segunda Guerra Mundial, ya provocó cambios político-revolucionarios –la caída de Mubarak en Egipto– aunque no lleguen a ser revoluciones sociales.
Al final, en Libia se da un vuelco político triunfante de EU y la UE después de los fracasos en Egipto y Túnez. En estas naciones estuvieron al lado de sus protegidos (Ben Alí y Mubarak) mientras creían parar la revuelta y mantener sus posiciones estratégicas con los mismos gobiernos. Cuando se convencieron que la rebelión “iba en serio” cambiaron, pero ya habían tomado posiciones fuerzas internas con quienes tendrán que lidiar ahora. En Libia, tras escarceos iniciales, se lanzaron contra el socio preferente de Francia e Italia, a través de la brutal intervención militar que tuvo éxito. Se trata del nuevo modelo estratégico de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), los "ejercicios fuera de área" para consolidar a la Alianza Atlántica como organismo de "seguridad global," de acuerdo a su última reunión cumbre (Lisboa, noviembre de 2010).
El Consejo Nacional de Transición está integrado por altos funcionarios y jefes militares de Gadafi y exiliados que vivían en EU. Ninguno tuvo que ver con la rebelión. Estarán a modo para acrecentar los intereses petroleros y de otra índole en esos territorios. Por su lado, Gadafi es chivo expiatorio para “lavarse manos” como tutores de dictaduras en el mundo árabe. Ellos son defensores de la “democracia” y “derechos humanos”. En su base, intentan instaurar como principio, que las grandes potencias tienen derechos para intervenir, quitar, poner o amparar al gobierno que deseen. Las conferencias entre tales potencias decidirán cuál gobierno es “legítimo” y cuál “ilegítimo”- Además, utilizan a la Corte Internacional de La Haya, para que se ocupe de criminales caídos en desgracia (antes Milosevic, ahora Gadafi).
En efecto, en una conferencia citada por Sarkosy en París, al Jefe de la CNT y ex ministro de Justicia de Gadafi, se le leyó la cartilla de cómo será su gobierno. En próximos días habrá conferencia en la cumbre de los países que apoyaron la intervención militar y al CNT, a fin de “impedir que el poder se desintegre por diferencias tribales, políticas y religiosas”, diseñando una “hoja de ruta” para el Consejo Nacional de Transición.
En tal sentido, la presencia extranjera se mantendrá para fijar la "pacificación" de Libia. Otro miembro del CFR, David Serwer, investigador de la Escuela de estudios internacionales superiores (Universidad John Hopkins) en memorando del 9 de agosto, recomienda una "fuerza de estabilización" para Libia, bajo el mando de Naciones Unidas (UE y "participaciones modestas" de: Unión africana, Liga Árabe y apoyo de EU). Libia podría hundirse en un caos de conflictos intestinos –afirma- entre los rebeldes, o resistencia de leales a Gadafi, lo que podría causar un "desastre humanitario, la aparición de un nuevo líder autoritario o, inclusive, la disolución del país."
No queda allí el asunto, las grandes potencias se lanzan sobre Libia en pos del botín de guerra. Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania, España, Rusia y China, se atropellan para colocarse en las mejores condiciones para ganar: contratos millonarios, la redistribución de concesiones petroleras e iniciación de nuevos negocios. ¿Qué harán los grupos rebeldes populares armados?. ¿Entregarán las armas y se sumarán a los designios externos o enfrentarán su destino de combatientes por su país?. Esa es la incógnita.
Correo electrónico: v_barcelo@hotmail.com Puebla, Pue. 28-agosto-2011.
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