Armagedón
“Más el que se apresura a enriquecerse no será sin culpa...”
Proverbios 28:20
De culpa en culpa...
Alfredo A. Calderón Cámara
Publicado en el Diario Novedades de Tabasco
Una y otra vez, desde su llegada, los Consejeros del IEPCT se han esforzado en ser objetos de escándalos; de entrada, aunque algunos se dicen “maestros en Derecho”, demostraron no saber ni la O por lo redondo; luego, se auto designaron sendos sueldos, millonario y desproporcionado abuso. Siguieron con la horrible falla del PREPET y todas las burradas en las que les han enmendado la página: la incongruente supresión de diputados plurinominales de los dirigentes de los partidos, que al final, el TET modificó. La sociedad esperó que en un brote de dignidad los consejeros presentaran sus renuncias, pero ¡No! Se han empeñado en demostrar que en ellos no existe ningún brote de dignidad en sus vidas -al contrario- de nueva cuenta se han montado en la cresta del escándalo de auto otorgarse ellos mismos un vergonzoso bono que llaman: “Compensación final”.
Y es que para seguir el derrotero de la dignidad debe de renunciarse a las cosas bastardas que otorga la vida porque todas tienen el mismo precio: la adjudicación moral, el engangrenamiento de la conciencia y el comprometer la moral y perderla al ser expuesta a la detracción por dejarse arrastrar por pasiones ciegas y la oblicuidad de los serviles, teniendo como sumando: el hundimiento de la dignidad, el avergonzarse por generaciones de sí mismo, aun cuando se medite a solas en la complicidad de la almohada. “Lejos de mi nada podéis hacer” aprendió Maday Merino Damián en la escuela dominical; por años vivió una vida ejemplar, digna, sin muchas manchas y pocas arrugas, la carencia de identidad le hizo preferir perder su independencia laboral y el cobijo del hogar para sumergirse dentro de la burocracia, una burocracia que atrapa y cual podadera suprime en la gente todo brote de dignidad, porque todo es una ambición que enmudece, uniforma y paraliza. Tiempos son estos en lo que el IEPCT es sinónimo de corrupción, de opacidad, de falta de transparencia y lo que es peor: una cueva de incapaces cobrando como ricos. Evidente es, los consejeros no han dado una señal de dignidad, porque ni siquiera tienen idea de cómo deben conducirse en un trabajo donde ser el garante era el primer requisito.
Curioso es que nadie diga a la sociedad como debe unirse y ella –la sociedad- politizada y participativa asqueada del ejercicio de los Consejeros, los repudie porque donde los parásitos abundan se llega –forzosamente- a mirar con desconfianza toda iniciativa, más aún cuando parece herejía que desplieguen las alas para cobrar un bono al cual la realidad social dicta que no tienen ningún derecho. Decenas de miles y miles de tabasqueños vieron pasar el pésimo trabajo realizado por todos y cada uno de los Consejeros del IEPCT, lo último, su viaje a Chiapas en las votaciones llevando chofer, asesores y demás compañía, todos con cargo al saqueado y vorazmente depredado presupuesto público. A todo ojo público al momento de tomar decisiones; una y otra vez, los Consejeros se han envilecido al tomar el camino de la servidumbre y el beneficio propio, olvidando que no merecen llamarse libres los que declinan de tan fea y escandalosa manera su dignidad; es más, ellos mismos al momento de salir a la defensa lógica y válida de sus propios intereses han optado por esconderse, por guardar silencio ya que carecen de argumento válido que sirvan de sustento y fundamento serio en la toma de decisiones. Han ido pues, de error en error y de culpa en culpa…
EL SEPTIMO SELLO
Las aspiraciones del diputado Francisco Castillo Ramírez tienen lógica simple: no sabe hacer nada, no sabe trabajar y cuando lo hizo se dormía y roncaba. Además todavía no sabe explicar de dónde está saliendo el dinero para pagar la maestría que estudia en el D.F. ni quién paga sus boletos de avión cada quince días ¿Así de vendido?…
LA SEPTIMA TROMPETA
Pocas veces en un restaurante el comensal recibe tan excelente servicio como en Chilis Periférico, donde la joven Vanessa brinda la mejor de las atenciones. Vale la pena. Hasta nuevo aviso estaremos a sus órdenes en el 99 32 95 14 89. También puede revisar esta columna en el portal http://www.elimparcialdetabasco.com/.
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