Andrés Llanos
(Publicado en Telerreportaje)
Puente Ciudad Industrial
El bicentenario ha resultado el pretexto excelente para el derroche, las ocurrencias y la necedad caprichosa de algunas autoridades.
Aunque se piense que dicho festejo, debe ser una oportunidad para la realización de obras necesarias para la sociedad y para la reconciliación entre gobierno y gobernados, la realidad nos muestra una cara muy diferente. Porque el Bicentenario está ocasionando un descontento mayor entre los tabasqueños.
La plaza Bicentenario que corre a cargo del gobierno del estado, es considerada como un desperdicio innecesario, por muchos tabasqueños que durante la feria estatal, tuvieron la oportunidad de conocer la maqueta del proyecto mencionado. Vox populi ha sido el repudio del proyecto, que desde el inicio causó polémica por la falta de transparencia en la asignación. Se considera un gasto superfluo, en medio de tanta necesidad de la ciudadanía.
En el municipio de Centro, las cosas no son tan diferentes, el alcalde Alì, se mantiene en su intensión de construir un puente que nadie pidió, solo porque se le ocurrió que sería bueno celebrar el bicentenario con un puente que han descrito como el puente que vuela. A pesar de las críticas y del ecocidio, nada detendrá el beneficio a la empresa a la que se le asignó la polémica obra.
Ninguna autoridad del gobierno estatal, encargada de cuidar el entorno de la laguna de las ilusiones ha intervenido para detener este crimen que se comete a la vista de todos; esas son las complicidades que en el futuro causarán estragos en la imagen y tránsito vehicular en paseo Tabasco; para entonces nadie recordará como fuè que ese puente se construyó. Tal como ocurre actualmente con quienes viven en las márgenes de los ríos.
En el marco del Bicentenario sería excelente que resolvieran el añejo problema de contaminación del vaso Cencalli y por ende de la laguna de las ilusiones y ya encarrilados construir un puente nuevo y moderno en ciudad industrial, para evitar el riesgo constante de quienes viven en aquella parte de la ciudad, mismos que además de esto a diario padecen un calvario urbano por el tráfico vehicular.
Es obvio que nuestras autoridades no están viendo resolver las necesidades ciudadanas, su máximo es alcanzar un lucimiento mayor, para capitalizar sus aspiraciones políticas venideras.
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