lunes, 1 de abril de 2013

TABASCO POLÍTICO / José Luis Gutiérrez Gutiérrez / Columna / ¡NADA QUE CELEBRAR! En los primeros cien días / Abr 01

Publicado en la Revista SUCESO
jlggutierrez@hotmail.com
 

EN LOS PRIMEROS CIEN DÍAS:
¡NADA QUE CELEBRAR!


            En contraste a otras entidades del país más endeudadas que Tabasco, verbigracia Chiapas, Coahuila y el propio Distrito Federal, aquí no habrá nada que celebrar en materia política, económica y social durante los primeros cien días de gobierno. ¡Vaya!, ni en materia de justicia hay una acción digna de festejarse.

            Más que tirar cuetes y luces de bengala, el gobernador Arturo Núñez Jiménez  debe ajustar las cuerdas de su gabinete, sobre todo en los rubros de Salud, Educación y política. Áreas más deficientes y torpes de la presente administración.

            En materia de Seguridad Pública tampoco hay motivos para brindar y romper las copas, pues el desempleo y la inseguridad pública a todo lo largo y ancho del territorio tabasqueño son los principales problemas de la población. Solamente en el cerebro del general Audomaro Martínez Zapata la situación ha mejorado, pues el resto de los gobernados –algo así como más de un millón ochocientos- opinan y afirman exactamente lo contrario.

            Si bien es cierto de que recibieron económicamente a un estado quebrado y desordenado, a la mayoría de los secretarios les ha faltado, no sólo “imaginación y creatividad”, sino talento, y principalmente: oficio y sensibilidad política.

            Muchos de los problemas políticos que se han generado en estos casi tres meses del gobierno del Cambio, fueron precisamente originados por la incapacidad e inexperiencia de los titulares de Salud y Educación, Ezequiel Toledo Campos y José Luis Lara Lagunes, respectivamente.

            Desde luego que el otro responsable inmediato es el encargado de la política interna, César Raúl Ojeda Zubieta, quien como titular de esa cartera de gran envergadura política y social para la entidad, no ha servido para nada. En pocas palabras, el cargo le ha quedado grande.

            El creciente descontento social es la mejor prueba de que el gobierno del Cambio no está respondiendo a las expectativas políticas y sociales que los ciudadanos tenían tras el triunfo político-electoral de la oposición en julio de 2012.

            Descontento que irá incrementándose si no se hacen los relevos a tiempo, y que hoy son una demanda de tirios y troyanos, pues hasta los “nuñistas” más apasionados reconocen en voz baja que algunas designaciones no fueron las más adecuadas ni pertinentes.

            La misma posición crítica mantienen sus aliados políticos, incluidos perredistas y “morenistas”, quienes una y otra vez han manifestado públicamente su decepción por los desatinados nombramientos y por la inclusión de vivales y oportunistas ex priistas en el aparato gubernamental.

            Ya va siendo tiempo que el mandatario estatal meta orden, pues afuera la gente comienza a decir de su ronco pecho que le fallaron, y a decir verdad, no están del todo equivocado.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.