lunes, 2 de agosto de 2010

Opinión: Francisco Peralta Burelo / Ago 02

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(Publicado en el Diario Tabasco Hoy)

Hoy, Puebla y Oaxaca; ayer, Tabasco

Tras la derrota sufrida por cada uno en las elecciones de julio pasado, Ulises Ruiz Ortiz y Mario Marín “se blindan”, según algunos medios nacionales de comunicación.

Mario Marín, gobernador de Puebla, y Ulises Ruiz, gobernador de Oaxaca, “maniobraron” en su respectivo Congreso para autobrindarse protección una vez que estén fuera de la gubernatura, a partir de unos meses más en manos de la oposición.

Uno y otro se aprovecharon de la mayoría priista que poseen en el Congreso de su estado para “cubrirse las espaldas”. Ambos, en un caso, asegurándose de que sus cuentas públicas de este año sean aprobadas por su legislatura, ésta con mayoría priista, y Ulises Ruiz, en otro, autopromoviéndose un juicio político con sus propios diputados para –se duce—que los legisladores entrantes, éstos con mayoría opositora, no puedan enjuiciarlo ya políticamente.

Mario Marín hubo de promover la reforma constitucional respectiva para que las cuentas de su último año de ejercicio no sean calificadas por la siguiente legislatura, sino por la actual, que sin duda alguna le es del todo afín y leal. Así saldrá de la gubernatura con la tranquilidad de que allí no deja pendiente alguno (ni cola que le puedan pisar).

Ulises Ruiz ya hizo – o está haciéndolo – lo mismo (aunque éste, al parecer, no tuvo que promover reforma constitucional alguna, sino nada más realizar una interpretación a modo a la legislación en Oaxaca). El también dejará la gubernatura con la tranquilidad de que cuenta pública de su último año de ejercicio quedará aprobada, amén de que tendrá la confianza de que – exonerado por la actual legislatura – no se le podrá fincar juicio político por su actuación.

Esto, sin embargo, que hoy parece sorprender a la opinión pública nacional – que lo ve como actos indebidos y excesivos de ambos gobernadores – ya ha ocurrido en Tabasco, y aquí sí que ni quién le diera ocho columnas en la prensa nacional o quién pusiera el grito al cielo.

Manuel Andrade, por una interpretación a modo de la ley, se hizo aprobar los tres primeros cuatrimestres de la cuenta pública de su último año (para irse del cargo con esa tranquilidad que hoy buscan Ortiz y Marín) todavía en ejercicio. Asimismo maniobró para que una legislatura legalmente inidónea – y no la siguiente – designara al titular del Organo Superior de Fiscalización, y aún cuando la ley que lo creaba todavía no entraba en vigor.

Roberto Madrazo, por su parte, maniobró para que su Congreso, y no el entrante, designara gobernador de Tabasco tras anularse la elección constitucional por parte del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, amén de que promovió la reforma del artículo 47 constitucional para dejar abierto el término para convocar a nuevos comicios gubernamentales.

Lo que está pasando en Oaxaca y Puebla ya sucedió en Tabasco; desgraciadamente. Así respetan el estado de derecho los gobernadores. ¿O caso no?
fcoperalta42@hotmail.com

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