martes, 30 de septiembre de 2014

TABASCO POLÍTICO / José Luis Gutiérrez Gutiérrez / ROTUNDO Y SONORO FRACASO / Columna / Mar Sep 30

TABASCO POLÍTICO

José Luis Gutiérrez Gutiérrez
jlggutierrez@hotmail.com
Publicado en el Diario El Heraldo de Tabasco

Los ediles perredistas, 
dan pena ajena

ROTUNDO Y SONORO FRACASO

            Dicen que las comparaciones son de mal gustos, sin embargo, a veces son necesarias, obligatorias, diría. Mencionó esto porque las diferencias son abismales entre el edil perredista de Comalcalco, Héctor Peralta Grappin, y el de Jalpa de Méndez, Domingo García Vargas. Mientras el primero aprovechó la entrevista radiofónica –realizada hace más de dos semanas- para lucir los  logros que se han hecho durante su administración, su homólogo y correligionario lloró amargamente su desdicha, a grado tal, que la famosa llorona se quedó chiquita (en la misma estación y frecuencia de radio).
            Héctor Peralta Grappin vendió una imagen de un político fuerte, valiente, taimado, hábil, capaz e inteligente. En cambio su par se mostró como un actor de quinta clase: cobarde, chismoso, incompetente, mediocre, antipolítico…tal y como certeramente lo califican la mayoría de sus gobernados y de sus propios colaboradores. Así qué imagínense la clase de presidente municipal que tienen los jalpanecos.
            Sin lugar a dudas, dejo ir una brillante y magnífica oportunidad para decirle a todo el mundo, pero principalmente a quienes votaron por él, de que no se habían equivocado cuando decidieron elegirlo, de que a pesar de las contingencias presupuestales, Jalpa de Méndez estaba saliendo adelante, pues existía un primer regidor con talento, preparado y con muchísima visión de corto, mediano y largo plazo.
            Domingo García Vargas volvió fiel a su costumbre a quedar mal, no solo con los que confiaron en julio de 2012 en él, sino con todos sus gobernados. Por enésima vez se vio pequeñito, corto de mente, contradictorio, incongruente, balbuceante, desesperado. Culpando a todos de la desgracia de su pueblo, pero sin reconocer jamás su incapacidad para gobernar, como le sucede a todos los que vanamente se escudan en los errores de los demás.
            A final de cuenta nade le creyó, pues el grueso de los argumentos planteados para contrarrestar los efectos de la ola de críticas que le han caído en los últimos días a causa de la determinación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de separarlo de su cargo, junto con los regidores, sonaron y escucharon falsos, huecos. No tuvieron la contundencia ni el eco necesario para darle ni siquiera el beneficio de la duda.
            Quiero pensar que nadie le informó, que el discurso de la lloradera está agotado desde hace un buen rato. De que sus efectos en la población tabasqueña, y avecindada aquí, fueron disminuyendo hasta perderse, pues políticamente no tuvo el mismo rendimiento en el gobierno del que con anterioridad se había reflejado hace dos años en las urnas. Las previsiones fallaron.
            El hartazgo de la mayoría de la población no es culpa solamente del gabinete “nuñista”, sino en gran parte de los alcaldes perredistas, pues salvo uno o dos, los demás están para quemarlo con leña verde  y a fuego lento. Literalmente han resultado un rotundo y sonoro fracaso, verbigracia, Macuspana, Cárdenas, Nacajuca, Jonuta…
            Así como Domingo García Vargas encontró a su municipio con miles de problemas de toda índole, los demás ediles, incluyendo a los priistas, tuvieron la misma desdicha, y algunos hasta peor, y no solo por los laudos heredados, sino porque económicamente estaban ahorcados, sin mayores márgenes de maniobra, empero, en lugar de ponerse a llorar por todas partes, decidieron tomar al toro por los cuernos, y buscaron alternativas para paliar la situación crítica por la que están atravesando, desde hace años.
            Hay que recordar que no son escenarios nuevos, los ayuntamientos tienen más de una década que están metidos en serios aprietos financieros. Que los actuales munícipes no se hayan preparado para afrontar los problemas que se venían venir, no es culpa de nadie, sino únicamente de ellos que son los responsables de lo que pase durante la administración que encabezan “tras bambalinas”.
            Así que en lugar de andar buscando culpables hasta por debajo de las piedras, cumplan con sus funciones y obligaciones legales, como lo marca la Ley Orgánica de los municipios y las propias constituciones federal y local. Para  qué tanto brinco, estando el suelo tan parejo. 

“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI”
(LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)

            Si el pasado fin de semana estuvo fuerte el rumor de que el controvertido y polémico titular de la SOTOP, Manuel Ordóñez Galán, había renunciado, ayer llegó a su máximo nivel, a grado tal, que después del mediodía, más de un actor del quehacer político aseguraba de que había renunciado.
            No es la primera vez que circula este rumor a todo lo largo y ancho de la geografía tabasqueña, empero, en los últimos días se incrementó el run run. De lo que no hay duda es que algo se está cociendo.
            Hay quienes atrevidamente aseguran que Manuel Ordóñez Galán dimitió desde la pasada semana, pero de que ésta no le fue aceptada por el gobernador Arturo Núñez Jiménez, no solo porque no quiere ruido antes de su informe, sino capitalmente porque sería un gran golpe hacia dentro y fuera del gabinete, más aún, si el relevo pertenece a los adversarios internos del funcionario en cuestión.
            Lo menos sostienen que el rumor fue esparcido no nada más para ir sensibilizando y conociendo la respuesta de quienes lo motivan a seguir en su encomienda, a pesar de las diferencias inconciliables con el todopoderoso secretario Amet Ramos Troconis. Otros afirman lisa y llanamente de que le están preparando la camita.
            De lo que no hay duda alguna, es que la guerra intestina está en todo su apogeo. El inexorable tiempo dirá quién ganó la batalla final. Por mientras, hagan sus apuestas.

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