José Luis Gutiérrez Gutiérrez
jlggutierrez@hotmail.com
Publicado en el Diario El Heraldo de Tabasco
¿DE QUÉ SE TRATA SEÑORES?
Si es cierto de que el gobierno del Estado de Tabasco está a un paso de suscribir un convenio con la prepotente y arrogante Comisión Federal de Electricidad (CFE), o más bien con Hacienda, nos parece una mamada del tamaño del mundo, que en los últimos días hayan desatado una campaña de terror en contra de los cientos de miles de deudores tabasqueños, y avecindados aquí.
Lo que me da a pensar que los trabajadores de la paraestatal están actuando arbitrariamente porque no hay nada amarrado entre el gobierno y la CFE, o bien porque están tratando de reventar los acuerdos establecidos. En serio que no se me ocurre de inmediato otras hipótesis.
Suponiendo sin conceder, que lo platicado con la secretaría de Hacienda es casi un hecho, la única explicación que le encuentro a la actitud negativa de la CFE, es que decidieron dar marcha atrás, pues el futuro económico del país para el próximo año no es muy alentador, sino lisa y llanamente: desalentador.
Quizás aquí está la causa principal del porqué el hostigamiento en contra de quienes tienen adeudos con la CFE, y es que el constante deterioro en los precios de barril de petróleo, ha puesto nerviosos a los productores de éste, y no es para menos, pues sin los ingresos que deja este hidrocarburo, México está económicamente tronado, quebrado, peinado y con raya en medio, como decimos coloquialmente.
Cualquiera que sea la razón, los mandamases de la CFE deben andarse con tiento, con cuidado, con pies de plomo, no vaya a ser que sea la de malas, y sean sus empleados los que paguen los platos rotos. De verdad que el horno no está para bollos. La gente está hasta la madre, harta de que fulano y perengano abusen, tal y como siempre lo ha hecho la paraestatal con todos, y en especial con nosotros.
No hay que ver el árbol, sino el bosque, para percatarse de que la olla de presión social está a punto de reventar. Lo de Ayotzinapa es la mejor prueba de que abajo, muy abajo, algo está pasando, algo está sucediendo, pues si bien es cierto que ocurrió en una entidad gobernada, o mejor dicho, desgobernada desde hace 10 años por autoridades perredistas, el resentimiento acumulado data de décadas anteriores.
Así que no solo la CFE debe de mostrar sensibilidad política ante la desesperación e impotencia de la población, también el gobierno estatal y municipal está obligados a remojar sus barbas, pues en el momento menos pensado, menos esperado, puede eclosionar la violencia. Lo sucedido anteayer en Gaviotas fue nada más una muestra de cómo andan nuestros paisanos. A punto estuvieron de linchar al chofer de la grúa.
Por ello es necesario que los que verdaderamente mandan en los tres niveles de gobierno salgan de sus cómodas oficinas, sin decir aguas va, para que se den cuenta, y no les cuenten media-verdades sus cortesanos, de cómo están de complejos los escenarios en tierra, a ras de suelo. Allá en el campo, en las colonias populares, en los suburbios, en las zonas más depauperadas, en donde la gente tiene que hacer maravillas para llevarse un pedazo de pan a la boca.
“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI”
(LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)
Ojalá y no vaya un día de esto amanecer con la boca llena de hormiga, pero me cae, que por más que uno no quiere meterse en camisas de once varas, hay declaraciones que no se pueden dejar pasar. Como las del general Audomaro Martínez Zapata, quien ahora nos sale que van a ahorrar gasolina. ¡Hágame usted el rechingado favor!
En qué país, o mejor dicho estado vive este señor. No puedo creer que el secretario de Seguridad Pública nos salga con esto, cuando la delincuencia en todas sus vertientes y maneras está literalmente, DESATADA, así con mayúscula.
Al caso no le reportan diariamente al General la ola de asaltos que se comenten a todas horas del día, y en todas partes, porque ahora, a excepción de los que cargan guaruras y camionetas blindadas, hasta los ricos lloran.
Así no vamos a ninguna parte, lo más seguro es que sigamos en picada. ¿Hasta cuándo? Es la pregunta que se hacen todos.
Tal y como el año pasado, el secretario de Comunicaciones y Transportes, José Antonio de la Vega Asmitia, demostró a propios y extraños de que es un político profesional. Hoy como ayer en el Congreso, con motivo del desglose del Segundo Informe gubernamental, dejo constancia de que conoce a profundidad la dependencia de la que es titular.
Con datos duros y de manera contundente respondió puntualmente cada una de las interrogantes planteadas por los diputados que lo interrogaron.
En el informe que rindió no dejo cabo suelto. Expuso y explicó detalladamente los avances que se han tenido dentro y fuera de la SCT. Destacó la nueva Ley de Transportes, en la que concesionarios, choferes y usuarios serán los principales beneficiados.
Afirmó que por instrucciones del gobernador Arturo Núñez Jiménez, se continúa combatiendo de manera frontal y sin simulaciones la corrupción en la SCT. Prueba de ello es que los recursos de los que disponen se manejan de manera transparente, y dando cuenta de cada peso que se gasta.
Sin lugar a dudas, legisladores y públicos se retiraron con un buen sabor de boca.
Antes que se me olvide, les recuerdo que es fin de semana. Igualmente anden con tiento, con pies de plomo, porque no se puede confiar en nadie, y mucho menos en la policía y en los “tranchos”. Unos y otros andan juntando para su aguinaldo, pues también quieren comer pavitos como sus superiores, y si se puede hasta abrir un champagne, o de perdida un whisky. Algo fino para mojar la garganta. Que sidra ni que don Pedro ni que zorro ni que nada: Champagne o whisky. Muy jodido, un vinito espumoso o un etiqueta roja, menos, ni puta… Entonces chavos y chavas, cuídense unos a otros. Nada de pasar de vivos ni andar haciendo pendejadas. Respeto antes que nada. Tranquilo y nos amanecemos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.