Por: Andrès Llanos
(Publicado en Telerreportaje)
PRI-Pinos
Con el éxito conquistado por las alianzas en Oaxaca, Puebla y Sinaloa; se atajó la soberbia triunfalista del PRI de Beatriz Paredes, que en infinidad de ocasiones gritaba a todo México que su partido iba a ganar en los todos los estados con elecciones el cuatro de julio pasado, es decir que como en sus mejores tiempos, se llevaría “el carro completo”. Que se auto complazcan diciendo que los mexicanos los extrañan en la presidencia, que ya se han modernizado con el esquema del siglo veintiuno, que ya han corregido sus vicios y que por ello tienen un pie de regreso, en los pinos; son cosas que no podemos impedirles, sin embargo la percepción ciudadana es muy diferente a lo establecido en el discurso priista.
Lo grave de la meta del PRI, es que pretenden ganar el poder presidencial, con la enseñanza del príncipe “Maquiavelo” aquella que reza que el fin justifica los medios.
Después de una década, el PRI continúa resistiéndose a adoptar el papel de oposición que le asigna la nueva realidad política mexicana y ya no digamos que sea una oposición responsable, a como sí lo fuè el PAN en su momento.
Por el contrario, en el PRI lo que quieren es simplemente el poder y los privilegios de la figura presidencial; sin importar que ocasionen un daño mayor al país con sus deslealtades, tanto a sus electores como al resto de la ciudadanía.
Por ello, el plan consiste en seguir atajando las reformas propuestas por el presidente Calderón y que son necesarias para la construcción del desarrollo del país. Asimismo desarticular políticamente al gobierno mexicano; restarle recursos a las Secretarías que trabajan en el combate al rezago social, y de lucha contra la pobreza.
La SEDESOL se ha convertido en el blanco de las mayorías priistas, tanto en la Cámara de Diputados como de Senadores. Se trata de arrinconar, chantajear y regatear el apoyo, que debiera ser el cumplimiento de su deber; con la finalidad de obligar al gobierno federal y al partido que lo representa actualmente, a tomar acuerdos ventajosos para la causa de los priistas, el país y sus problemas es lo de menos.
La clase política del PRI, se regodea cada vez que le gana la partida al presidente y al PAN; pero la realidad es que continúan afectando a México, igual a cuando gobernaron; ya que abandonan el compromiso con la sociedad, a la que se deben, por las ansias del poder.
Lo malo no es que quieran regresar para imponer su sistema caracterizado por la corrupción; sino la forma tan despiadada como lo hacen. En la pasada elección del 4 de julio se observò que la maquinaria priista se activó comprando votos, promoviendo abstencionismo que les beneficia, como en los viejos tiempos.
Para nadie es un secreto que a diferencia del regateo a los programas sociales, el PRI promovió mayores recursos a los gobiernos estatales con un mínimo de uso transparente; y rendición de cuentas; es decir que se pone dinero de los contribuyentes en manos de caciques estatales, ahora conocemos que hubo mucho dinero desviado a las campañas priistas. Así lo demostró el gobernador de Veracruz, Fidel Herrera, cuando fuè pillado, haciendo trampa e inmiscuyéndose indebidamente en las campañas. Además de tener uno de los mayores endeudamiento estatales.
Lo del PRI, hoy día es el doble discurso, y la deslealtad contra el pueblo de México, que los mantiene en los cargos públicos.
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