sábado, 18 de mayo de 2019

¿Se ha descifrado, por fin, el enigmático Manuscrito de Voynich? / #Sábado #Mayo 18

¿Se ha descifrado, por fin, el enigmático Manuscrito de Voynich?

Publicado en el DIARIO POR ESTO



Tuuskeep Kasperchack
Semiología de la imagen
Un académico del Reino Unido afirma haber desentrañado los misterios de un manuscrito medieval que ha intrigado a los expertos durante más de un siglo. Los descifradores de códigos profesionales, los especialistas en lingüística y muchos programas de computadora no han podido descifrar su código, lo que lleva a algunos a especular que fue escrito por extraterrestres. Pero un académico que afirma haber resuelto el misterio ha revelado que el llamado “Manuscrito de Voynich” en realidad fue escrito en un lenguaje proto-romance.
“Experimenté una serie de ‘eurekas’ mientras descifraba el código”, escribe David Cheshire en un artículo publicado en la revista Romance Studies en el que describe sus hallazgos. El investigador asociado de la Universidad de Bristol en el oeste de Inglaterra confiesa su incredulidad y entusiasmo “cuando me di cuenta de la magnitud del logro, tanto en términos de su importancia lingüística como de las revelaciones sobre el origen y el contenido del manuscrito”.
Naomi Rea, editora asociada del portal news.artnet.com, comentó ayer la noticia y añadió que la clave para descifrar el código consistió en identificar que el texto original estaba escrito en un idioma extinto, antecesor de varios idiomas europeos modernos, incluido el español. Es el único ejemplo conocido de proto-romance porque ese idioma solo se usó coloquialmente, mientras que todas las comunicaciones de texto se hacían en latín. Después de establecer la conexión, Cheshire pudo descifrar el códice del documento en solo dos semanas.
El académico británico dice que unas monjas dominicanas compilaron el manuscrito como una fuente de referencia para María de Castilla, reina de Aragón.
Un panel del manuscrito muestra a dos mujeres que pelean con cinco niños en un baño. El dibujo está etiquetado con palabras que describen diferentes temperamentos: tozosr (zumbido: demasiado ruidoso); orla la (en el borde: perdiendo la paciencia); tolora (tonta / insensata); noror (nublado: opaco / triste); aus (pájaro dorado: buen comportamiento) y oleios (engrasado: resbaladizo). Todas las palabras tienen vestigios de las lenguas románicas contemporáneas. En otra página hay una serie de viñetas estilizadas que ilustran erupciones volcánicas con notas sobre misiones de rescate posteriores y las islas de nueva creación.
El proto-romance es ancestro común del español moderno, portugués, francés, italiano, rumano, catalán y gallego. Se hablaba en el Mediterráneo durante el período medieval, a pesar de que el latín era el idioma oficial de la realeza, la iglesia y el gobierno. En ese tiempo, el reino de Aragón, en el este de España, controlaba grandes partes del sur de Francia, Italia y varias islas mediterráneas. La naturaleza informal de su uso propició que se perdiera de los registros, pero ahora los lingüistas podrán examinar sus símbolos desconocidos y los signos de puntuación para comprender más sobre el desarrollo de las lenguas romances.
El académico inglés planea traducir el manuscrito de más de 200 páginas y compilar un léxico para que los futuros académicos puedan estudiar su importancia lingüística y analizar su contenido para conocer lo que revela sobre ese período en el tiempo.
Dudas y críticas
No obstante lo anterior, en el portal mundo.sputniknews.com varios expertos ponen en duda que Cheshire realmente haya dado con la clave para descifrar este enigmático manuscrito que es “un compendio de información sobre remedios herbales, baño terapéutico y lecturas astrológicas” que se centra en la salud física y mental femenina.
Por ejemplo, la Dra. Lisa Fagin Davis, directora ejecutiva de la Academia Medieval de América, sostiene que “El lenguaje protorromance no existe. Esto no es más que una tontería aspiracional, circular y autocumplida”.
Otros expertos en el campo de la Codicología coinciden en que el artículo de Cheshire tiene pocas bases científicas y muchos errores técnicos.
“El sistema de escritura del manuscrito puede ser comprendido una vez que las reglas gramaticales se entienden”, esto es un absurdo metodológico. ¿Cómo vas a escribir una gramática de un idioma cuyo sistema de escritura no entiendes? ¿Cómo es posible que esto haya sido revisado por expertos?”, señaló, por su parte, Ben Cartlidge, lingüista de la Universidad de Liverpool.
A su vez, Claire Hardaker, directora del grupo de investigación de Lingüística Forense de la Universidad de Lancaster, afirmó que “de alguna manera este artículo llegó a la revista Romance Studies, pasó por una revisión de expertos y, una vez en la imprenta, fue suficiente para que los no especialistas creyeran que era válido”.
Esta no es la primera teoría que busca arrojar luz sobre este extraño manuscrito. En 2018, un investigador canadiense creó un algoritmo que determinó que el idioma del manuscrito Voynich es hebreo, pero cifrado según un cierto código.
Finalmente, algunos científicos rusos han llegado a la conclusión de que el código estaba escrito, en su mayor parte, en uno de los idiomas europeos de la familia germánica. Lo más probable es que en inglés o alemán, y no una lengua artificial.
El nombre del manuscrito se debe al especialista lituano en libros antiguos Wilfrid M. Voynich (1865-1930), quien lo adquirió en 1912. Está catalogado como el ítem MS 408 en la Biblioteca Beinecke de libros raros y manuscritos de la Universidad de Yale, según leemos en Wikipedia.
Con base en todo lo anterior, lo más probable es que tengamos que esperar varios años más para conocer la verdad sobre este extraño documento.

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