*El profesor de la UJAT, Humberto Bojórquez Pereznieto, dio a conocer los beneficios derivados de este proyecto de investigación
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Para implementar técnicas compatibles con el medio ambiente que ayuden a los agricultores de la región a disminuir el uso de agroquímicos en la desinfección del suelo previo al cultivo de las hortalizas, el investigador de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), Humberto Bojórquez Pereznieto desarrolla actualmente un estudio sobre la utilización de portainjertos de tomates como respuesta para asegurar la producción.
El profesor de la División Académica de Ciencias Agropecuarias (DACA), detalló que el tomate rojo ocupa un lugar preponderante en el desarrollo económico y social de la agricultura, tanto a nivel mundial como nacional. “En México es una de las principales hortalizas que se cultiva a gran escala en el norte del país, tanto a cielo abierto como en condiciones protegidas, sin embargo en Tabasco todavía se encuentra en las primeras fases productivas”.
Especialista en plantaciones agrícolas, Bojórquez Pereznieto, explica que actualmente con la investigación denominada “Evaluación agronómica de tres portainjertos de tomate bajo condiciones protegidas en el estado de Tabasco”, ha evaluado tres variedades comerciales de plantas de tomate: Multifort, Cid y Río Grande, las cuales se injertan en las plantas criollas bajo condiciones protegidas. “Nuestra propuesta es que las hortalizas en el estado posean injertos de su misma especie de variedad rustica o criollas para poder soportar las inclemencias del tiempo”.
Acerca del proceso que realiza, Bojórquez Pereznieto indicó que el primer paso es un corte de 45 grados al portainjerto y a las variedades, sujetándolos con una pinza de silicón. Luego de unirse para formar una sola planta, se traslada a un área con mirilla de tela sintética con el fin de proporcionar una temperatura diferente de las demás. Se espera que reposen por un periodo de diez días y pasado este lapso, se traslada a un campo para entrar en la etapa de producción.
El investigador de la DACA apuntó que dentro de los beneficios esperados, están contar con plantas resistentes a las inclemencias del tiempo, a la vez que se disminuya el uso de agroquímicos dañinos, con lo cual también se puede reducir la contaminación del suelo y por ende, se vería disminuida la contaminación de los mantos freáticos en la entidad, “el impacto a largo plazo será amigable con el medio ambiente, además de los beneficios directos de la producción”.
Para implementar técnicas compatibles con el medio ambiente que ayuden a los agricultores de la región a disminuir el uso de agroquímicos en la desinfección del suelo previo al cultivo de las hortalizas, el investigador de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), Humberto Bojórquez Pereznieto desarrolla actualmente un estudio sobre la utilización de portainjertos de tomates como respuesta para asegurar la producción.
El profesor de la División Académica de Ciencias Agropecuarias (DACA), detalló que el tomate rojo ocupa un lugar preponderante en el desarrollo económico y social de la agricultura, tanto a nivel mundial como nacional. “En México es una de las principales hortalizas que se cultiva a gran escala en el norte del país, tanto a cielo abierto como en condiciones protegidas, sin embargo en Tabasco todavía se encuentra en las primeras fases productivas”.
Especialista en plantaciones agrícolas, Bojórquez Pereznieto, explica que actualmente con la investigación denominada “Evaluación agronómica de tres portainjertos de tomate bajo condiciones protegidas en el estado de Tabasco”, ha evaluado tres variedades comerciales de plantas de tomate: Multifort, Cid y Río Grande, las cuales se injertan en las plantas criollas bajo condiciones protegidas. “Nuestra propuesta es que las hortalizas en el estado posean injertos de su misma especie de variedad rustica o criollas para poder soportar las inclemencias del tiempo”.
Acerca del proceso que realiza, Bojórquez Pereznieto indicó que el primer paso es un corte de 45 grados al portainjerto y a las variedades, sujetándolos con una pinza de silicón. Luego de unirse para formar una sola planta, se traslada a un área con mirilla de tela sintética con el fin de proporcionar una temperatura diferente de las demás. Se espera que reposen por un periodo de diez días y pasado este lapso, se traslada a un campo para entrar en la etapa de producción.
El investigador de la DACA apuntó que dentro de los beneficios esperados, están contar con plantas resistentes a las inclemencias del tiempo, a la vez que se disminuya el uso de agroquímicos dañinos, con lo cual también se puede reducir la contaminación del suelo y por ende, se vería disminuida la contaminación de los mantos freáticos en la entidad, “el impacto a largo plazo será amigable con el medio ambiente, además de los beneficios directos de la producción”.
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